Crece el revuelo tras el arresto por violencia del excolaborador de Macron
La Justicia detuvo a Alexandre Benalla, el jefe de seguridad del presidente, que había reprimido a manifestantes
PARÍS.– Lo que hace 48 horas comenzó como una crisis política se transformó ayer en un auténtico escándalo de Estado a medida que se acumulan pruebas de la inexplicable actuación de un cercano colaborador de Emmanuel Macron y mientras el presidente francés persiste en mantener un enigmático silencio.
El llamado “caso Alexandre Benalla” –por el nombre del responsable de la seguridad de Macron durante la campaña y actual encargado de protegerlo en sus desplazamientos– puso en jaque a toda la cúpula de gobierno de Francia, con consecuencias difíciles de imaginar.
Dos días después que Le Monde revelara un video en que Benalla golpea, el 1° de mayo, a un manifestante en plena calle, portando un brazalete de policía, nuevas pruebas obligaron –¿o sirvieron?– al Palacio del Elíseo a tomar medidas suplementarias.
La presidencia anunció “haber iniciado el procedimiento de despido” de Benalla, debido a “nuevos hechos” que le conciernen. Por su parte, la Justicia detuvo al excolaborador –y miembro del círculo más allegado del presidente–, acusándolo de “violencia por persona encargada de una misión de servicio público, usurpación de funciones, portación ilegal de insignias y complicidad en malversación de imágenes”.
Las “nuevas pruebas” a las que alu- dió el Elíseo para despedir a Benalla son esas imágenes que el incriminado obtuvo de la Prefectura de París, después de haber cumplido con una primera sanción administrativa: una suspensión de 15 días que le infligió su responsable jerárquico inmediatamente después del 1° de mayo.
Tres cuadros de la Prefectura de París fueron suspendidos anoche por haber transmitido a Benalla esas imágenes. La Justicia también detuvo a Vincent crase, otro gendarme reservista y agente de seguridad del partido de Macron, La República en Marcha, que aparece en el video junto a Benalla. crase fue acusado de “violencia en reunión” y de “usurpación de función”. Los investigadores interrogaron como testigo al director de gabinete de Macron, que dio a Benalla una autorización para asistir solo como “observador” a la manifestación del 1° de mayo.
Pero el misterio que rodea el escándalo es cada vez mayor. ¿Qué hacían Benalla y crase en esa manifestación, identificados falsamente como policías? ¿Por qué ni el primer ministro ni el ministro del interior ni la presidencia denunciaron semejante violación de la ley, ya que todos sabían desde el 2 de mayo lo que había sucedido? ¿Por qué suspendieron a Benalla durante 15 días, dándole una simple advertencia para el futuro?
Esos no son los únicos interrogantes. Benalla declaró a la Justicia estar domiciliado “a partir del 9 de julio” en una dependencia del Elíseo, en el exclusivo distrito Vii de París. El ex Señor Seguridad habría llegado a su nuevo y lujoso alojamiento dos meses después de haber sido suspendido y una semana y media antes de su despido.
otros misterios rodean a ese enigmático personaje: ¿por qué su auto de función está equipado con dispositivos luminosos normalmente reservados a los policías? Y, sobre todo, ¿cómo es posible que con menos de 30 años y con fama de “Rambo” para sus amigos y de “exaltado” para los demás, Benalla sea teniente coronel de reserva de la Gendarmería?
Según Libération, debido a sus antecedentes, Benalla no consiguió un permiso de portación de armas durante la campaña presidencial.
Los episodios que lo muestran haciendo abuso de la supuesta autoridad que le confería su proximidad con el jefe del Estado son innumerables. El último fue cuando la selección francesa de fútbol llegó de Moscú. En el aeropuerto, Benalla fue interpelado por un gendarme responsable de la seguridad, irritado por el rol de “organizador” que el intruso se atribuía. Poco después volvió a aparecer en las fotos cuando el ómnibus llegaba al Elíseo. ¿Por qué razón estaba ahí si después de la suspensión había sido “relegado a tareas administrativas”?
Ante tanto misterio y ninguna respuesta, la oposición anunció la creación de una comisión de investigación parlamentaria.