Los cuidados en capas ahora también en la piel y el pelo
Un método de cuidado en capas que se amplía; los nuevos pasos para incorporar a la rutina de belleza con los últimos productos
El cuidado de la piel en capas o layering llegó para quedarse entre las más pacientes y constantes. Una rutina nacida en Japón, adoptada masivamente por las orientales que permite conseguir una piel brillante, casi de porcelana. Hoy se agregan pasos, sumando productos más específicos que responden a distintas necesidades y a reforzar la barrera antipolución o que, simplemente, vienen a multiplicar la acción de lo que vendrá después. El mismo concepto también ahora se extiende al pelo.
Pasos a sumar. Los labios, las manchas, la falta de firmeza o simplemente la necesidad de multiplicar la acción de los productos de cuidado imponen sumar otro paso diario.
Presérum. Se sabe hoy que es importante contar con un producto que actúe de barrera antipolución y debe aplicarse inmediatamente después de la limpieza y antes del sérum. Este presérum le da más fuerza al tratamiento posterior. Evita que la contaminación entorpezca la oxigenación de la piel, lo que favorece el envejecimiento prematuro.
Blanqueadores. Ahora se incorporan los blanqueadores, pensados para el mercado asiático que aspira a una piel blanca y luminosa. Así, el blanqueamiento se suma al ritual, protegiendo la piel desde el interior, reforzando las defensas naturales de la piel frente al sol. Con un complejo cuya principal materia prima son las perlas, controla y regula la síntesis de la melanina y evita la formación de manchas y de piel amarilla.
Loción antiage. Si, en cambio, se persigue retrasar el envejecimiento, se recomienda incluir una loción con agua de caviar después de la limpieza y antes del tónico y del sérum. Esta potencia las propiedades del extracto de caviar presente en los productos posteriores, mejorando la calidad de la piel y favoreciendo su acción reafirmante.
Crema para labios. La piel de los labios necesita sus propios cuidados y puede agregarse en el ritual un tratamiento que luche contra los signos del envejecimiento a nivel celular.
Las Capas DE SIEMPRE. No se trata de superponer cremas sino de pasos que no deben saltearse, repitiéndose a la mañana y a la noche. Hay que arrancar removiendo el maquillaje de ojos, cuya piel delicada requiere un cuidado especial y diferente del resto de la cara. Entonces sí, limpiar dos veces –con gel, jabón, agua miscelar, loción o crema según el tipo de piel– para quitar los residuos y disolver el maquillaje y la suciedad, enjuagando finalmente con agua. Dos veces por mes, una exfoliación barre las células muertas de la epidermis que así se verá más brillante. Tonificar para eliminar los residuos de la limpieza. En mujeres posmenopáusicas recurrir a un tónico con DMAE (dimetil-aminoetanol) para tensar la piel. Una vez limpia, antes de colocar las cremas hay que tratar el contorno de ojos. Es la piel más sensible y requiere de productos creados especialmente para no irritarla. Puede ser una crema antifatiga para eliminar los signos de cansancio y la falta de sueño, relajando la mirada, iluminándola y atenuando ojeras. O una crema que, a partir de los 30 años, borra las líneas de alrededor de los ojos y nutre la piel. A continuación, un suero concentrado de activos hidratantes y suavizantes. Este paso potencia y acelera el efecto de las cremas diarias. Libres de aceite, son ideales para pieles mixtas u oleosas. De día, humectar con una fórmula con antioxidantes como vitamina C o E y, antes del maquillaje, aplicar SPF, todo el año. De noche, una crema indicada por el médico que, en invierno puede contener ácido retinoico y, en verano, glicólico o mandélico.
En orden. Se debe mantener el orden de pasos enumerados ya que las acciones de cada producto son específicas. Un sérum debe complementarse con una crema hidratante, que, por su textura más pesada, se aplica después. Esperar a sentir que el producto se haya absorbido antes de continuar con el siguiente. Siempre consultar a un dermatólogo para que indique cuál es la asociación de sérum y de tratamiento indicado en cada caso, para que se complementen y potencien.
EL Compromiso, La CLAVE. Es importante, una vez adoptados los pasos de cuidados, mantenerlos en el tiempo. Debe asumirse un compromiso para evitar que la rutina nos desborde y se abandone. Si no se toma la decisión y no se asume la necesidad de ser constante es preferible no adherir al layering y limitarse a los hábitos básicos que incluyen lavarse la cara, aplicar una crema humectante y protector solar. En pieles muy secas agregar un sérum antes de la crema. Dejar pasar un rato antes de maquillarse.
PELO CUIDADO En Capas. Este método supone el uso de productos de cuidado del pelo en capas también según las necesidades, y resulta ideal cuando el pelo está dañado y seco. Entonces lo primero es lavarlo con champú de acuerdo al tipo de pelo, masajeando para favorecer la microcirculación del cuero cabelludo y enjuagando con agua tibia. El paso siguiente es el de la crema acondicionadora. A estos habituales se suma un producto para sellar las puntas si es necesario. Una vez por semana está bueno realizar un tratamiento especial: baño de crema o mascarilla, formulados con aceite de oliva para suavizar; de almendras para incorporar proteínas, vitaminas y minerales; de jojoba para hidratar y reestructurar; de argán para regenerar y proporcionar una acción antiage, o de rosa mosqueta para nutrir. Un último paso opcional consiste en la aplicación de aerosoles protectores, aceites o sueros concentrados.