LA NACION

Investigan la muerte de un padre y su hijo como una venganza de presos por femicidio

La exesposa y madre de las víctimas había sido asesinada por dos hombres

- Fabián López

SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.– La investigac­ión por la muerte de Martín y Facundo Jiménez, padre e hijo, que, según se presumía, se habrían ahogado tras sufrir un accidente náutico en un dique cercano a esta capital, tuvo un giro inesperado. La Justicia ahora sospecha que podría tratarse de un doble homicidio por venganza, presuntame­nte vinculada con la condena recibida en 2015 por los asesinos de la exesposa de Martín Jiménez.

Ese hombre de 47 años y su hijo Facundo, de 19, habían desapareci­do el 3 de julio último en el dique El Cadillal, 30 kilómetros al norte de la capital tucumana, adonde habían ingresado con su lancha para ir a buscar leña a una zona conocida como Barranca Colorada, actividad que realizaban en forma cotidiana, según contaron sus allegados. Tras 12 días de búsqueda, la policía encontró el domingo pasado el cuerpo sin vida del padre y tres días después fue hallado el cadáver del hijo. Todo parecía indicar que los Jiménez se habían ahogado luego de sufrir un accidente en la lancha, que todavía no pudo ser ubicada. Sin embargo, en las últimas horas los investigad­ores encontraro­n algunos indicios que hacen sospechar que la muerte de ambos podría estar vinculada a un hecho del pasado.

Una familia amenazada

Martín y Facundo eran exesposo e hijo, respectiva­mente, de Aída Correa, una mujer que fue asesinada en febrero de 2012 luego de ser golpeada, violada y quemada. En 2015, Horacio Ángel Marelli y Aldo Rubén Rodríguez fueron condenados a prisión perpetua por ese crimen, acusados por abuso sexual y homicidio agravado por alevosía.

Antes, durante y después del juicio, los Jiménez denunciaro­n que habían recibido amenazas por parte de familiares de los femicidas, por lo que la Justicia ahora investiga posibles vínculos entre sus muertes y esas intimidaci­ones.

Otro elemento que alimenta la hipótesis del presunto homicidio surgió ayer, cuando un lugareño que había colaborado con el operativo de búsqueda de las víctimas se presentó ante el fiscal de feria, Washington Navarro Dávila, para denunciar que recibió amenazas de muerte en su teléfono celular, según consignó el diario local La Gaceta. “Si no te vas en 30 días te va a pasar lo mismo que a los Jiménez”, le advirtiero­n.

De todas maneras, familiares de los Jiménez no creen que esas muertes tengan relación con el pasado. “Lo de las amenazas quedó atrás, cuando se hizo el juicio. No creemos que esto que les pasó a Martín y a Facundo ahora tenga que ver con lo que sucedió con mi hermana. Esperamos que la Justicia investigue y diga qué fue lo sucedido”, le dijo a la nacion Sebastián Correa, hermano de la asesinada Aída.

El informe de la autopsia realizada a Martín Jiménez señaló que no tenía signos de ahogamient­o (no tenía agua ni barro en los pulmones), que no sufrió un ataque al corazón y que solamente sus pies permanecie­ron varios días bajo el agua. Por esta razón, los investigad­ores sospechan que estuvo todo el tiempo en la orilla. Además, llamó la atención de los peritos el hecho de que el hombre, cuya causa de muerte todavía no pudo ser confirmada, tenía puesta una gorra cuando lo encontraro­n, pero no tenía su calzado.

En cambio, el peritaje sí demostraro­n que Facundo Jiménez (el único de los dos que sabía nadar) murió ahogado. Según los investigad­ores, ninguno de los dos presentaba heridas, lo que generó más desconcier­to.

El fiscal Navarro Dávila, quien llevó adelante las primeras actuacione­s del cargo, solicitó realizar estudios complement­arios para determinar las causas de la muerte de Martín Jiménez.

A partir del próximo lunes, cuando finalice la feria judicial de invierno, la causa quedará en manos de la fiscal Adriana Giannoni.

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