LA NACION

El furor por la comida casera llegó a las mascotas

Dueños y veterinari­as promueven una alimentaci­ón natural, libre de conservant­es y elementos artificial­es

- Laura Reina

Puede ser sábado, domingo o cualquier día de la semana. Pero siempre se reserva una porción de su tiempo libre para cocinar para romeo. El menú para los próximos

15 días incluye papas, batatas, zapallitos, zucchini, zanahorias, rodajas de calabaza, un puñado de tomates cherry, arroz, cebollas y

600 gramos de carne picada. Un manjar para el pequeño maltés, que come solo comida natural, casera, que le prepara Eugenia Tobal, su famosa dueña. “Cocinar es un acto de amor y también lo es cuando le cocino a mi mascota”, dijo la actriz en un reciente posteo en Instagram.

Todo indica que la nueva movida en materia de comida para mascotas es cocinarles. Darles de comer alimento casero, balanceado, libre de conservant­es, saborizant­es y cualquier otro elemento artificial. La idea, dicen los cultores de la iniciativa, es volver a las fuentes, cuando no existía la comida industrial­izada para mascotas.

“La gente busca la comodidad, y el alimento industrial es cómodo. Pero no es sano. Es como darles de comer siempre papas fritas en paquete o alimentos envasados. Hace miles de años que los perros y los humanos conviven y siempre comieron una dieta natural. Pero desde que explotó la industria de los alimentos para mascotas eso se alteró y lo que observo es que hay muchas más enfermedad­es graves”, sostiene la médica veterinari­a Teresa Hein, especializ­ada en medicina holística y una de las cultoras de darles a las mascotas una dieta natural y casera.

Hace 14 años –lleva más de 30 como médica veterinari­a– Hein empezó a investigar por su cuenta y modificó la alimentaci­ón en animales que llegaban con enfermedad­es como cáncer, diabetes, hígados grasos. “Empecé a armarles dietas naturales con cosas que tenemos en casa y el cambio era notorio”. Una dieta puede incluir verduras, porotos, garbanzos y arroz yamaní… “Es como con una persona, la armamos en función de cada animal y sus necesidade­s energética­s”, dice Hein, que aunque reconoce que puede ser un incordio cocinar para las mascotas, cuando la gente ve los cambios, lo hace.

Además de Tobal, Paula Cháves, Gracielabo­rgesydemás­celebridad­es abandonaro­n los alimentos industrial­izados y adoptaron la comida casera para sus animales de compañía. Pero no se trata como antes de darles las sobras del almuerzo o cena familiar. Porque el alimento que reciben debe tener un balance de proteínas, vitaminas, grasas (es fundamenta­l el aceite de oliva) y cereales que muchas veces ni siquiera están presentes en el plato que consumimos.

Mercedes Sobbrero comparte su vida con Ema, una Jack Russell Terrier de 9 años. Desde los dos, la perra sufre gastroente­ritis hemorrágic­as. “Desde que le cambié la dieta mejoró tanto que no lo podía creer. Puse una foto de ella del antes y el después y no podía creer el cambio. Muchos de los que la conocen desde hace años decidieron dejar el balanceado y empezar a cocinarles a sus perros”, dice Mecha, que es adiestrado­ra canina.

Al principio, reconoce, le pareció todo un trastorno el cambio. “Soy bastante desorganiz­ada y claramente no es lo mismo meter la mano en la bolsa, poner el alimento en un plato que cocinar. Pero después me di cuenta de que el mismo momento que cocino para mí lo hago para ella. La compra en el súper es la misma también. Hacés todo al mismo tiempo, no es que se te duplica el trabajo. De hecho estoy por comprarme una vaporera para cocinar todo en simultáneo y de forma más sana”, dice la dueña de Ema.

Pero incluso para los que se resisten o les da pereza a cocinar para su mascota, hay viandas naturales con entrega a domicilio. En los últimos tiempos surgieron emprendedo­res que observaron la tendencia de darles comida natural y viva a las mascotas y con el asesoramie­nto de un médico veterinari­o producen dietas naturales para los “compañeros de vida” de las personas.

Viandas para ellos

Real Feed empezó a brindar este servicio hace poco más de un año. Y hoy tiene una clientela fiel. “Igual que vos, a tu mascota le gusta comer bien. La mejor forma de demostrarl­e amor es alimentánd­ola bien. La nuestra es una comida sana, hecha de forma artesanal con alimentos frescos y aptos para consumo humano. Usamos carnes vacuna y de cerdo, pechuga de pollo, hígado y corazón de vaca, vegetales cocidos al vapor, arroz integral, levadura de cerveza y aceite de oliva”, describen en la página de Facebook donde agregan que los alimentos se presentan de forma tal que se puede ver y distinguir de qué están hechos.

Happy Dog es otro de los emprendimi­entos de comida natural para perros y gatos. Las viandas se entregan freezadas en porciones listas para descongela­r y dárselas a la mascota. El precio es de $85 por kilo ya sea de pollo, carne o mix. Con 525 pesos, se puede alimentar a un perro de 10 ki- los durante unos 20 días. “Todo está supervisad­o por nuestro veterinari­o nutricioni­sta de confianza”, dice Lorena Louzan, fanática de los perros, que empezó el emprendimi­ento hace poco más de tres años, cuando su perro empezó a tener problemas de alergia. “Ahí le cambié la dieta por una natural. Recordé que mi abuelo hacía la olla con polenta, hueso triturado y carne y los perros estaban divinos y vivían 20 años. Y el cambio fue tan grande que dije ‘¿por qué no cocinarles a otros perros?’ Y ahí surgió Happy Dog”.

Lorena sostiene que en Estados Unidos y Europa están más empapados de comida natural para mascotas y que acá recién está empezando. “Pero noto un cambio de mentalidad grande. La gente empieza a cocinarle, y la que recurre a las viandas es porque no tiene tiempo pero quiere que su compañero esté mejor, asegurarse de que reciba todos los nutrientes que tiene que recibir –dice Lorena–. Hay más conciencia y creo que el punto de partida es siempre el amor hacia nuestra mascota. Cuando se pasa de un alimento seco como las piedritas a uno húmedo el manto está más brillante, el pelo se hidrata mejor, tiene más vitalidad, cambian los olores, el perro disfruta la comida. Pero es un cambio que hay que hacerlo de forma progresiva: primero mezclar el alimento seco con unas cucharadas de alimento natural e ir variando las proporcion­es

“Desde que le cambié la dieta a mi perra mejoró su gastritis hemorrágic­a”

hasta que el animal se acostumbre a la nueva alimentaci­ón. Nunca debe hacerse de forma abrupta”, advierte Lorena, que tiene unos 100 clientes fijos y recibe llamados todas las semanas de dueños de mascotas que buscan cambiar la alimentaci­ón de su perro o gato.

Hein, que se dedica a la medicina veterinari­a holística, habla de dos principios que aplica siempre con sus pacientes. “El primero es nunca comas nada que no se pudra. Y el segundo, que tu alimento sea tu medicament­o. Son dos principios que aplico y dan resultado siempre. Así como nosotros empezamos a ser más consciente­s de lo que consumimos, también empezamos a ser más consciente­s de lo que les damos a nuestras mascotas. La búsqueda es siempre mejorar la calidad de vida de todos los integrante­s de la familia”. Humanos. Y también animales.

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