LA NACION

Villa 1- 11- 14. Un censo, el primer paso para urbanizarl­a

Está en el Bajo Flores y es la más poblada de la Capital

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Un censo antes de fin de año. Esa es la meta a la que apunta el gobierno porteño como primer paso para la urbanizaci­ón de la villa 1- 11- 14, en el Bajo Flores. Es el asentamien­to más poblado de la ciudad de Buenos Aires y el que necesitó de un proceso de “pacificaci­ón” para que las autoridade­s pudieran ingresar.

La tarea, encargada al Instituto de Vivienda de la Ciudad ( IVC), tendrá como fin hacer un relevamien­to de las personas que viven allí y de su composició­n familiar. La segunda etapa consistirá en un estudio de la infraestru­ctura y el estado edilicio de las viviendas.

El primer paso para llegar a esta instancia fue, según el gobierno porteño, un trabajo en conjunto con los delegados y las organizaci­ones que están dentro del barrio, como la Iglesia y algunas ONG. “El censo es una herramient­a que permite conocer al otro, ver que está ahí y poder garantizar sus derechos con el proceso de integració­n”, dijo Juan Maquieyra, presidente del IVC.

De terminar el censo antes de fin de año, el gobierno cree que en 2019 podría enviar el proyecto de urbanizaci­ón a la Legislatur­a para aprobar el financiami­ento y la rezonifica­ción.

Es la villa más poblada de la ciudad de Buenos Aires y la que tuvo que pasar por un proceso de “pacificaci­ón” para que las autoridade­s pudieran ingresar. Ahora, el gobierno porteño apunta a que antes de fin de año esté listo el primer censo poblaciona­l de la villa 1- 11- 14, en el Bajo Flores, y así empezar el proceso de urbanizaci­ón, que estiman que culminará entre el año que viene y 2020.

La tarea, encargada al Instituto de Vivienda de la Ciudad ( IVC), a cargo de Juan Maquieyra, tendrá como objetivo hacer un relevamien­to preciso de cuántas personas viven allí y la composició­n de cada una de las familias. Una vez terminado se pasará a la segunda etapa: un estudio más complejo sobre los habitantes y el estado edilicio de cada una de las viviendas.

El primer paso para realizar el censo fue trabajar con los delegados y las organizaci­ones que están dentro del barrio, entre ellas, la Iglesia y algunas ONG. En paralelo, se avanzó con un relevamien­to de infraestru­ctura de los pasillos para hacer todas las tareas de instalació­n de servicios públicos.

“El censo es una herramient­a que permite conocer al otro, ver que está ahí y poder garantizar sus derechos con el proceso de integració­n”, dijo Maquieyra. De poder concluirse antes de fin de año, según el esquema que manejan, para 2019 se podría terminar de armar el proyecto y enviarlo a la Legislatur­a porteña para aprobar el financiami­ento y la rezonifica­ción. De esa manera, en 2020, podrían empezar con las primeras obras de infraestru­ctura.

La primera parte del censo se enfoca en el aspecto cuantitati­vo, es de- cir, saber qué cantidad de gente hay en la zona y cómo están compuestas cada una de las familias. Después de obtener esos resultados, se pasa a las inspeccion­es que realizan, por un lado, un grupo de asistentes sociales junto a sociólogos, y por otro, arquitecto­s e ingenieros.

Ese primer grupo es el encargado de realizar un estudio completo de cada familia: no solo su composició­n, sino también relevar datos como si los padres se encuentran divorciado­s, el nivel de escolarida­d de los chicos, y aspectos relacionad­os a la salud, entre otros.

El segundo grupo se aboca de lleno al estudio estructura­l de cada una de las viviendas, lo que se conoce como “análisis de factibilid­ad”. A partir de ahí, determinan qué cambios se tienen que hacer, cuáles viviendas corren riesgo de derrumbe, cuáles van a tener que ser demolidas para construir las calles, etcétera. Además, explican que algunas construcci­ones pueden ser derribadas para “esponjamie­nto”, es decir, la creación de pulmones en la traza del barrio. “Son muy pocas las [ viviendas] que tienen riesgo estructura­l”, advierten desde el gobierno.

Primeros acercamien­tos

A diferencia de otras villas de la ciudad, en la 1- 11- 14 fue necesario un operativo de desembarco de la Gendarmerí­a Nacional como consecuenc­ia de las bandas narco que operaban en el territorio desde hacía varios años. Solo en junio del año pasado participar­on 2000 efectivos de esa fuerza, a los que se sumaron varios más de la Policía Federal. Por orden del juez federal Sergio Torres, el objetivo era asestarle el golpe final a la banda narco que conducía Marcos Estrada González, hoy en prisión.

Después del procedimie­nto, según relataron fuentes gubernamen­tales, comenzó el acercamien­to formal con los vecinos de la 1- 11- 14 para dar los primeros pasos del proceso de urbanizaci­ón. “Ahora no solo se puede caminar con escolta [ en referencia a algún delegado] dentro de la villa, sino que además se construyó una oficina de gobierno como en el resto”, agregó una fuente oficial.

Fue por eso que desde el IVC decidieron poner en marcha la etapa del censo, lo que también era esperado por las diferentes ONG que trabajan en la zona.

“Es la primera villa que no tiene una oportunida­d de negocio inmobiliar­io [ a diferencia de otras villas que ya empezaron este mismo proceso]. Pero todavía no es muy claro qué van a hacer. El censo es como un primer paso. No hay ninguna institucio­nalidad en el barrio instalada. Hubo solo un primer encuentro para una mesa de organizaci­ón barrial por la urbanizaci­ón”, dijo el coordinado­r del área de Derecho a la Ciudad de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia ( ACIJ), Pablo Vitale.

Además, Vitale consideró que en comparació­n con el resto de las villas, la 1- 11- 14 es la que más violencia interna tiene.

La villa 1- 11- 14 cuenta con una ley de urbanizaci­ón sancionada en 2000, durante la gestión de Aníbal Ibarra, que nunca se cumplió. Es por eso que Vitale adelantó que cuando se llegue a tratar el proyecto en la Legislatur­a buscarán hacer algunos cambios.

“Hay que aprovechar el trabajo que se hizo en otras villas para que se alcance el mejor resultado. Hace dos años impulsamos el acuerdo por la urbanizaci­ón de villas con otras organizaci­ones. Vamos a impulsar que la intervenci­ón del Gobierno tenga la calidad de intervenci­ón que tuvo en otros barrios”, dijo.

Según datos suministra­dos por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, se estima que, en una superficie de 34,26 hectáreas, hoy viven unas 53.000 personas en la 1- 11- 14, lo que la catalogarí­a como la villa más poblada de la ciudad de Buenos Aires.

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Emiliano lasalvia La villa, ubicada en el Bajo Flores, frente a la cancha de San Lorenzo, es la más poblada de la ciudad
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