el Var: más goles de estrategia y debate por el juego
Hubo 73 tantos con la pelota detenida, más que en otros cinco mundiales; se alzan voces por los perjuicios para el fútbol asociado
El VAR ya se utilizaba en las ligas de Italia, Alemania y Holanda, pero fue necesaria su aplicación en el Mundial de Rusia para que se tuviera una idea más aproximada de su gran impacto, de su influencia en el juego. Este recurso tecnológico se hizo tan poderoso que sobrevuela hasta en las competencias que todavía no lo pudieron implementar. El ejemplo más cercano fue el partido de anteanoche por la Copa Argentina, cuando rápidamente se concluyó que con el VAR se hubiera cobrado penal para Racing de Córdoba por la mano del jugador de San Lorenzo Víctor Zalazar, que el árbitro Echenique consideró casual, y que con la revisión televisiva queda en claro que el movimiento extendido del brazo ocupa un espacio que corta la trayectoria de la pelota.
Francia fue un gran beneficiario del VAR en la final ante Croacia. Se puso 2-1 gracias a un penal (mano de Perisic) que Néstor Pitana no había advertido.
No parece casual que con la introducción del VAR el de Rusia haya sido el Mundial con más goles de pelota detenida de los últimos seis. Del total de 169 tantos, 73 provinieron de jugada de estrategia, lo que representa el 43,1%. Este porcentaje casi duplica al de Brasil 2014 (22,2, producto de 38 goles) y también está por encima de los mundiales precedentes: 24,1% en Sudáfrica 2010 (35 goles), 31,2% en Alemania 2006 (46), 27,9% en Japón-Corea 2002 (45) y 36,2% en Francia 1998 (62).
El reciente Mundial fue el de mayor cantidad de penales sancionados: 22, contra los 18 de 1998 y 2002. La distribución de los goles a partir de una pelota quieta fue la siguiente: 26 de córner, 17 de faltas indirectas, dos de laterales, 22 de penales y seis de tiro libre directo.
La llegada del VAR a un Mundial coincide con la consagración de un campeón cuyo registro futbolísitico difiere con el de los dos anteriores. Si España y Alemania accedieron al escalón más alto del podio a partir de la posesión, el juego asociado y la cadencia en los pases, Francia, sin ubicarse en el extremo, tuvo un estilo más directo y físico, de menos elaboración.
Al equipo de Didier Deschamps le alcanzaron un promedio de 48,6% de posesión y 437 pases, mientras que en 2010 España llevó el control hasta el 65,2%, con 624 pases, y cuatro más tarde, Alemania ejerció un 60,7% de posesión, con 630 pases.
Las estadísticas de Francia están más relacionadas con las de Italia en 2006, un campeón que prefería dominar más los espacios y las jugadas episódicas que la pelota. Aquel equipo que dirigía Marcello Lippi no necesitó más que un 48,6% de posesión y 441 pases.
¿Influyó el VAR para que haya un cambio de paradigma? Santiago Segurola, periodista español de larga trayectoria y colaborador de este diario, considera que la innovación televisiva es perniciosa: “Este Mundial castigó a los que utilizan el medio campo para crear y no destruir, como España y Alemania. El VAR considera que el fútbol solo merece atención en el último tercio del campo. Han convertido el fútbol en píldoras para resúmenes televisivos”.
Jorge Valdano, en su columna para el diario The Guardian, estimó que las áreas se convirtieron en “zonas militarizadas” a patir de la injerencia del VAR, mientras que los árbitros son más permisivos en otros sectores del campo, donde abundan las faltas tácticas, “que con cinismo son llamadas inteligentes”, escribió el campeón mundial en 1986. Y agrega. “Como el fútbol es continuo, un juego que fluye, vale la pena preguntarse cuántos goles se pierden en algún lugar del medio campo como consecuencia de estas interrupciones absolutamente antideportivas”. Claramente señala que los más perjudicados son los equipos que hacen de la zona media un tránsito creativo y no un espacio a saltear con pelotazos.
Quizá desde que el arquero no puede tomar con sus manos el pase de su compañero no había un factor reglamentario con tanta influencia sobre la esencia del juego. Y encima el VAR provoca una doble polémica, porque como su aplicación aún no es masiva, el fútbol se divide en dos, entre lo que fue y lo que pudo ser.