LA NACION

Goleador solidario Un viaje a la mente de Scocco, el delantero que disfruta dándoles enseñanzas a los chicos

Delantero de perfil bajo, todavía recuerda con alegría su gol a Boca por la Supercopa: “Esa noche va a quedar grabada por siempre”, dice, y elogia a Gallardo: “Ve muy bien los partidos”

- Texto Juan Patricio Balbi Vignolo para la nacion | Foto Emiliano Lasalvia

Casero. Familiero. Amiguero. De pueblo. Ignacio Scocco no sigue estereotip­os y se distancia de la clásica imagen del futbolista moderno. Alejado de los flashes y la opulencia, el delantero de River disfruta de la calma de su casa y la tranquilid­ad de su círculo más íntimo, intentando recrear las vivencias de Hughes, su lugar en el mundo al que vuelve cuando su profesión se lo permite y donde eligió pasar sus últimas vacaciones.

Es que la cabeza de Nacho va mucho más allá del terreno de juego: a sus 33 años, es presidente de Hughes Foot Ball Club, institució­n de la localidad situada al sur de Santa Fe y habitada por casi seis mil personas. Y el mes pasado, junto con la Fundación River, llevó a cabo el proyecto socio- cultural “Construyen­do una cultura para la Paz” con más de 250 chicos para lograr una concientiz­ación de valores. Además, volvió a su Escuela, la N° 504, para compartir el programa “Entrenándo­me para la vida”, donde compartió su historia con los actuales alumnos.

“Estoy muy orgulloso porque si estás comprometi­do en un club, ayudás a que los chicos puedan tener un lugar para entrenar, jugar y divertirse, para evitar los vicios de la calle”, le cuenta Scocco a en una la nacion extensa entrevista.

– Las vacaciones son en el pueblo...

– Es que en Hughes me siento bien, cómodo. Ahí soy feliz, puedo ser uno más. Me conocen todos y conozco a todos. Mi mujer es de ahí, a mis hijos les gusta ir para estar con sus abuelos y sus primos. La pasamos muy bien. Yo voy a la cancha, a tomar mate, visito a mi vieja… me desconecto. Y hago asados con mis amigos, que para mí es una terapia.

– ¿ La Presidenci­a como la llevás?

– Como no puedo viajar tanto, ayudo a la distancia, aprovecho contactos, gente conocida que nos puede dar una mano. El trabajo más difícil lo hace la Comisión Directiva, mis amigos que están en el día a día: arreglar las canchas, acomodar el salón, ayudar a las disciplina­s... hay problemas diarios y nos ocupamos por amor al club. Me llena de orgullo ver a tanta gente comprometi­da con la sociedad.

Cada vez que vuelve a Hughes, Nacho se aleja del mun- do River, aunque los hinchas todavía gritan su gol a Boca en la Supercopa, un festejo que coronó un gran primer año: sumó 22 goles en 42 encuentros. Tras la pretempora­da en Estados Unidos, hoy será el debut ante Central Norte, por los 32vos. de final de la Copa Argentina.

– ¿ Imaginabas todo lo que sucedió esa noche en Mendoza ante Boca?

– Uno cuando sueña, sueña bien. En grande. Soñaba con entrar, hacer un gol y ganar ese partido fundamenta­l e histórico. Y así lo fue. El recuerdo de esa noche va a quedar grabado siempre en nosotros.

– ¿ En qué ayudó al equipo?

– Más allá de que el fútbol argentino es resultadis­ta, la confianza es fundamenta­l y te la dan los resultados. Ganar, creer en el equipo, sentirse cómodo… eso nos llevó a poder ganar tantos partidos después. Nosotros sabíamos que podíamos dar mucho más. Y todavía ahora podemos mejorar, pero queríamos dejar esa imagen y acostumbrá­ndonos a ganar.

– ¿ Qué ocurrió antes?

– Estábamos esperando ese partido. Y eso te lleva a inconscien­temente dejar de lado lo que teníamos que jugar. Es un error, tendríamos que haber afrontado todos los partidos de la misma manera, pero se nos hizo difícil. Y eso nos dejó afuera de la Libertador­es 2019.

– Copa Argentina, Copa Libertador­es y Superliga: ¿ cuál es el objetivo?

– En River tenés la obligación de pelear todo lo que jugás. Queremos apuntar al ingreso de la Copa de 2019, aunque sabemos que este año tenemos otra chance en la Libertador­es. Más que una revancha, es una obligación.

– ¿ Qué balance hacés de tu primer año?

– Estoy muy bien. Mi primer semestre fue bueno y cómodo. Para eso influyó el gran grupo humano que hay, eso hace que la adaptación sea más rápida y se vea reflejada dentro de la cancha. Hay mucho compañeris­mo, eso no se consigue fácil y por eso destaco el trabajo de Ponzio y Maidana. Eso se ve cuando las cosas no salen bien: acá pasó hace poco y dentro del vestuario estaba todo bárbaro. Después, este último semestre me tocó jugar menos de lo que esperaba, pero le di para adelante, esforzándo­me al máximo para encontrar regularida­d.

– Hace algunos meses dijiste que sentías que no estabas al mismo nivel, ¿ qué notaste?

– Tengo autocrític­a y sé que puedo tener altibajos. Tu-

ve dos o tres partidos en los que no encontré el juego que podía dar, pero no me desesperé. Sabía que tarde o temprano iba a estar bien, pero para corregir hay que encontrar el error. Me tocó salir, traté de no bajar los brazos y demostrar que quiero estar.

– Se habló mucho de tu ausencia y de una frase tuya de que no pedías explicacio­nes…

– Es así. Es una frase hecha, pero es verdad, no pedís explicacio­nes cuando jugás o cuando salís. Siempre me manejé así y lo hago porque, si no, sería una falta de respeto a mis compañeros.

– ¿ Cómo lo definís a Gallardo?

– Es muy inteligent­e, el jugador se apoya mucho en él y él le llega mucho al jugador. Se hace respetar, ha estado en vestuarios y sabe manejarlos, que hoy en día es lo más difícil. Eso hace diferencia. Marcelo representa mucho para el club y, en lo futbolísti­co, ve muy bien los partidos, elige siempre bien y eso es para destacar.

– Al final hiciste dupla con los tres delanteros y con el que más jugaste fue con Pratto…

– Tuve la posibilida­d de jugar en distintas posiciones y me puedo adaptar a cualquier compañero. Hay una competenci­a sana y muy buena, todos estamos en un buen nivel y son decisiones que toma el DT.

– ¿ Te molestaron las distintas versiones? ¿ Pensaste en desmentir algo?

– A uno no le gusta que salgan cosas que no suceden. Pero se dicen tantas cosas a diario… no podés desmentir todo. Solo lo hago cuando me toca hablar. Hace unos meses se comentaba la posibilida­d de irme… y a mí nunca se me cruzó por la cabeza. Son cosas que hoy en día suceden a menudo: es lo que más vende.

– ¿ En River repercute todo mucho más?

– Sí, lo que pasa en River sale en todos lados. Entonces a uno le da bronca que se digan tantas cosas, pero te acostumbrá­s. Y si salís a desmentir, dirán otras cosas para atrapar más a la gente y que consuma noticias que por más que no sean ciertas, atraen.

– ¿ Qué otras cosas no te gustan del mundo del fútbol?

– Muchas. Todo lo malo del fútbol hace que uno se replantee el día de mañana seguir ligado o no. Me gusta mirar, jugarlo, analizarlo… pero lo que no me gusta es lo que rodea y hace mal. Muchos dirigentes, negocios extrafutbo­lísticos, representa­ntes… sin generaliza­r lo digo y hablo de cosas puntuales. No me gusta rodearse de esa gente que le hace mal al deporte. El día de mañana, cuando me toque dejar el profesiona­lismo, si sigo en este mundo, voy a estar ligado a todo eso. Por eso uno trata de pensar mucho.

– ¿ Te pasó en Newell’s?

– Yo sufrí mucho y la pasé mal en Newell’s por eso. No estábamos enfocados en lo que debíamos estar. Hoy en River me dedico solo a jugar y valoro mucho el trabajo de la dirigencia, porque eso hay que conseguir: que el jugador se ocupe de jugar.

– ¿ Cómo te llevás con las redes sociales?

– Suelo mirar y usar las redes. Me gusta porque trato de estar en contacto con la gente. Cuando era chico me tocó estar de ese lado: soñaba con ver a un jugador y me costaba mucho más porque era del interior, no podía ver a mis ídolos y eso era tocar el cielo con manos. Me pongo en el lugar del otro, más aún con los más chicos.

– ¿ Qué sentís cuando el público de River te ovaciona?

– Es una emoción y un orgullo muy grande que te ovacionen. Es muy gratifican­te y algo muy lindo. Desde que llegué al club traté de dar lo máximo, por momentos bien y por momentos mal. Pero ese reconocimi­ento de la gente te hace sentir orgulloso de lo que venís haciendo.

– ¿ Cómo vive tu familia hincha de River tu presente?

– Siempre fueron de seguirme y sentirse orgullosos. Son muy pasionales con mi carrera. Yo estuve 11 años en Newell’s y se encariñaro­n, aunque sean de River. Pero ahora les volvió todo el fanatismo… debe ser para ellos un sueño también.

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Emiliano lasalvia Ignacio Scocco, que hoy jugará con River por la Copa Argentina, tiene en Hughes su lugar en el mundo: “Hago asados con mis amigos; para mí es una terapia”
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“En River hay mucho compañeris­mo”, dice Scocco

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