Con apoyo internacional, se detectó una red de tráfico de drogas sintéticas
La Policía Federal trabajó con agentes españoles y alemanes para desbaratar a una banda que había introducido 29.979 pastillas de éxtasis
Fue una entrega vigilada que podría ser copiada por un guionista de series. La camioneta del correo privado United Parcel Service, más conocido como UPS, fue conducida por el encargado del departamento de repartos de la empresa. Su acompañante, si bien estaba vestido con el uniforme de esa compañía, no era un empleado, sino un auxiliar de Inteligencia de la Policía Federal Argentina (PFA) que había tomado un curso acelerado sobre distribuciones “puerta a puerta” de encomiendas. Debía pasar como cartero y dejar en un hotel de Balvanera una caja que había llegado vía aérea desde Alemania con, supuestamente, un calefón eléctrico. Pero la verdadera carga que esperaban los destinatarios eran 29.979 pastillas de éxtasis.
La entrega vigilada, ordenada por el juez en lo penal económico Rafael Caputo, fue el principio del fin para una banda de narcotraficantes integrada por ciudadanos argentinos y dominicanos que recibía desde Europa cargamentos de éxtasis ocultos en calefones eléctricos. En los próximos meses, cinco sospechosos deberán enfrentar un juicio oral y público.
No fue el único embarque de droga sintética oculto en un calefón eléctrico que tuvo como destino a la Argentina. En noviembre pasado, con información aportada por la Guardia Civil de España, en la Terminal de Cargas del aeropuerto internacional de Ezeiza, personal de la División Narcotráfico de la Dirección General de Aduanas (DGA) secuestró 30.908 pastillas de éxtasis. Esta encomienda logró eludir los controles aduaneros, pero no fue entregada a sus destinatarios por problemas de documentación. Para hacer el envío, los sospechosos contrataron en ese caso los servicios de la empresa DHL.
Según una reciente causa que fue elevada a juicio oral y público, cada dosis de éxtasis se cotiza a US$20. Es decir que el valor de la droga secuestrada podría ascender a US$1.217.740. En este caso, según informaron fuentes judiciales, los narcotraficantes podrían haber ganado el doble de ese valor estimado porque la mayoría de las pastillas de éxtasis secuestradas estaban troqueladas y se podían separar en dos unidades.
Además de los cinco detenidos en la Argentina, otros dos ciudadanos dominicanos fueron apresados en España al sospecharse que fueron los delincuentes que planificaron el envío de los dos cargamentos millonarios de droga sintética. Así lo informaron a la nacion fuentes judiciales.
Lainvestigación,dondeelministerio Público estuvo representado por el fiscal en lo penal económico Emilio Guerberoff y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por Diego Iglesias, comenzó cuando, el 11 de octubre pasado, autoridades aduaneras alemanas descubrieron el éxtasis en el aeropuerto de Colonia-bonn en un paquete que tenía a Ezeiza como destino. Había sido despachado en el municipio de Torrejón de Ardoz, en Madrid.
“El modo en que se hallaba acondicionada y oculta la droga demuestra la existencia de un ardid que tuvo por fin eludir el control aduanero para poder ingresar en el país la sustancia ilícita sin ser detectada. De hecho, la maniobra intentada tuvo éxito, dado que la encomienda logró sortear el control de aduanero, mas no pudo ser entregada a sus destinatarios por presentar problemas con la documentación y por haber sido alertadas las autoridades policiales y judiciales”, afirmó el fiscal Guerberoff en el pedido de elevación a juicio del expediente que trata el secuestro de las 30.908 pastillas de éxtasis.
En la investigación, los funcionarios judiciales tuvieron la colaboración de detectives de la División Operaciones Federales de la PFA, que lograron la detención de los cinco sospechosos. Aún resta identificar al presunto receptor final de la droga sintética. Se trataría de un ciudadano dominicano conocido solo por sus alias: “Morocho Pera” y “Flaco Pera”. Se sospecha que alcanzó a salir del país para evitar el arresto.
Cargamento vigilado
Al tomar conocimiento de la ruta de esa droga, las autoridades decidieron hacer una entrega vigilada, que contó con la colaboración de funcionarios judiciales alemanes y españoles. La encomienda con las pastillas ocultas llegó a la Argentina en un avión de Lufthansa, supervisada por dos funcionarios aduaneros de Alemania.
Para concretar la entrega vigilada de las 29.979 pastillas que llegaron de Alemania se decidió reemplazar la droga sintética por porotos, para no modificar el peso de la encomienda y no llamar la atención de los sospechosos.
Pero además del secuestro de los dos cargamentos de pastillas de éxtasis, los detectives policiales lograron la incautación de tres kilos de cocaína, billetes falsos que representaban US$350.000 dólares y 43.000 euros, máquinas para falsificar tarjetas de crédito y cientos de tarjetas en proceso de adulteración.
Uno de los presuntos delincuentes que estará sentado en el banquillo de los acusados, identificado por sus iniciales J.D.V., declaró como arrepentido, pero toda la información aportada fue falsa. Entonces, el fiscal Guerberoff solicitó que se extrajera testimonios para que se investigue si su conducta se tipifica en el artículo 276 bis del Código Penal, que prevé una “pena de prisión de cuatro a diez años y la pérdida del beneficio concedido el que, acogiéndose al beneficio del artículo 41° [ley del arrepentido], al que proporcionare maliciosamente información falsa o datos inexactos”.