LA NACION

Con apoyo internacio­nal, se detectó una red de tráfico de drogas sintéticas

La Policía Federal trabajó con agentes españoles y alemanes para desbaratar a una banda que había introducid­o 29.979 pastillas de éxtasis

- Gabriel Di Nicola

Fue una entrega vigilada que podría ser copiada por un guionista de series. La camioneta del correo privado United Parcel Service, más conocido como UPS, fue conducida por el encargado del departamen­to de repartos de la empresa. Su acompañant­e, si bien estaba vestido con el uniforme de esa compañía, no era un empleado, sino un auxiliar de Inteligenc­ia de la Policía Federal Argentina (PFA) que había tomado un curso acelerado sobre distribuci­ones “puerta a puerta” de encomienda­s. Debía pasar como cartero y dejar en un hotel de Balvanera una caja que había llegado vía aérea desde Alemania con, supuestame­nte, un calefón eléctrico. Pero la verdadera carga que esperaban los destinatar­ios eran 29.979 pastillas de éxtasis.

La entrega vigilada, ordenada por el juez en lo penal económico Rafael Caputo, fue el principio del fin para una banda de narcotrafi­cantes integrada por ciudadanos argentinos y dominicano­s que recibía desde Europa cargamento­s de éxtasis ocultos en calefones eléctricos. En los próximos meses, cinco sospechoso­s deberán enfrentar un juicio oral y público.

No fue el único embarque de droga sintética oculto en un calefón eléctrico que tuvo como destino a la Argentina. En noviembre pasado, con informació­n aportada por la Guardia Civil de España, en la Terminal de Cargas del aeropuerto internacio­nal de Ezeiza, personal de la División Narcotráfi­co de la Dirección General de Aduanas (DGA) secuestró 30.908 pastillas de éxtasis. Esta encomienda logró eludir los controles aduaneros, pero no fue entregada a sus destinatar­ios por problemas de documentac­ión. Para hacer el envío, los sospechoso­s contrataro­n en ese caso los servicios de la empresa DHL.

Según una reciente causa que fue elevada a juicio oral y público, cada dosis de éxtasis se cotiza a US$20. Es decir que el valor de la droga secuestrad­a podría ascender a US$1.217.740. En este caso, según informaron fuentes judiciales, los narcotrafi­cantes podrían haber ganado el doble de ese valor estimado porque la mayoría de las pastillas de éxtasis secuestrad­as estaban troquelada­s y se podían separar en dos unidades.

Además de los cinco detenidos en la Argentina, otros dos ciudadanos dominicano­s fueron apresados en España al sospechars­e que fueron los delincuent­es que planificar­on el envío de los dos cargamento­s millonario­s de droga sintética. Así lo informaron a la nacion fuentes judiciales.

Lainvestig­ación,dondeelmin­isterio Público estuvo representa­do por el fiscal en lo penal económico Emilio Guerberoff y la Procuradur­ía de Narcocrimi­nalidad (Procunar), conducida por Diego Iglesias, comenzó cuando, el 11 de octubre pasado, autoridade­s aduaneras alemanas descubrier­on el éxtasis en el aeropuerto de Colonia-bonn en un paquete que tenía a Ezeiza como destino. Había sido despachado en el municipio de Torrejón de Ardoz, en Madrid.

“El modo en que se hallaba acondicion­ada y oculta la droga demuestra la existencia de un ardid que tuvo por fin eludir el control aduanero para poder ingresar en el país la sustancia ilícita sin ser detectada. De hecho, la maniobra intentada tuvo éxito, dado que la encomienda logró sortear el control de aduanero, mas no pudo ser entregada a sus destinatar­ios por presentar problemas con la documentac­ión y por haber sido alertadas las autoridade­s policiales y judiciales”, afirmó el fiscal Guerberoff en el pedido de elevación a juicio del expediente que trata el secuestro de las 30.908 pastillas de éxtasis.

En la investigac­ión, los funcionari­os judiciales tuvieron la colaboraci­ón de detectives de la División Operacione­s Federales de la PFA, que lograron la detención de los cinco sospechoso­s. Aún resta identifica­r al presunto receptor final de la droga sintética. Se trataría de un ciudadano dominicano conocido solo por sus alias: “Morocho Pera” y “Flaco Pera”. Se sospecha que alcanzó a salir del país para evitar el arresto.

Cargamento vigilado

Al tomar conocimien­to de la ruta de esa droga, las autoridade­s decidieron hacer una entrega vigilada, que contó con la colaboraci­ón de funcionari­os judiciales alemanes y españoles. La encomienda con las pastillas ocultas llegó a la Argentina en un avión de Lufthansa, supervisad­a por dos funcionari­os aduaneros de Alemania.

Para concretar la entrega vigilada de las 29.979 pastillas que llegaron de Alemania se decidió reemplazar la droga sintética por porotos, para no modificar el peso de la encomienda y no llamar la atención de los sospechoso­s.

Pero además del secuestro de los dos cargamento­s de pastillas de éxtasis, los detectives policiales lograron la incautació­n de tres kilos de cocaína, billetes falsos que representa­ban US$350.000 dólares y 43.000 euros, máquinas para falsificar tarjetas de crédito y cientos de tarjetas en proceso de adulteraci­ón.

Uno de los presuntos delincuent­es que estará sentado en el banquillo de los acusados, identifica­do por sus iniciales J.D.V., declaró como arrepentid­o, pero toda la informació­n aportada fue falsa. Entonces, el fiscal Guerberoff solicitó que se extrajera testimonio­s para que se investigue si su conducta se tipifica en el artículo 276 bis del Código Penal, que prevé una “pena de prisión de cuatro a diez años y la pérdida del beneficio concedido el que, acogiéndos­e al beneficio del artículo 41° [ley del arrepentid­o], al que proporcion­are maliciosam­ente informació­n falsa o datos inexactos”.

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Una parte del cargamento de éxtasis que estaba oculto en un calefón eléctrico

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