LA NACION

Nos falta jugar más coN poteNcias

- Texto Alejo Miranda

SAN FRANCISCO, Estados Unidos.– En las tribunas, atrás de una de las haches, un puñado de argentinos se hizo sentir más fuerte que la mayoría de los estadounid­enses que había entre las 30.000 personas que presenciar­on la espectacul­ar jornada final del Mundial de Seven. En la cancha, los Pumas 7s se agrandaban frente a Estados Unidos, que había llegado como uno de los favoritos para el título, no solo por su condición de local sino también por el peso de sus individual­idades y por haber ganado una etapa del Circuito, la que se jugó en Las Vegas. La goleada de 33-7 redondeó un gran Mundial para el selecciona­do argentino, que terminó en el quinto puesto. Un éxito que se basó –tal el potencial de este grupo– en el juego de equipo antes que en el peso de alguna figura en particular.

“Nos encanta jugar contra el local, nos encanta jugar contra Estados Unidos”, sostuvo el entrenador, Santiago Gómez Cora, gran responsabl­e del presente de Pumas 7s. “Jugamos muchas veces en la temporada y habíamos ganado y perdido, pero terminar ganando y en su casa es muy lindo, nos deja muy contentos. Sabíamos cómo era el rival, cómo jugar con él. A veces sale, otras no. Esta vez salieron todas”, apuntó, en una entevista para en esta ciudad california­na. la nacion

–¿El último fue su mejor partido?

–Sin dudas. Nos salió todo. Nos había quedado la vena del partido con Fiji, no solamente por el resultado, sino además por no haber plasmado nuestro juego, y este es nuestro juego. Cuando el equipo está enfocado y ejecutamos nuestro plan, somos así de contundent­es. Obviamente, la ilusión era salir campeones, trabajamos fuertement­e para eso y teníamos con qué, pero el gran objetivo era terminar quintos, como lo hicimos. Ahora hay que redoblar e ir por más.

–¿Qué balance tenés del torneo para los Pumas?

–El balance es positivo. No haber hecho nuestro juego contra Fiji nos duele. Por eso los jugadores se juntaron, no claudicaro­n y dijeron “no vamos a irnos así. Vamos a demostrar que somos un equipo”. Lo demostramo­s tres veces, lo que nos da tranquilid­ad.

–¿Cuáles son las caracterís­ticas de este selecciona­do?

–Unas destrezas físicas y técnicas muy buenas. Con un alma y un entusiasmo que son los que se necesita para jugar al rugby. Hay laburo, esfuerzo y conocimien­to, pero sin entusiasmo no se puede lograr nada. Es la principal caracterís­tica de este equipo.

–¿Cómo fue el ciclo para llegar hasta esto?

–Arrancamos después de los Juegos Olímpicos con un proceso de cuatro años. Perdimos algunos jugadores, conservamo­s otros. Lo más importante es la experienci­a de esos jugadores, como [Gastón] Revol y [Franco] Sábato, que transmiten esa experienci­a y hacen acortar esa brecha de aprendizaj­e. En el primer año probamos muchos jugadores. Nosotros, como staff, quisimos probar también otro sistema, ser más ofensivos y en defensa ser más agresivos. La segunda temporada consolidam­os un equipo y elegimos un plan de juego, y así fue como tuvimos un buen año, llegando a una final, ganando tres medallas, siendo contundent­es cuando nos lo propusimos. El Mundial es un escalón importante en el medio, y vinimos a jugarlo como tal, cumpliendo el objetivo de subir ese escalón. Habíamos sido séptimos en la temporada; ahora terminamos quintos. Y viene la parte más linda, que es la parte olímpica.

–¿Cómo es la selección de jugadores?

–Complicada, porque los selectores muchas veces caen en mandar solamente jugadores talentosos, cuando necesitamo­s de todo un poco, como tamaño y talla, como se vio frente a Fiji, cuando necesitamo­s un poco y un poco. No buscamos a los mejores sino a los que se puedan adaptar a nuestro plan de juego, que apunta a llegar a lo más alto.

–A partir de este quinto puesto, ¿se puede esperar solamente más mejoras?

–Se trata de apostar a este grupo, de que este sea nuestro piso. El próximo objetivo es terminar entre los seis primeros en la temporada, no solamente por el ranking sino porque también implicaría jugar muchas veces semifinale­s, que es el pasito que nos falta: jugando más veces con las potencias, crecemos.

–¿Cuánto cuesta ser regular en esta especialid­ad?

–Muchas veces perdemos partidos raros, y hay que ver que pasó. A veces que tenemos que viajar a, por ejemplo, Hong Kong, y nos cuesta mucho por el jet lag. Aunque se llegue antes, uno no se acomoda. Por eso generalmen­te nos va bien en Estados Unidos, a donde hacemos el viaje más corto y que está en nuestro mismo huso horario. Por ahí hay un lesionado; por ahí, un referí que la picó en ese partido. Hay muchas variables. La propuesta para la próxima temporada es ser más regulares, mantener el equipo. A veces hay factores externos dentro de la estructura de la UAR que no nos permiten esa regularida­d.

–Dentro de las posibilida­des, ¿qué se puede mejorar en la estructura para no tener que empezar en cero cada cuatro años?

–Y a veces, empezar de un año a otro. Nosotros sabemos que es una buena plataforma para desarrolla­r el rugby de 15, que es el anhelo de todo jugador, al no vamos a cortarle los brazos. Por un lado, se podría ampliar la base, para no depender de un jugador. Me encanta que venga Sábato y haga dos tries, pero no me gusta depender de una lesión o de que se vaya al exterior o a los Pumas y entonces el equipo lo sienta, como les pasa a algunas potencias, como Estados Unidos y Francia.

–¿Qué te pareció el Mundial de San Francisco?

–Me llamó la atención muchísimo. No teníamos expectativ­as importante­s en él dentro de nuestro calendario; Estados Unidos no tiene tanta cultura de este deporte. Pero me sorprendie­ron el estadio, la gente, el show que se vivió. Y este sistema nuevo, por más que sea fuerte y no dé segundas oportunida­des –tan perverso–, funcionó bien por la cantidad de partidos y por llegar al más importante, que es el último, con los equipos en buenas condicione­s y sin lesiones.

–¿Hasta dónde puede llegar la Argentina?

–Este equipo puede llegar hasta donde se lo proponga. Vamos a ir trabajando año tras año, paso por paso. La ilusión era ser campeones, como siempre. Encaramos cada etapa con las mejores expectativ­as, pero sabiendo la realidad: nos cuesta todavía contra algunas potencias y hay que tener un rendimient­o perfecto para jugar de igual a igual y tener chances de ganar. En este Mundial no lo hicimos. Este tiene que ser nuestro piso, y a partir de él debemos ir achicando la brecha con los de arriba y ver dónde podemos terminar. Pero falta; son dos años de mucho trabajo y de seguir creciendo.

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