La Rural, repleta
Aves y paseos en poni cautivan a los chicos que visitan el predio de la muestra de Palermo; un stand del Ministerio de Agroindustria promueve la producción propia de verduras
A tono con las vacaciones de invierno, ayer fue el día récord de visitantes a la muestra.
Pese al frío y a la llovizna de media mañana, familias enteras recorrieron ayer la Exposición Rural, el evento en que el campo y la ciudad se unen en el barrio porteño de Palermo: camperas con capuchas y bufandas se mezclaban con boinas, ponchos y bombachas de campo. Desde probar productos regionales y un espacio para ver el nacimiento de pollitos hasta aprender a hacer una huerta, en la muestra hay de todo para grandes y chicos.
“¿Quiere probar?”, preguntó una mujer con una porción de queso de cabra en la mano. Salames regionales, bondiolas, jamón serrano, quesos de todo tipo, pan de campo y hasta vino patero. Desde Sierra de los Padres hasta Tandil, la voz de los vendedores que ofrecían sus productos se entremezclaba con la canción “No me abandones ahora”, que un payador cantaba desde el escenario del stand de la Matera de la Uatre, de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores.
En plenas vacaciones de invierno, el público paseaba por el Pabellón de Niños, en donde, bajo techo, se realizaban distintas actividades infantiles. Un grupo de chicos miraba con detenimiento una vitrina con pollitos de unas dos semanas. En otra se exhibía una incubadora con huevos. “Los chiquitos nos preguntan cuándo van a nacer. Calculamos que este fin de semana”, dijo Sofía Gavaida, una de las cuidadoras del stand Nacimiento de Pollitos.
“Es un espacio muy visitado”, agregó su compañero, Marcelo Schugt, vestido con un poncho negro.
El tiempo pasaba y, ya cerca del mediodía, algunas familias almorzaban en el patio de comidas: panchos, hamburguesas, papas fritas y helados. Los niños se acercaban a La Granja. Cabras, ovejas, llamas, cerdos y hasta una poni llamada Moly, “muy cariñosa”, según su cuidadora, eran el centro de la escena. La consigna clara: caricias sí, prohibido alimentar. En el medio del pabellón, olivia, de cuatro años, pintaba un corazón sentada en un fardo bajo la atenta mirada de su abuela en “El rincón del campo”.
paseo en poni
Comenzaban a llegar más personas: las madres empujaban cochecitos y pedían a sus hijos que no se alejaran. A las doce en punto se armó una fila: niños y padres se apostaron en la hilera para solicitar la autorización para “la vuelta en poni”. Dos mujeres preparaban a Cucaracha, una pony marrón de 15 años, para dar el primer paseo de la jornada.
Andrea Gatica, dueña de la Escuela de Equitación y Pony Club La Favorita, ubicada en Moreno, contó de qué se trata el paseo: “Los chicos tienen la posibilidad de montar, la mayoría por primera vez. Dan la vuelta en el caballo, dos profesores los acompañan y, cuando bajan, tienen la posibilidad de darles de comer de una bolsita de alimento que les damos. Vienen nenes de un año en adelante, hasta los ocho, nueve años”, dijo Gatica.
Montados sobre Cucaracha, los padres retrataban a sus hijos. Según afirmó Gatica, este es el quinto año presentes en la Rural. Los fines de semana realizan entre 400 y 500 paseos por día, y son gratuitos. Los organizadores comentaron que esperan mayor concurrencia el fin de semana. Luego de dar su vuelta, Matías, de cuatro años, y su prima, Sofía, de la misma edad, alimentaron al animal ya atado y ayudados por la dueña de la escuela de equitación.
cómo hacer una huerta
En otro rincón de la Rural, en el stand del Ministerio de Agroindustria, Silvina Ferreyra, del Proyecto Huerta Urbana, de la cartera que di- rige Luis Miguel Etchevehere, preguntaba a un grupo de niños cuáles eran los distintos cultivos ubicados sobre un jardín vertical.
En diálogo con la nacion, Ferreyra explicó: “Venimos con un mensaje muy claro y es el de promover las huertas urbanas porque al cultivar tus propios alimentos les das otro valor. Queremos promover el consumo de frutas y verduras, y mejor si la puede cultivar uno mismo en su propio espacio. Además, de esta forma evitamos desperdicios: promovemos la conciencia circular, una sociedad que reduce, reutiliza y recicla”. Luego, los niños jugaron a una trivia interactiva y se llevaron a sus casas semillas de arvejas y habas.
En el stand también hay degustaciones de miel de diferentes regiones del país y se organizan mateadas en las que se explican al público los cuidados de la yerba para mantener sus propiedades nutricionales.