LA NACION

Mataron a una anciana que dejaba las llaves de su casa en un buzón

Investigan a quienes conocían la rutina de la víctima; fue atacada con un cuchillo

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Una jubilada de 73 años fue asesinada en su casa de Moreno y la policía investiga si el autor del homicidio pertenece al entorno de la víctima o si fue víctima de un ataque en un intento de robo.

Según fuentes judiciales y policiales, se sospecha que la víctima conocía a su asesino, ya que ninguna de las puertas o ventanas de la vivienda fue violentada y, en principio, no faltaría ningún objeto de valor de la jubilada. Para los investigad­ores, el asesino entró en la casa con las llaves de la mujer.

Fuentes de la investigac­ión habrían identifica­do a la víctima como Araceli Ramírez, jubilada y de nacionalid­ad uruguaya, quien vivía sola en la casa situada en Brasil al 400.

La sospecha de que un conocido de la jubilada habría sido el autor del homicidio se fundó en que, según relató el hermano menor de la víctima, ella dejaba las llaves de la casa en su buzón. Este detalle era conocido por todos los vecinos de la mujer, que habría tomado dicha actitud por la dificultad que tenía para moverse. Se valía de un bastón o de un andador para caminar, ante ese inconvenie­nte decidió dejar las llaves de la casa al alcance de los vecinos porque no podía levantarse para abrirles la puerta.

A partir de la reconstruc­ción del violento episodio, luego de escuchar a los testigos, los policías establecie­ron que el cuerpo de la víctima fue hallado por el hermano de la jubilada. El familiar de Araceli encontró abierta la puerta trasera de la vivienda. Cuando ingresó en la casa, se dirigió al dormitorio y halló el cuerpo de su hermana tirado en el piso, al lado de la cama, en medio una gran cantidad de sangre.

El médico legista que revisó el cadáver comprobó que la víctima había sido degollada.

En tanto, los peritos de la Policía Científica no encontraro­n rastros o señales de lucha en el interior de la vivienda. La escena del crimen no presentaba desorden y, según el testimonio del hermano de la jubilada, no faltaba ningún objeto de valor.

El familiar agregó que su hermana no guardaba en la casa ninguna joya o elemento de oro. Las aberturas de la vivienda habían sido forzadas. La puerta trasera y la puerta de rejas del frente estaban abiertas y sin llaves.

Además de las heridas en el cuello, el cuerpo de Araceli presentaba varias lesiones punzocorta­ntes en el rostro.

Hasta anoche, los investigad­ores no habían logrado establecer cuál fue el móvil del homicidio. A partir del testimonio del hermano de la jubilada, que no denunció faltantes de objetos de valor, habría perdido fuerza la hipótesis del robo y los investigad­ores se abocaron a investigar a todos los vecinos y familiares que sabían que la jubilada guardaba las llaves de la casa en el buzón.

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