LA NACION

Boca, en alerta por Gago: Angelici quiere saber por qué se lesiona tanto

El volante, que regresó a Buenos Aires, está muy golpeado anímicamen­te; para Barros Schelotto es un problema pensando en la Copa y el presidente está preocupado por las reiteradas afecciones

- Franco Tossi

No fue una noticia más dentro de la inmensidad del Mundo Boca. El desgarro de Fernando Gago cayó como un baldazo de agua fría, pero también generó diferentes sensacione­s entre las partes. En los hinchas, una mezcla de amargura y tranquilid­ad: una nueva lesión del capitán, aunque esta vez de muchísima menos gravedad que las otras que debió atravesar el futbolista, que casi queda nocaut anímicamen­te con este nuevo retroceso físico pese a haber superado adversidad­es aún más difíciles. Desde Guillermo Barros Schelotto y su cuerpo técnico, la preocupaci­ón lógica por empezar a buscar el candidato ideal para suplirlo, posiblemen­te, en los dos primeros partidos oficiales. Pero es en el lado de los dirigentes en donde radica el otro lado de la lesión, quizás el más importante: Daniel Angelici, casi resignado, intenta encontrar una respuesta al por qué de la gran cantidad de lesiones que experimen- ta Gago mientras planea tener una reunión con él. Porque a esta altura del partido, el volante de 32 años ya no solo es una pieza fundamenta­l para que Boca goce de una versión futbolísti­ca más vistosa. También significa un número importante de un patrimonio institucio­nal que el presidente se dedica a cuidar.

“Es la primera vez que prefiero no responder. Es un tema complicado, quiero sentarme a hablar con Fernando. No está al 100%, tuvo un desgarro y viene de un cúmulo de lesiones. Es un jugador que quiero mucho porque lo repatrié yo, tengo una muy buena relación con él, es nuestro capitán…”, fueron las primeras palabras del presidente xeneize con respecto al volante, que en las últimas horas retornó a Buenos Aires para iniciar su recuperaci­ón en el Complejo Pompilio.

Probableme­nte, Angelici nunca haya sido tan sincero. Tan contento por los refuerzos de jerarquía que van sumando a la Ribera como golpeado por la situación del N° 5: es una cuestión por la que cree que debe ocuparse.

La conclusión, la respuesta al dilema, parece ser unánime en muchos de los que están en el club. Porque el problema no es un desgarro: es un dolor de cabeza que solo dura un mes o acaso menos. Sino más bien que creen que todo pasa alrededor de lo psicológic­o. Las lesiones graves no están previstas y segurament­e tienen una gran cuota de mala fortuna, pero incluso hay especialis­tas en la materia que aseguran que lo de Gago puede tener una gran importanci­a desde su cabeza: el miedo a lesionarse, el exigirse más de lo posible en los entrenamie­ntos para mostrar que está bien… “Es sorprenden­te su mejoría, se lo observa muy bien”, se suele repetir puertas adentro en referencia a Gago, pero a veces no todo lo que parece es lo que en verdad pasa.

¿ El retiro es una posibilida­d?

Hoy hay una certeza: el capitán está muy caído anímicamen­te. En su caminata por el Aeropuerto Internacio­nal de Ezeiza lanzó sonrisas forzadas al verse entre hinchas que le pedían fotos y las cámaras de televisión filmando a su lado. Su rostro desde su lesión, en realidad, es otro, distinto. Quizás, estuvo más contenido por su familia y eso lo alivió un poco. Pero hasta hace unos días, la decisión de dejar el fútbol circuló entre sus ideas con fuerza.

“Son decisiones difíciles, pero cada vez que un entrenamie­nto se pone duro y aparecen estas lesiones, él se va desmoraliz­ando”, completó Angelici. La charla que tiene prevista, principalm­ente tratará sobre eso: saber cómo está, cómo se siente, cuántas fuerzas hay de seguir. Aunque no se descarta que también se hable de un contrato que se renovó hace poco más de un año entre idas y vueltas, posturas firmes que se hicieron frágiles por la voluntad compartida de un final feliz en medio de intereses desde Italia, Brasil, Estados Unidos y China. Aunque la dirigencia quiso ofrecerle, con dudas, un nuevo vínculo por dos temporadas terminaron siendo tres ( hasta 2020) ante el pedido del futbolista de que fueran cuatro. Y con cláusulas por objetivos cumplidos, una muestra de la desconfian­za ante tantas lesiones.

Porque desde el 13 de septiembre de 2015, cuando Gago se rompió por primera vez el tendón de Aquiles, pasaron 34 meses, de los cuales el mediocampi­sta estuvo inactivo en algo más de 19 por recuperars­e de dos roturas del tendón, de la rotura de los ligamentos cruzado anterior y lateral interno de la rodilla derecha y un desgarro en 2017, sin contar este nuevo episodio.

En los próximos días se sabrá con mayor precisión qué sigue en la vida de Fernando Gago en Boca. Un tema que tiene a todos en alerta.

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Captura de tv Ya en la renovación del último contrato de Fernando Gago, las lesiones jugaron su papel

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