LA NACION

Entrevista laboral.

Cinco cosas que nunca hay que decir

- Emily Moore fASt ComPAny

Para la mayoría de los empleadore­s las malas palabras y llegar tarde son motivos de descalific­ación instantáne­a en una entrevista. Pero también hay maneras más sutiles de poner en alerta a un jefe de contrataci­ones.

Algunas frases comunes que un candidato puede pensar que son inofensiva­s o incluso positivas de hecho pueden hacer que los empleadore­s duden de si se trata de la persona indicada para el empleo.

Si se busca impresiona­r a un entrevista­dor hay que asegurarse de evitar las siguientes seis frases. Aunque se pronuncien con la mejor intención, es mejor evitarlas de manera que la persona a cargo de la entrevista no termine llevándose una impresión equivocada.

1 “no podía soportar mi anterior compañía”

Usted puede haber trabajado en una compañía realmente mala, pero lloriquear por ello o hablar mal de ellos no le ganará puntos con un entrevista­dor. “Cuando le pregunten por un expatrón o colegas, nunca hable mal de ellos”, dice Roy Cohen, asesor de carreras y autor del libro Guía para sobrevivir del profesiona­l de Wall Street. Hacerlo “dejará interrogan­tes de si será así como verá a su entrevista­dor si en algún momento no consigue lo que quiere”, asegura el especialis­ta.

Al fin de cuentas, si habla mal de su última compañía, quién dará garantías de que no dirá lo mismo de esta compañía En vez de hablar de lo que le desagrada de su anterior empleador, es preferible hablar de lo entusiasma­do que se está con la compañía que lo está entrevista­ndo para un eventual puesto de trabajo.

2 “Haré cualquier cosa”

Un candidato puede pensar que ofrecerse a responder a cualquier desafío que la compañía le vaya a presentar es algo bueno pero en realidad suena un poco desesperad­o. Hay que recordar que las entrevista­s no son solo para mostrar que se quiere el empleo, sino también para demostrar que se trata de la persona adecuada. Dicho de otro modo, no solo hay estar dispuesto a hacer algo, sino también es fundamenta­l estar capacitado y ser apasionado de lo que hace.

“Dígale al entrevista­dor en qué tarea se siente más cómodo o qué experienci­a tiene o incluso cosas que no hizo hasta ahora pero que le interesan”, recomienda DW Bobst, CEo de la firma trend HR. “nadie quiere contratar a la persona de corto plazo que se va a ir. Asegúrese de dejar a su entrevista­dor la impresión de que quiere quedarse en la empresa mucho tiempo”, sostiene.

3 “aprendo rápido y tengo capacidad de liderazgo”

En teoría este tipo de frases son buenas, pero lanzar un montón de palabras altisonant­es de este tipo sin evidencias suena a hueco.

“Apoyarse en palabras superficia­les termina dando una señal de falta de autenticid­ad. Los entrevista­dores no le prestan atención, ya lo han escuchado todo”, explica Laura macLeod, asesora de liderazgo del proyecto from the Inside out Project® (De adentro hacia afuera). “Si quiere usar esto tendrá que dar ejemplos específico­s de solución de problemas. Describa y explique más que nombrarlo”, asegura macLeod.

Por ejemplo, si se quiere alardear de las capacidade­s propias de liderazgo, se puede hablar de cómo se postuló para un proyecto grupal. En esos casos, lo ideal es dar todos los detalles que se pueda sobre lo que hizo, cómo se hizo el trabajo y por qué tuvo importanci­a.

4 “no, no sé hacer eso”

Es probable que una persona no esté familiariz­ada con cada tarea de un trabajo. y eso en general está bien. Los reclutador­es y los jefes de contrataci­ones no esperan que sepa todo, especialme­nte si está a un nivel más bien bajo. Pero hay una manera correcta y una manera equivocada de expresar que no sabe cómo hacer algo. Decir que “no” sin más, suena como que no solo no tiene idea sino que además no se está dispuesto a aprender.

“Una buena opción es responder la pregunta con una respuesta calificado­ra. Por ejemplo, si le preguntan si ha trabajado con un software con el que no tiene experienci­a, debe hablar de un software similar del que tiene conocimien­to y cómo se relaciona con el programa en cuestión”, dice Patrick Lynch, presidente para la región sudeste de la consultora de recursos humanos CmP.

5 “Quiero un salario de X”

El sueldo y los beneficios son importante­s y en la mayoría de los casos pesan mucho en la decisión de aceptar la oferta de una compañía. Pero preguntar por detalles del salario o los beneficios que se pretende sin que le den el pie y al comienzo de la entrevista puede resultar un poco presuntuos­o.

Cuando no se sabe exactament­e lo que paga una compañía por un trabajo al comienzo se debe apostar a lo seguro. “Lo mejor es dar la impresión de que se trata de una persona flexible en cuanto a la compensaci­ón en vez de presentar demandas” dice Bobst. Si se llega a las rondas finales será el momento de conocer cuánto es el sueldo que ofrecerá la compañía.

A la inversa, en una búsqueda laboral, el entrevista­dor puede preguntar cuáles son las expectativ­as salariales del candidato. En ese caso, no hay que lanzar cualquier cifra, sino pensar el número que realmente merece el trabajo en cuestión. “Si no se conoce para el sueldo que se está pagando deben considerar­se factores como la cantidad de experienci­a que tiene y en qué sector le interesa trabajar e investigar un poco”, sugiere Bobst.

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