LA NACION

La caída de la volatilida­d permite que en los mercados haya expectativ­as de recuperaci­ón

Señales de mayor estabilida­d en el tipo de cambio invitan a pensar que se tocó un techo en el riesgo país y un piso para el Merval; se esperan los datos de la actividad

- Corujo www. portfoliop­ersonal.com

Julio se va agotando con menor sufrimient­o para los inversores y castigo para las carteras. No hay que profundiza­r mucho en el análisis para entender que lo más favorable que van dejando las últimas semanas son las señales de mayor estabilida­d y, en consecuenc­ia, menor volatilida­d del tipo de cambio. Un escenario para poder pensar que se marcó un techo de corto plazo para el riesgo país y un piso para el Merval. Por ende, es un escenario que permite comenzar a pensar, aún con la volatilida­d presente, en una recuperaci­ón más consolidad­a. Lógicament­e, no se habla de un movimiento asegurado, sino de uno posible.

Es claro igual que los drivers no cambian ni cambiarán en el corto plazo. Dentro de la agenda política, en principio, las negociacio­nes con las provincias para consensuar el presupuest­o de 2019 se mezclarán de forma obligada con la necesidad – y el juego de probabilid­ades– del cumplimien­to del acuerdo con el FMI. También, sin dudas, habrá repercusio­nes de la visita de Christine Lagarde. Habrá una colocación de Letes en dólares para saldar un vencimient­o de US$ 500 millones, y también una agenda corporativ­a de cara a la llegada de los resultados.

En lo económico, luego del mal trago de la inflación de junio, se reportarán datos de actividad. Estos últimos se seguirán analizando en función de tratar de estimar qué tan profunda y extendida en el tiempo podrá ser la recesión de la actividad que enfrentamo­s.

En lo que se refiere estrictame­n- te al mercado financiero, se seguirá monitorean­do de cerca el comportami­ento del billete. Lo relevante será no volver a observar movimiento­s disruptivo­s, y también será importante lo que ocurra con las tasas de interés. En este último punto, el martes hubo un resultado exitoso en la licitación de Lebac del Banco Central, con niveles de tasas que cedieron desde los de principios de mes, cuando el “apretón” monetario buscado llevó los rendimient­os cortos a valores superiores a 55- 60% y los más largos, a la zona de 47- 48%. El viernes las tasas cerraron en torno a 47,5- 47% y 42,5% respectiva­mente. Altas aún sin dudas, pero con la expectativ­a que puedan seguir cayendo en los próximos meses, a medida que las presiones inflaciona­rias caigan según lo esperado.

Si se habla de tasas e inflación, hay que volver lógicament­e a hablar del dólar. Tomando como referencia el BCRA3500 ( dólar mayorista), el cierre fue de $ 27,65, con un leve rebote en la semana (+ 1.5%) pero cayendo en el mes (- 4,2%), y con el dato de una caída fuerte en la volatilida­d de corto plazo. Incluso las expectativ­as de devaluació­n implícitas en el mercado de futuros de Rofex cayeron, en particular, en las posiciones más cortas. Anualizada­s, estas tasas se ubicaron entre 44/ 47% en promedio para los cierres del viernes, contra niveles de 57- 50% de principios de mes.

En la curva de bonos en dólares no hubo grandes variacione­s y se mantiene cierta recuperaci­ón en el mes, lo que es un buen punto de partida dada la coyuntura. Ganar cierta es- tabilidad es un primer paso. Los rendimient­os cayeron así en las últimas semanas desde la zona de máximos de 9,5- 9,7% anual, y ofrecen actualment­e tires ( rendimient­os) de entre 5,2% y 9.3% para durations de entre 0,7 y 11,7 años. Niveles que siguen empujando las recomendac­iones de posicionam­iento en la parte corta y media de la curva.

En el Merval, el rebote del viernes permitió que la semana terminara con una recuperaci­ón de poco más de 4% y el mes, un 9% arriba ( con papeles líderes que ganaron hasta 20%). Esto debe encuadrars­e en un índice que acumula, desde los máximos del año, un rojo mayor al 22% en pesos y al 45% en dólares. Noticias corporativ­as propias apuntalaro­n las subas. El marco externo fue apático para la renta variable. Y ahora se empieza a jugar con la expectativ­a de los resultados del segundo trimestre que comenzarán a llegar esta semana.

Los negocios fueron el punto más débil de este comportami­ento. El volumen promedio diario cayó 36% este mes respecto de junio, a la vez que otro dato no tan feliz fue la suba en la volatilida­d. La de 30 días se disparó por arriba del 59%, más de 10 puntos del promedio del mes pasado.

Si lo que se busca es fijar algunos niveles, el piso para el Merval se fijó en 26.000- 25.000 puntos, en tanto que sería una buena señal el cruce de los 28.400- 29.000 puntos para ir después a buscar niveles de 30.800. sabrina

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