Christian “Mono” Banegas, representante de una nueva generación de músicos santiagueños, con nuevo disco.
En Reminiscencia, disco debut que ganó el Gardel como mejor álbum de folclore, fusiona tradición y modernidad
Cristian “Mono” Banegas pertenece a uno de los grandes linajes musicales de Santiago del Estero. Horacio Banegas, su padre, fundó un nuevo repertorio folclórico de chacareras desde finales de los años ochenta. El sonido de los Banegas salió de los patios de tierra y se proyectó hacia un sonido contemporáneo y global. Con Reminiscencia, su disco debut como solista, Cristian Banegas sigue caminando hacia el futuro de la música santiagueña. A los 33 años, este bajista, arreglador, intérprete y compositor, creó una de las mejores producciones del año, elegido Mejor Álbum Artista Masculino de Folclore en los Premios Gardel 2018. “Nuestro trabajo se basa en un sueño. Queremos que nuestras chacareras se estudien y toquen en Berklee. Nuestra música es tan rica que puede convivir con otras músicas del mundo”, argumenta el músico.
Reminiscencia es un trabajo épico en varios sentidos. “Es el proyecto de mi vida”, anuncia el Mono Banegas, que pasó diez años haciendo el disco. “En Santiago del Estero, los músicos que pasaron por el proyecto y mi familia ya pensaban que no lo iba a terminar nunca”, concede el músico, que orquestó y armó diferentes grupos para este proyecto. Cuando el Mono Banegas tenía el álbum prácticamente listo se le rompió el disco duro con todas las grabaciones. “Perdí todo y empecé de cero. Grabé todo de nuevo nota por nota en dos años. La experiencia fue maravillosa porque pude madurar todas las ideas”, cuenta el artista, que grabó el disco con su estudio móvil en una casa en medio del monte.
El resultado es una obra de vanguardia para la música folclórica que tiene el tono rupturista de discos triples como el icónico Epic, del saxofonista Kamasi Washington, que hizo toda una relectura de la cultura y la música negra en el siglo XXI. Banegas hizo lo mismo en clave santiagueña. El músico reconstruyó la historia, los mitos, los sonidos y las partículas del origen africano de la chacarera, enlazando tradición y modernidad. “Cuando me pongo a orquestar siempre pienso en la situación directa de que lo escuche mi madre y pueda emocionarse con eso. Ese es el trasfondo del disco. Busco un nexo entre el recurso musical y el sentir. La idea de mi trabajo es convidar a esas personas que pueden disfrutar de otros acordes y que a la vez mi madre lo pueda escuchar en situaciones cotidianas”, relata. Reminiscencia, también, es un disco rupturista que suena a tono con otras influencias como Blackstar, de David Bowie, y Utopía, de Björk. “El último disco de Bowie me pareció una genialidad y Björk me sigue sorprendiendo en cada disco. Ojalá algún día lleguemos en la música de Santiago a la libertad de expresión y escucha que tiene ella. Esas músicas nos dejan cosas que las incorporamos a nuestro sonido y nos hacen encontrarnos a nosotros mismos para valorar lo que tenemos en Santiago”, analiza el músico. En sus 22 tracks de música intervenidos por grabaciones de la naturaleza, chacareras, zambas, interludios jazzeros y experimentales, canciones y vidalas, Banegas lleva al oyente por un viaje de cincuenta minutos hacia el centro de esa comunidad atravesada por el sonido del monte, el repique de bombos legueros y campanas, el imaginario ritual de la danza, las leyendas populares, las tragedias sociales y el hormigueo de un movimiento musical imparable.
“Soy fan del concepto del tropicalismo y sentíamos que teníamos que profundizar en otras cosas y sonidos para este disco. Este es un disco conceptual”, resume Cristian, que incorporó esa estética conceptual al arte de tapa del disco, que es una representación orgánica del génesis santiagueño con un monito que asuma a un nuevo mundo. Reminiscencia es el fruto de esa cadena de colaboración con otros artistas y la circulación por otras corrientes de pensamiento cruzando información con antropólogos, filósofos y sociólogos.“Mi padre Horacio Banegas siempre impulsó ese cruce con otros saberes en ciclos como Inmediaciones. La idea es pensar a Santiago del Estero como en la canción ‘Identidad’, que para mí es un tratado filosófico y es la base conceptual del disco”.
“Identidad” se llama la canción que compusieron a dúo Horacio Banegas y Cristian “Mono” Banegas. Padre e hijo funcionan en ese track como símbolo de ese traspaso generacional, que resume perfectamente el espíritu del disco: “Soy el presente, soy la memoria, soy el ayer, el que vuelve a renacer... en el hoy. Soy del ausente, reminiscencia. En mi existir soy el otro yo, del otro... que no está”.