LA NACION

Médicos falsos en un hospital de Cañuelas

Denuncian que usaron la identidad de dos profesiona­les.

- Leonardo Scannone

“Aplicale una buscapina inyectable”. Con esa frase, Felipe nori Haggi Lacerda dio por terminada la consulta con el hijo de ignacio López el 9 de septiembre pasado. “Si sigue con dolores traémelo mañana”, aconsejó. El padre, junto con su hijo de 16 años, volvió a los dos días a la sala de guardia del Hospital Municipal Ángel Marzetti de la localidad bonaerense de Cañuelas, porque el adolescent­e no aguantaba más el dolor abdominal. “Debe ser un cuadro de vesícula. Sabés qué, le vamos a dar un poquito de suero”, le recetó. A las dos horas, López volvió a su casa. El malestar continuó y lo llevó a la clínica de Monte Grande. Allí le dijeron que el adolescent­e, después de varios estudios, sufría de una pancreatit­is. “nunca lo tocó, lo recetó con la vista. Una locura”, contó a la nacion.

El hijo de López fue uno de los pacientes afectados por Haggi Lacerda, que junto con Thais Soares Costa habrían falsificad­o su identidad para ejercer la medicina en el hospital. La investigac­ión la lleva a cabo la Unidad Fiscal de instrucció­n y Juicio (UFiJ) n° 1 y n° 2 de Cañuelas.

Todo empezó a partir de una denuncia penal que las autoridade­s del hospital radicaron en abril pasado, cuando el personal administra­tivo detectó en la guardia que Haggi Lacerda, de nacionalid­ad brasileña, se hacía pasar por el doctor Jaoa Peixota Dos Santos neto y que Soares Costa, también brasileña, simulaba ser la médica Sonia Banhuki Galvao.

El entramado que se destapó a partir de la denuncia es complejo. En el hospital se dieron cuenta de la verdadera identidad de Haggi Lacerda cuando pidió licencia para casarse en abril pasado. notaron que la copia del acta de matrimonio que entregó estaba adulterada y luego, a partir de la búsqueda en redes sociales, identifica­ron su verdadera identidad. Por eso, lo convocaron para que dé explicacio­nes, pero no volvió a su trabajo. “La duda empezó con la copia del acta. Se veía que el nombre estaba como borroneado. Sin dudar le pedimos los originales y todos los papeles, pero no vino más. Ahí se hizo una denuncia penal”, relató la directora del hospital, Diana Barcia. Además, señaló que tanto Haggi Lacerda como Soares Costa cobraban por sus tareas unos 120.000 pesos mensuales.

Según relató la concejala Elizabeth Romero (Cambiemos), que denunció el caso, Haggi Lacerda había llegado al país hace ocho años de la mano de un convenio estudianti­l que realizó la Universida­d de Morón con ese país.

Según fuentes judiciales, entro al hospital en agosto del año pasado con todos los documentos requeridos para ingresar –esto se encuentra en proceso de la investigac­ión– y así superó todos los controles con un título de médico bajo el brazo de

Ignacio López

PADRE DE UN PACIENTE

“A mi hijo, Haggi Lacerda nunca lo tocó. Lo recetó con la vista. Fue una locura”

Diana Barcia DIRECTORA DEL HOSP. MARZETTI

“La duda empezó con la copia del acta de casamiento. Se veía que el nombre estaba como borroneado. Le pedimos los originales y todos los papeles, pero no vino más” la facultad de Morón a nombre de Jaoa Peixota Dos Santos neto.

Dos Santo neto, según fuentes judiciales, sería un médico real al que le fraguaron la identidad. A partir de esto, el portal de noticias El Ciudadano Cañualense comenzó a investigar y encontró entre el plantel de médicos del hospital un caso similar al de Haggi Lacerda. El de Soares Costa que también habría falsificad­o su identidad.

Según el portal, el 1° de noviembre pasado, Soares Costa presentó en el hospital el diploma de la Universida­d de Morón junto a fotocopias del Dni, matrícula, certificad­o habilitant­e del Ministerio de Salud y legalizaci­ón del Ministerio de Relaciones Exteriores a nombre de Sonia Banhuki Galvaolo. La escena en la oficina de Recursos Humanos del hospital fue un calco a la de Haggi Lacerda. A los pocos días ya se encontraba dando recetas en la guardia del hospital, afirma el medio.

A partir de que estos casos salieron a la luz, el hospital inició una investigac­ión interna sobre todo el plantel médico. “El 17 de julio dimos de baja otros cuatro contratos más cuando verificamo­s la documentac­ión de todo el personal. no podemos decir que es el mismo caso, pero pedimos a la fiscalía que lo investigue. Son cuatro médicos que no presentaro­n la certificac­ión del Colegio de Médicos del Distrito iii de Morón”, agregó Barcia.

Ayer por la mañana, ante esta situación el director Federico Pequeño renunció. Así lo confirmó Barcia a la nacion: “Dio un paso al costado, se vio desbordado emocionalm­ente”.

La policía todavía no logró dar con los sospechoso­s para que den las explicacio­nes sobre cómo obtuvieron todos los documentos para poder ejercer la medicina.

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