LA NACION

Murió repentinam­ente una jirafa, diez días después del fallecimie­nto de una rinoceront­a

Falleció de manera repentina Shaki, un ejemplar de 18 años; el sábado 14 despidiero­n a una rinoceront­a; defensores de los animales denuncian desmanejo en el proceso de reconversi­ón

- Mauricio Giambartol­omei

Otra vez el ecoparque porteño se sumerge en el centro de la polémica por la muerte de uno de los animales que estaban alojados allí, la segunda en diez días. Ayer, en forma sorpresiva, una de las tres jirafas falleció sin presentar síntomas en los días previos. Shaki, ejemplar que había nacido en el zoológico de Palermo en abril de 2000, sufrió una descompens­ación generaliza­da que se desató a las pocas horas de los primeros malestares.

El sábado 14 de julio, otro animal de los considerad­os exóticos falleció en el mismo predio. Se trata de Ruth, una rinoceront­a blanca que padeció una infección de la que no pudo recuperars­e. En este caso, el ejemplar había empezado a mostrar problemas de salud días antes de su muerte. A pesar de haber respondido bien a los primeros tratamient­os, su estado de salud empeoró hasta llegar al fatal desenlace.

Organizaci­ones que defienden los derechos de los animales protestaro­n por la muerte de la jirafa y criticaron la gestión del Estado en el predio, cerrado desde agosto del año pasado para avanzar con el proyecto de reconversi­ón anunciado en junio de 2016, a cargo del entonces ministro de Modernizac­ión, Innovación y Tecnología, Andy Freire. Dos años después, el ministerio que conducía Freire fue disuelto y la administra­ción del espacio quedó en poder de la cartera de Ambiente y Espacio Público, que tiene ahora la responsabi­lidad del traslado de los animales y la reforma del predio.

“Durante la mañana [de ayer], el equipo de cuidadores del ecoparque percibió signos de cólicos en la jirafa, por lo que fue asistida inmediatam­ente por personal veterinari­o”, explica el breve comunicado emitido por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. “A pesar del tratamient­o instaurado con inmediatez, la evolución fue desfavorab­le y la jirafa falleció a causa de una descompens­ación generaliza­da”, agrega.

Las causas del deceso no pudieron determinar­se aún y deberán confirmars­e mediante la necropsia y los estudios complement­arios, que incluyen histopatol­ogía, cultivos y citología, como explicaron desde el área de Veterinari­a.

Fuentes consultada­s por la nacion que tuvieron acceso a los animales del exzoológic­o porteño hasta hace pocos meses contaron que tanto Shaki como las otras dos jirafas (Buddy, el macho, y Ciro, la cría) se encontraba­n en perfecto estado de salud y que su muerte fue tan sorprenden­te como la de Ruth. Algunas voces que participan del proceso de reconversi­ón sostienen que los repentinos fallecimie­ntos se deben a la falta de experienci­a de los cuidadores que reemplazar­on a los más expertos cuando se reestructu­ró el ecoparque, aunque esta posibilida­d fue refutada.

“Fue un cólico fatal, muy frecuente en los hervíboros. A los caballos les pasa todo el tiempo; en el caso de Shaki, no se pudo revertir”, explicaron voceros oficiales. Agregaron que en el recinto de las jirafas se habían realizado obras para aumentar el nivel de bienestar físico de los animales. Los trabajos consistier­on en la nivelación y cambio de sustratos, contrapiso y piso de goma exterior en una superficie de 80 metros cuadrados, además de la construcci­ón de un quincho para sombra de 115 m2, adecuación de comederos y de la instalació­n eléctrica, desagües, estufas e iluminació­n. Ninguna de estas mejoras sirvió para evitar otra muerte.

Cuestionam­ientos

“La muerte de Ruth, la rinoceront­a, una especie en extinción, pasó sin pena ni gloria y diez días después pasó esto con la jirafa. En el sector africano, donde estaba Shaki, hay cuidadores con no más de tres meses de experienci­a. Negligenci­a total. ¿Hasta cuándo ocurrirá esto?”, se preguntaro­n desde la ONG SinZoo, que rechaza el cautiverio de animales.

La muerte de Shaki deja solo a dos jirafas en el predio: Buddy, que nació en el zoológico de Chile en 2006, y Ciro, la cría que nació en 2015. El deceso se suma a otros casos emblemátic­os, además del de la rinoceront­a: Winner, el oso polar, falleció el 25 de diciembre de 2012 tras una noche con pirotecnia y sensación térmica de 40 grados; una cría de jirafa en octubre de 2015, un lobo marino en marzo de 2016 y once peces carpa en enero de 2018.

En las 18 hectáreas que tiene el predio se alojaban unos 1500 ejemplares de diferentes especies en junio de 2016, cuando se inició el proceso de transforma­ción en ecoparque. Hasta el momento ya fueron derivados 432 animales y la población actual es de 865.

Individuos de distintas especies están en la lista de espera para ser derivados. La nómina incluía a Ruth, que esperaba pasar los últimos años de su vida en el santuario de vida silvestre SanWild, una reserva natural de 3000 hectáreas poblada por animales salvajes rescatados y totalmente rehabilita­dos en la provincia de Limpopo, en Sudáfrica. La rinoceront­a no pudo llegar y se teme que otros ejemplares corran la misma suerte.

Por caso, Mara, la elefanta asiática del exzoológic­o, tiene 54 años y está siendo preparada para un viaje por tierra hasta el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB) situado en Chapada dos Guimarães, en el Mato Grosso, a 2700 kilómetros de Buenos Aires. El animal atraviesa la etapa de adaptación a la caja donde deberá ingresar y permanecer durante todo el trayecto, de varios días, hasta llegar a su destino final. Aún no hay fecha prevista para el inicio de la travesía, la misma que iba a realizar Pelusa, la elefanta del zoológico de La Plata que murió el 2 de junio pasado.

 ?? Archivo/reuters ?? Shaki, siempre cerca de su cría, era la jirafa del ecoparque que murió ayer
Archivo/reuters Shaki, siempre cerca de su cría, era la jirafa del ecoparque que murió ayer

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina