Esa vieja fórmula xeneize
Será hoy la dupla de ataque de San Lorenzo, que recibe a Deportivo Temuco; fueron campeones con Boca en 2011
Mouche y Blandi se reencontraron en San Lorenzo después de siete años
Entre 2011 y 2012, cuando Julio Falcioni contó para la delantera de Boca con protagonistas de la talla de Darío Cvitanich, Lucas Viatri, Santiago Silva, Pablo Mouche y Nicolás Blandi, empezó a gestarse una dupla que no tuvo demasiado rodaje, pero que aún es recordada por los hinchas de Boca. Desde hoy, generará ilusión pero en otro de los grandes de la Argentina, San Lorenzo: Mouche-Blandi.
Hay que remontarse algunos años para revivirlos juveniles y desfachatados. Mouche, con movilidad y buenos centros. Blandi, con su puntería de cara al arco. Después de tres años sin conquistas para Boca, ambos resultaron piezas importantes para consagrarse campeones invictos en el torneo Apertura 2011. El último en lograrlo. Mouche disputó 18 partidos y marcó un gol, en tanto que el promedio de su amigo fue asombroso: ocho encuentros y cuatro tantos. Pero fue en los últimos diez días de octubre donde Mouche y Blandi comenzaron con los abrazos y con una amistad que se extiende hasta hoy, cuando los volvió a reunir Boedo. En aquellos días los sufrieron Colón y Atlético Rafaela y sirvió para que Boca encaminara su título. Un a fórmula en la que los simpatizantes azulgranas depositarán sus miradas: centro de Mouche, gol de Blandi. Una visita a Racing en Avellaneda en 2012 sirve para ampliar los ejemplos. Hasta se invirtió la receta en mayo de ese año, cuando el Nº 9 asistió a su amigo en una visita que terminó 2-2 en Rafaela.
El abrazo, se repitió en enero de 2012, en un rincón del estadio José María Minella, en Mar del Plata. En aquel verano, un cabezazo de Mouche de pique al suelo les dio a los xeneizes la victoria ante River 1-0. Boca, que ya había finalizado 2011 bien arriba, disfrutaba con su dupla frente a un adversario que todavía buscaba su identidad para la B Nacional. Se abrazaron también para celebrar la Copa Argentina. Más tarde, el 20 de julio, una fecha siempre especial para los argentinos, los delanteros se despidieron. “Feliz día para uno de mis mejores amigos”, escribió Blandi en su cuenta de Twitter. Y subió una foto donde se los ve juntos en un grito de gol. “Toda la suerte amigo en este nuevo desafío. Se va una gran persona y mi mejor asistidor”, remarcó. Mouche viajaba a Europa tras fichar por el Kayserispor de Turquía. Nunca más volvieron a compartir una cancha después de esos once encuentros en los que hubo sintonía a lo largo de 638 minutos. No hay dudas: hoy, frente a Deportes Temuco, vivirán una noche especial.
San Lorenzo espera que la paciencia y precisión de Blandi definan todo lo que Mouche genere con su velocidad. Ya comparten la habitación en cada concentración. “En inferiores no tuvimos la chance de estar juntos pero sí en la primera con Falcioni. Yo estaba en el plantel cuando a Nico le tocó debutar. Después me fui y seguimos con la relación, hablábamos todas las semanas y cuando yo venía desde el exterior nos juntábamos a comer. Es muy lindo volver a compartir un equipo con Blandi, nos entendemos bien. Me pasó la temporada pasada con Cvitanich. El hecho de haber jugado antes, con buenas experiencias, suma”, dijo quien hoy llevará el Nº 11, y defendió a su amigo, desde Turquía, cuando el club lo dejó partir en diciembre de 2013. “Boca se equivocó con Blandi, no le dio las oportunidades que merecía”.
Especialista en el desborde, a los 30 años se lo ve con mayor aplomo a Mouche. “Esta oportunidad me llegó en un momento pleno de mi vida, en lo personal y en lo futbolístico. Aprendí de mis errores, viví en el exterior y compartí experiencias con muchos planteles. Aprendí a cuidarme y a prepararme mejor. Sé que esta camiseta exige mucho y soy consciente de los desafíos que se vienen”, dijo. Su compañero de ataque, claro, se encargó de recibirlo: “Bienvenido, amigo. Felicitaciones por este nuevo gran paso en tu carrera. Y que venga acompañado de muchos éxitos”. Blandi, de 28 años, es tal vez el mayor referente de este San Lorenzo. Es el único de los habituales titulares que permanece del equipo que celebró la Libertadores en 2014.