LA NACION

En Europa, la camisa del verano cuesta 1000 euros

Es de Prada y llama la atención por su diseño estrafalar­io

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MADRID.– (El País). Es de algodón, tiene un corte cuadrado, el cuello grande y tieso y mezcla varios estampados: rayas en marrón, azul y blanco, un encadenado geométrico y, superpuest­as en el bajo de la mitad izquierda, unas imponentes llamaradas amarillas. A la altura del pecho, lleva una placa identifica­tiva como de jugar a los bolos o de empleado de gasolinera. Es, se quiera o no, la prenda más comentada del verano, y eso que pertenece a la colección masculina de Prada para el próximo otoño-invierno. Cuesta unos 1100 euros. o, mejor dicho, costaba, porque está agotada.

Quien quiera sumarse a la camisa de padre-en-barbacoa, como se la ha llamado, todavía puede hacerse con una de estampado de plátanos, con las llamas en negro y azul, por unos meros 957 euros, la de plátanos y escena hawaiana, o la de pintalabio­s y guirnalda barroca.

Si se habla tanto de esta camisa es porque se la puso el rapero Pusha T en el festival Governor’s Ball, en Nueva York, porque la llevó Jeff Goldblum, en plena promoción de Jurassic Park 3, al programa de Jimmy Kimmel y porque el editor de moda de la revista Marc Goehring la han elevado a la categoría de ícono. Pero, sobre todo, la prenda destaca entre las demás porque es descarada, inequívoca, arrogantem­ente fea... ¿o no? The New Yorker ha declarado que atreverse a llevarla equivale a hacer arte performati­vo. “No pertenece a una temporada concreta, sino a un período de decadencia caracteriz­ado por dos tendencias paralelas, la elegancia del street style y una fealdad orgullosam­ente obstinada”, concluyó Troy Patterson, que también calificó la camisa de “impúdica horrendez”.

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