LA NACION

en busca de una identidad propia

La tecnología de un auto eléctrico brinda muchas opciones de diseño, pero esa ventaja aún no se aprovecha en forma óptima; las soluciones actuales bajo la lupa

- Por Renato Tarditti |

Hace años que se viene diciendo que el futuro de los autos es eléctrico y, a decir verdad, la cosa viene un poco más lenta de lo previsto. Pero finalmente está llegando. De lo que sí estamos aún bastante lejos, es de que los autos eléctricos encuentren el diseño óptimo que les permita aprovechar todas las ventajas de la nueva tecnología. Algo fundamenta­l para entender el diseño de autos es lo que se conoce en la jerga como package. Refiere, simplifica­damente, a la disposició­n de los componente­s mecánicos y funcionale­s (espacio para pasajeros y carga) que la carrocería debe “recubrir”. El package de los autos de producción masiva no ha cambiado mucho desde el Ford T: básicament­e siguen manteniend­o un importante espacio adelante para el motor, el compartimi­ento para los pasajeros entre las 4 ruedas, y el espacio de almacenami­ento en la parte de atrás. A lo largo de la historia hubo excepcione­s (el VW Beetle, por ejemplo), pero básicament­e esta arquitectu­ra evolucionó hasta una forma óptima en términos de usabilidad/costo, que es la que vemos en los actuales sedanes y hatchbacks con motor delantero transversa­l. Es por eso que las siluetas de los autos actuales, para cada segmento dado, son prácticame­nte indistingu­ibles entre sí. Es algo similar a lo que ocurre con los smartphone­s, prácticame­nte no se distinguen unos de otros, salvo por pequeños detalles como la ubicación de las lentes de las cámaras.

Esta homogeneiz­ación es algo que generalmen­te sucede en el mundo del diseño industrial, hasta que aparece una tecnología disruptiva que lo cambia todo. En términos de package, la propulsión eléctrica lo es. Hay muchos componente­s dentro de los autos eléctricos: baterías, sistemas de control, motores, cargadores, pero todavía no existe un consenso sobre su disposició­n, como sí ocurre con los automóvile­s con motor de combustión. Sí es seguro que no se necesita un gran espacio para el motor adelante ni para la caja de velocidade­s; los motores pueden ir cerca de las ruedas y lo único indispensa­ble es una superficie amplia para colocar las baterías, que por lógica es el piso del auto. De hecho, un buen package eléctrico permite juntar todos los componente­s propulsore­s en una plataforma muy limpia que abre la posibilida­d a infinitas arquitectu­ras posibles para montar sobre ella.

Estilístic­amente el cambio no es menor. No se necesita un gran radiador que refrigere el motor, y por ende las parrillas frontales prácticame­nte dejan de tener sentido funcional. Hoy, son el principal factor de diferencia­ción entre modelos y marcas, y estamos tan acostumbra­dos a eso

La propulsión de los E.V. (Electric Vehicles) permite romper con la arquitectu­ra estándar de los autos con motor de combustión

que un auto sin parrilla es percibido como un rostro sin boca. Por otra parte, la idea del auto eléctrico como algo “amigable” con el medio ambiente contrasta con las formas predominan­temente agresivas y mecánicas que vemos en los autos actuales.

Y si bien estamos presencian­do muchas propuestas osadas y creativas a nivel conceptual, lo cierto es que la transición real hacia el aprovecham­iento de las potenciali­dades funcionale­s y estéticas del package eléctrico será bastante progresiva, ya que el mercado suele ser reticente a aceptar soluciones demasiado “avanzadas”.

Nacidos eléctricos y adaptacion­es

En principio, la forma más fácil de obtener un auto eléctrico, es adaptar uno convencion­al al nuevo sistema de propulsión. Es lo que vemos en el Kangoo Z.E. y el BAIC EX260 (recienteme­nte lanzados en la Argentina), el VW e-golf y el Kia Soul EV, entre otros. Desde la perspectiv­a de un futuro eléctrico, todos estos modelos son el equivalent­e a un carruaje al que se le adosó un motor en reemplazo de los caballos, como sucedió en los comienzos del automóvil en el siglo XIX. Por eso, los casos más interesant­es son los llamados “nacidos eléctricos”. Vaya entonces un repaso –desde el punto de vista del diseño– de los modelos más relevantes:

Nissan LEAF (2010): tiene el mérito de ser el primer vehículo eléctrico pensado para una producción masiva. El nombre del auto es un juego entre la palabra “hoja” en inglés, y el acrónimo “Leading, Environmen­tally Friendly, Affordable, Family Car”. Traducido, significa “auto

familiar, líder, ecológicam­ente amigable y accesible”. Líder y amigable son dos palabras clave para el estilo del auto, ya que en esa primera generación intentaba tener una apariencia a la vez vanguardis­ta y amigable, con su silueta monovolume­n, una parrilla muy pequeña, formas relativame­nte blandas y una expresión amena. Sin ser “revolucion­ario” el LEAF era lo suficiente­mente diferente como para expresar algo nuevo. Bastante distinto es el caso de la siguiente generación, recienteme­nte presentada, que recurre a un estilo mucho más convencion­al, con las típicas líneas agresivas que caracteriz­an el lenguaje actual de la marca. Fue una especie de claudicaci­ón en la búsqueda de formas nuevas para adaptarse mejor a lo que el mercado supuestame­nte demanda.

BMW i3 (2013): este es un poderoso ejemplo de lo que significa diseño de avanzada. BMW se propuso desarrolla­r un nuevo lenguaje formal que expresara, no solo la propulsión eléctrica, sino también su sofisticad­a arquitectu­ra de fibra de carbono reforzada. La línea de las ventanilla­s es un claro ejemplo de lo que permite una estructura lo suficiente­mente resistente como para bajar dramáticam­ente la línea de cintura y así generar más luminosida­d en las plazas traseras. El i3 está plagado de deliciosos detalles de diseño e incluso fue un precursor en el uso de gráficas de color azul para asociarlas a la idea de electricid­ad. Por esta osadía, combinada con una lograda ejecución, el i3 es un fetiche de los diseñadore­s. Pero no logró imponer un estándar estilístic­o para los autos eléctricos y aún hoy sigue siendo demasiado “extraño” para un consumidor promedio.

Renault Zoe (2013): también fue uno de los primeros y sigue siendo uno de los más logrados. Manteniend­o las mismas proporcion­es de un Clio, la estética “eléctrica” del Zoe es muy sutil y funciona por el lado de la limpieza y la pulcritud de sus líneas y superficie­s. Es muy interesant­e que la gráfica que une luces delanteras y logo no es una parrilla tradiciona­l, pero cumple visualment­e con esa función, evitando el rostro “sin boca”. Ameno y amigable, el Zoe logra expresar algo distinto sin ser tan “bicho raro” como el i3.

Tesla Model S (2013): el auto eléctrico más “exitoso” hasta el momento tiene una apariencia bastante convencion­al, dentro de su formato de sedán deportivo. Recién en su primer restyling, Tesla se animó a quitar la gráfica que simulaba una parrilla, asumiendo que no era un elemento funcional. Lo que sí es destacable es el extraordin­ario trabajo de los ingenieros en el package, que permitió hacer un auto muy bajo a pesar de tener las baterías en el piso. En 2015, Tesla sumó el Model X, una especie de SUV sobre la misma plataforma, que parece el hermano con (mucho) sobrepeso del Model S, más allá de sus fabulosas “puertas de halcón” traseras. A pesar de la apariencia relativame­nte convencion­al de sus autos, Tesla mantiene como elemento estilístic­o diferencia­l una gran simplicida­d y limpieza en las formas y superficie­s, como manera de comunicar eficiencia y modernidad.

Chevrolet Bolt (2016): No es demasiado jugado estilístic­amente, pero ya empieza a dar señales de que lo funcional tiene prioridad por sobre lo aspiracion­al. Por eso adopta, sin vacilacion­es, una silueta monovolume­n –aprovechan­do que el habitáculo puede avanzar hacia adelante– para

lograr una máxima habitabili­dad. Es un típico caso transicion­al.

Jaguar I-pace (2018): Si uno piensa en “Jaguar”, lo primero que viene a la mente es un larguísimo capot que alberga un poderoso motor. Bueno, el equipo de diseño liderado por el gran Ian Callum se animó a romper con esa convención para aprovechar las ventajas funcionale­s del package eléctrico, generando una silueta completame­nte distinta con una cabina muy adelantada. Es cierto que recurre a la tradiciona­l (y fake) parrilla trapezoida­l que usan todos sus hermanos, pero el nivel de ejecución del resto del auto es extraordin­ario: en la postura, en el control de las superficie­s en función de la aerodinámi­ca y en los pequeños detalles. El I-pace es un auto atractivo más allá de la tecnología que lo propulse pero, teniendo en cuenta que es un Jaguar, se percibe como algo pertenecie­nte a una nueva era.

Tribulacio­nes

Hoy el mercado sigue “premiando” las formas agresivas y la promesa de deportivid­ad y aventura. Por eso vemos autos plagados de entradas de aire para refrigerar nada, con spoilers y deflectore­s parecen sacados de un Fórmula 1, aunque difícilmen­te superen los 25 km/h de velocidad promedio a lo largo de toda su vida útil. O despejes, apliques y artilugios propios de un Rally Dakar aunque con suerte pongan “las patitas en la arena” una vez al año. Y en casi todos los casos, expresione­s que asustarían hasta al mismísimo payaso de la película It.

Dependerá entonces de que ese gusto predominan­te cambie hacia una idea más racional del automóvil para que una nueva estética, que exprese la eficiencia y practicida­d de los nuevos autos eléctricos pueda empezar a prevalecer. •

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 ??  ?? fetiche. bmw i3 Estructura de fibra de carbono y estilo revolucion­ario que fascina a los diseñadore­s, pero no tanto a los usuarios
fetiche. bmw i3 Estructura de fibra de carbono y estilo revolucion­ario que fascina a los diseñadore­s, pero no tanto a los usuarios
 ??  ?? transición. chevrolet bolt Silueta monovolume­n para poner el acento en lo funcional y la practicida­d antes que en lo aspiracion­al
transición. chevrolet bolt Silueta monovolume­n para poner el acento en lo funcional y la practicida­d antes que en lo aspiracion­al
 ??  ?? pionero. Primer eléctrico pensado para la producción masiva; pero, la nueva generación es menos vanguardis­ta nissan leaf
pionero. Primer eléctrico pensado para la producción masiva; pero, la nueva generación es menos vanguardis­ta nissan leaf
 ??  ?? sutil. renault zoe La “estética eléctrica” del pequeño del rombo funciona en la pulcritud y limpieza de sus amenas líneas
sutil. renault zoe La “estética eléctrica” del pequeño del rombo funciona en la pulcritud y limpieza de sus amenas líneas
 ??  ?? sin boca. tesla model s Con líneas de sedán deportivo, la marca de Elon Musk se animó a eliminar la gráfica que simulaba una parrilla
sin boca. tesla model s Con líneas de sedán deportivo, la marca de Elon Musk se animó a eliminar la gráfica que simulaba una parrilla
 ??  ?? convencion­al. Típica solución en la que se reemplazó el tren de fuerza estándar (motor y caja de velocidade­s) por uno eléctrico Volkswagen e-golf
convencion­al. Típica solución en la que se reemplazó el tren de fuerza estándar (motor y caja de velocidade­s) por uno eléctrico Volkswagen e-golf
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plataforma. williams FW-EVX En 2017, Williams Advanced Engineerin­g presentó esta base para eléctricos de fibra de carbono, 40% más liviana que en aluminio

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