Lecciones del Mundial
El Mundial que ha finalizado le deja a la AFA y a la Argentina dos duras reflexiones: 1) ya no somos los mejores del mundo, y quedó muy claro que la tecnología, el estudio y el trabajo en equipo superan ampliamente la improvisación, la garra y el corazón. Para llegar alto se necesita orden dentro y fuera de la cancha, verdaderos embajadores y mucho sacrificio. Llegar al Mundial “atando todo con alambre” tuvo un resultado anticipado. 2) El torneo tuvo una organización impecable, pero fue implacable con los que generan violencia. Todos los violentos y los vivos de siempre tuvieron un regreso anticipado a casa. El Mundial da ejemplo de convivencia y amistad, con padres, hijos y familias enteras disfrutando un espectáculo. Los hinchas comparten la tribuna con los simpatizantes rivales. Acá volveremos ahora con un fútbol de aprietes, sin visitantes, con policías, perros guardianes, alambres de púa, rejas, barrabravas escoltados por micros sin patentes ni VTV, y clubes sin presupuestos. Pitana, que dirigió con orgullo la final, deberá nuevamente hacer frente a la simulación de los jugadores en el piso, la protesta constante, los insultos a su madre durante
todo el partido y algún que otro escupitajo a sus colaboradores cuando se ejecuta un córner. Jugar en la Argentina es la selva misma. Si aprendimos algo de este Mundial y hacemos lo que corresponde quizá volvamos a la fiesta del fútbol que todos soñamos.
Patrick Campbell
DNI 11.650.509