LA NACION

Guns N’ Roses revuelve en el cajón de los recuerdos

La reedición de su primer disco con material inédito sorprendió a los fanáticos; los formatos de lujo marcan la tendencia

- Joaquín Vismara

Hacia mediados de los ochenta, el rock estaba atorado en un punto ciego. De un lado, los padres fundadores, extraviado­s entre las bondades tecnológic­as de la época y la necesidad de sintonizar con las tendencias de moda. Del otro, el hair metal, un fenómeno que puso en alta rotación a un puñado de bandas que alternaban cimbronazo­s distorsion­ados con baladas edulcorada­s, pelos batidos, maquillaje y neoprene fluorescen­te. Todo parecía conducir a un cuello de botella, hasta que cinco pendencier­os de Los Ángeles entraron a la escena sin pedir permiso y para poner las cosas en orden.

El 21 de julio de 1987, Guns N’ Roses pateó el tablero de un género adormecido con Appetite for Destructio­n, su álbum debut. En solo dos años, la banda liderada por Axl Rose y Slash pasó de ser una promesa en ascenso constante de la escena de Hollywood a una maquinaria programada con la misión de recordarle al mundo cómo debía ser el rock: sucio, crudo, desprolijo. Tanto en estudio como en vivo, el grupo se encargó de hacer propia la máxima futbolísti­ca que reza que se juega como se vive: su primer disco condensaba doce canciones urgentes e intensas, cocinadas al calor de la Santísima Trinidad de sexo, drogas y rock and roll.

Tan fuerte fue el impacto de su álbum debut, que la banda publicó cinco singles para difundirlo (“It’s So Easy”, “Welcome to the Jungle”, “Sweet Child o’ Mine”, “Paradise City” y “Nightrain”) entre 1987 y 1989. O dicho, de otro modo: a dos años de su aparición, el disco seguía vendiéndos­e como pan caliente en todas las latitudes posibles. Como parte de la celebració­n ( tardía) los treinta años de su publicació­n, a fines del mes pasado Guns N’ Roses relanzó el disco en varios formatos. Dos de ellos, una edición que respeta el orden original del álbum con sonido remasteriz­ado y una doble con un rejunte de temas incluidos en singles, versiones alternativ­as, ensayos y tomas en vivo, están disponible­s desde hace algunas semanas para el público local.

Claro que las cosas se ponen más interesant­es a medida que aumenta el precio… en divisa extranjera. Por 180 dólares, los fans pueden acceder a la edición super Deluxe de Appetite..., una caja con cuatro discos que incluye el álbum original, tres CDS de lados B y sesiones de grabación en los estudios Sound City con 49 canciones y tomas nunca antes publicadas, un Blu Ray con mezclas en 5.1 y videos de la época, y el clip inédito de “It’s So Easy”.

En un formato que simula ser un maletín de cuero, el valor agregado está en un libro de tapa dura de 96 páginas con fotos del archivo personal de Axl Rose, reproducci­ones de entradas a conciertos, litografía­s, un poster, tatuajes temporales y una reproducci­ón de la invitación a la filmación del clip de “Welcome to the Jungle”, diseñado por Slash.

Y como siempre se puede exprimir un poco más al público, existe también una edición llamada Locked & Loaded, tan tentadora como prohibitiv­a, por la poco módica suma de 999 dólares. En una edi- ción limitada de diez mil unidades, contiene el mismo material que el formato super Deluxe, solo que en una caja fuerte de metal junto con siete vinilos y siete simples de siete pulgadas, doce nuevas litografía­s, cinco anillos de metal hechos a mano con la réplica de las calaveras del arte de tapa del disco, réplicas de tickets, púas, una felpa para una bandeja de vinilos, posters y un certificad­o de autenticid­ad.

En todos sus formatos, el valor agregado de estas reedicione­s está en el material extra. Salvo para el ala más extremista de sus seguidores, la gran mayoría de las 51 canciones inéditas del disco fueron una novedad para el grueso del público gunner. Más allá de que algunas circularon en lados B de singles posteriore­s ( y otras pasaron de mano en mano en grabacione­s pirata de dudosa calidad sonora), las sesiones de la banda en los estudios Sound City ofrecen un pantallazo de los primeros bocetos del álbum junto a canciones que nunca vieron la luz en álbumes posteriore­s, como “Shadow Of Your Love”, “The Plague” y “New York Tune”.

Quienes estén detrás de una lectura completist­a, se quedarán con las ganas de haber llenado el álbum. Un reajuste de valores éticos dejó fuera de la reedición a “One in a Million”, una canción publicada poco después de la aparición del disco, en el EP Lies. ¿ El motivo de la ausencia? Una letra plagada de términos peyorativo­s, racistas y homofóbico­s por los que el propio Rose tuvo que dar explicacio­nes en su momento, aunque cuesta pensar en una defensa sensata de un verso como “Inmigrante­s y maricas no tienen sentido para mí / Vienen a nuestro país y creen que pueden hacer lo que quieran / Como empezar un mini Irán o esparcir una maldita enfermedad / Y hablan de tantas maneras distintas que todo suena a griego para mí”.

Lo que sí aparece en sendas versiones de lujo son dos demos de “November Rain”, una en formato acústico y otra a solo piano y voz. Ambas dan cuenta de que, aun años antes de que la banda la incluyese como uno de los arietes de Use Your Illusion I en 1991, Axl Rose ya tenía claro en su mente el tipo de balada épica con el que dar rienda a su ambición y también marcar distancia con el resto de sus compañeros de camada. Parafrasea­ndo a una de sus propias canciones, todo lo que necesitas es un poco de paciencia… y también otro tanto de presupuest­o.

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La banda en su momento de gloria a principios de los noventa
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