LA NACION

El PP tiene nuevo líder

Tras Rajoy, Pablo Casado encarna el recambio generacion­al

- Silvia Pisani

MADRID.– Golpe de timón en la derecha española. Pablo Casado, el joven delfín del expresiden­te José María Aznar, se impuso como nuevo líder del Partido Popular ( PP), lo que augura un retorno a las raíces más ideológica­s y menos pragmática­s de la agrupación.

“Yo no tengo vergüenza de ser del PP, ni de su pasado ni de decir que vamos a volver a la España de la bandera, de la familia y de Dios”, dijo el dirigente, de 37 años, al delinear su visión de la política y de la vida.

En sus discursos de campaña defendió la unidad de España frente a los independen­tistas de Cataluña, propuso ilegalizar a los partidos que quieran “romper la Constituci­ón y la ley”, y siempre pidió “libertad” para Cuba y Venezuela.

Su retórica de derecha sin disimulos lo conectó con las bases de un partido acosado por los escándalos de corrupción, que significar­on la destitució­n del expresiden­te del gobierno Mariano Rajoy por una moción de censura del Congreso español.

La duda es si esa misma posición le valdrá para volver al gobierno, en un país para el que prometió mano dura ante el independen­tismo de Cataluña – incluida la represión policial contra los votantes del referéndum separatist­a– y el avance del progresism­o.

A diferencia del actual gobierno, no quiere diálogo alguno con el separatism­o catalán. “No cabe dialogar con quienes rompen la legalidad”, repitió a lo largo de la corta campaña.

La otra, si no lo afectará un sospechoso expediente académico por una titulación en Derecho lograda en un tiempo tan sorprenden­temente corto como su ascenso en el mundo de la política. Ese expediente será, segurament­e, revisado por muchos ojos en el futuro inmediato.

Hace poco, la expresiden­ta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes tuvo que renunciar acosada, entre otras cosas, por un título de máster obtenido de forma irregular.

Para subrayar la idea de unidad del Estado español, lo primero que hizo Casado fue llamar al rey Felipe VI y prometerle “lealtad”.

Lo segundo fue dar un discurso en el que anticipó su rechazo a la ley de eutanasia y al proyecto para desenterra­r y retirar del monumental Valle de los Caídos los restos del fallecido dictador Francisco Franco, una medida impulsada por el gobierno socialista. “Ambas cosas son innecesari­as”, dijo. Cada vez que lo afirma recuerda que su abuelo fue perseguido por el franquismo.

Terremoto

La llegada del sonriente Casado es un terremoto en varios sentidos. Generacion­al, porque tiene apenas 37 años y ninguna experienci­a de gobierno. Audaz, porque se enfrentó a la burocracia del partido, que manejaba a la perfección la derrotada exvicepres­identa del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en un nuevo y duro revés para el destituido Rajoy, que apostaba por su exmano derecha.

También implica un cambio de estrategia para el gobierno del socialista Sánchez, que apostaba a poder acordar “mejor” con el pragmatism­o de la derrotada Santamaría.

Seis semanas atrás ni siquiera Casado, que se desempeñab­a en ese momento como vicesecret­ario de Prensa del partido, soñaba con esta posibilida­d de llegar a la cúspide del PP.

El sorpresivo desplazami­ento de Rajoy del gobierno le abrió la puerta. Fue el primero en lanzar la candidatur­a. “Quiero ser presidente del partido y presidente del gobierno”, dijo. Tuvo que presentars­e él mismo porque, en ese momento, nadie lo avalaba ni apostaba por él.

No fue ganador en la primera ronda de las primarias, en la que el voto de los militantes prefirió por escaso margen a Sáenz de Santamaría. Pero se impuso en el Congreso partidario: le dieron el 57% de los votos. Una diferencia de más de 400 votos sobre un total de 3082.

Su déficit más evidente es que no tiene experienci­a alguna de gobierno. Su activo es – dicen muchos– el perfil generacion­al, que le permitiría competir en mejores condicione­s con el también joven Albert Rivera, líder del liberal partido Ciudadanos, que creció en buena medida a costa de capturar votos del PP. Pero el riesgo va en igual sentido para un partido que, tradiciona­lmente, tiene mucho voto entre jubilados.

Casado y padre de dos hijos, con su incorporac­ión al primer plano de la política, la conducción tanto en el gobierno como en los principale­s partidos de España quedó en manos de hombres menores de 47 años.

En un mensaje de felicitaci­ón en Twitter, el presidente español, el socialista Pedro Sánchez, deseó a Casado “ánimo en la tarea que tiene por delante”, al tiempo que indicó que el gobierno “seguirá trabajando por el crecimient­o económico, el empleo digno, la conquista de nuevos derechos y libertades y la reconstruc­ción del Estado del bienestar”.

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TAREK MOHAMED/ DPA Casado es aplaudido luego de asumir la presidenci­a del PP, en Madrid

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