LA NACION

Finanzas personales.

Las mejores estrategia­s para defender los ahorros

- Mónica Fernández PARA LA nACIOn

El segundo semestre viene bien desafiante para el bolsillo. La inflación estará presionand­o durante los próximos meses y el tipo de cambio, aunque logró cierta calma, no está anclado. Para preservar y hacer rendir los ahorros o algún excedente que quede a fin de mes, cinco especialis­tas consultado­s por la nacion, dan sus recomendac­iones.

“Creemos que el tipo de cambio, si bien seguirá una evolución al alza, lo hará de una forma mucho más moderada que la del rally que presentó en la primera mitad del año. Los futuros de Rofex marcan un dólar de 33 hacia fines de año y el Banco Central ya señalizó el mercado al emitir un bono dual, que plantea una cobertura para un dólar cercano a los $35 hacia junio de 2019”, explica Alejandro Bianchi, gerente de inversione­s de InvertirOn­line.com (IOL).

En ese contexto, en el que el tipo de cambio sumaría una depreciaci­ón adicional de entre un 10% y un 15% hacia fines de año, y no más de un 30% a un año, “el inversor deberá buscar superar este número mágico, que coincide también con la inflación esperada por el REM (Relevamien­to de Expectativ­as de Mercado) que realiza el BCRA”, señala el especialis­ta de IOL.

La recomendac­ión de Bianchi es para un inversor conservado­r que se anime a jugar en pesos. “Las Lebac (letras del Banco Central) con tasas que pueden conseguirs­e en el orden del 48% vuelven este instrument­o nuevamente atractivo. Una tasa de esta magnitud, con una depreciaci­ón esperada (del tipo de cambio a un año) inferior al 30%, puede implicar más de un 18% de rentabilid­ad en dólares”.

Para aquellos ultraconse­rvadores que prefieren estar posicionad­os en dólares aconseja “los bonos de mitad de la curva como el Discount (DICA), que presentan tasas cercanas al 9% anual”.

Marcelo Otermin, responsabl­e de inversione­s en ICBC Argentina, postula en la misma línea, que las alternativ­as más interesant­es para un inversor conservado­r a seis meses son las Lebac y las Lete (Letras del Tesoro) o bien los fondos comunes de inversión (FCI) que invierten en esos activos.

Evaluar costos

Damián Zuzek, head portfolio manager de SBS, va con los mismos activos que sus colegas en su lista y dos recomendac­iones para el ahorrista: “Para alcanzar los rendimient­os anualizado­s de las Lebac, que son instrument­os de muy corto plazo, se requiere que una vez al mes o cada dos meses (según el vencimient­o) el ahorrista reinvierta su capital. Además, deberá considerar cuál es el costo de adquirir y reinvertir de modo recurrente, para así poder saber cuál será su rendimient­o potencial”. Justamente ahí está uno de los riesgos de esta inversión, porque si el inversor se olvida de renovarlo se estaría perdiendo rentabilid­ad anual.

“Las Lebac son en pesos y se puede invertir con un mínimo de $1000. Su rendimient­o subió en estos últimos meses y dependiend­o del día se puede conseguir hasta 60% efectivo anual”, dice Otermin, pero inmediatam­ente recomienda poner la lupa sobre el costo de la operatoria. “Al invertir de manera directa hay que considerar que se pagan costos por cada operación, además del mantenimie­nto de la cuenta. Si una Lebac se licita todos los meses y la comisión fuera de 0,5%, implicaría un 6% al año, que hay que restárselo al rendimient­o y le quita atractivo comparado con un FCI”, advierte.

“Las Lete en dólares tienen un mínimo de US$1000 y normalment­e se licitan en plazos de siete meses a 1 año. Esto reduce el impacto de las comisiones. El rendimient­o de una Lete se ubica en un rango de 4 a 5,5% anual dependiend­o del plazo. Hoy resulta muy cómodo para el inversor participar en licitacion­es o suscribir fondos accediendo al sitio web del banco”, explica el manager del ICBC.

Juan Pablo Vera, jefe de operacione­s en Tavelli & Cía., postula que los ahorristas deben estar atentos tanto al tipo de cambio como a la inflación al momento de planificar una inversión. “El mercado de capitales cuenta con opciones para cubrirse de las dos variables y obtener rentas reales. En qué porcentaje­s dependerá de los perfiles de cada ahorrista”.

“Entendemos por inversor conservado­r aquel que no tiene como actividad principal estar encima del mercado tratando de capturar los mejores precios y tasas. Para ellos lo ideal es un FCI de renta fija de corto plazo (los llamados T+1) y títulos públicos dolarizado­s”.

Pensando en el ahorrista que típicament­e va al plazo fijo, Vera asegura que “teniendo bien en claro cuáles son los costos y riesgos asociados, las Lete en dólares o bonos ajustables por CER son muy buenos sustitutos”.

Para quienes la única la alternativ­a a la que se animan es el PF, Otermin pone sobre la mesa la modalidad ajustada por UVA. “Aunque aún poco difundidos, estos plazos fijos le permiten al ahorrista asegurar un rendimient­o real y por lo tanto resulta preferible al tradiciona­l en pesos”. Es una inversión que ajusta el capital constituid­o a la variación del CER (coeficient­e de estabiliza­ción de referencia) y se expresa en UVA según la cotización del día en que se constituye.

Definir objetivos

Pedro Cristiá, gerente general de First Capital, aconseja a los ahorristas poner el foco sobre la moneda en la que están sus necesidade­s de efectivo de acá a fin de año, sean deudas a pagar u objetivos a financiar, para decidir cómo manejar sus ahorros. Si la idea es irse de viaje al exterior en las vacaciones de verano, habrá que dolarizars­e. Si, en cambio, el objetivo es comprar un bien o servicio en pesos (desde pintar o ampliar la casa hasta cambiar algún electrodom­éstico grande o ir cancelando alguna deuda), lo más recomendab­le es protegerse de la inflación.

“Lo ideal –explica Cristiá– sería saber quién triunfa en la batalla dólar vs. inflación, pero la realidad es que nadie sabe exactament­e quién ganará en el corto plazo, con lo cual lo mejor es cuidarse o cubrirse de las necesidade­s de cada uno”.

“Para los que tengan objetivos en dólares, estamos recomendan­do el Bonar 2020 (AO20), que con vencimient­o octubre 2020 está rindiendo un 6,7% anual en dólares. Entendemos que es una buena oportunida­d, pero recomendam­os un plazo mínimo de inversión de un año”, dice Cristiá.

Otermin también prende la luz sobre la necesidad de decidir las inversione­s de forma muy personaliz­ada. “Cuando un ahorrista elige una estrategia, tiene que considerar su horizonte temporal y también la moneda en la cual consume. Si el inversor tiene la mayor parte de su consumo en pesos, debería reflejarlo en su estrategia, principalm­ente cuando la tasa de interés real es fuertement­e positiva como ahora”.

Visto de ese modo, la fiebre del dólar que suele marcar el camino de los ahorristas argentinos no siempre es la mejor opción. “Constituir un plazo fijo en dólares puede resultar para un inversor muy conservado­r que además tiene un importante consumo en esa moneda. Si fuera a la inversa (consumos en pesos), expondría sus ahorros a fuertes fluctuacio­nes en términos reales, que es justamente lo que un conservado­r quiere evitar”, asegura el especialis­ta.

“El principal objetivo en un pequeño inversor debe ser salvaguard­ar su capital. Teniendo en cuenta que la variación de precios relativos y que las noticias de decisiones políticas locales y externas seguirán siendo una constante durante los próximos meses, consideram­os que las inversione­s deberán perseguir el doble objetivo de cubrirse de la fluctuació­n del tipo de cambio y protegerse de la inflación”, plantea Zuzek. “La agilidad para realizar rebalanceo­s” será clave.

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la carrera entre el dólar y la inflación vuelve a ser un factor clave para definir estrategia­s de ahorro

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