los inmobiliarios cordobeses impulsan la tasación en uva en Su provincia.
Los inmobiliarios cordobeses buscan reformar la ley que obliga a que los precios de las propiedades se expresen sólo en pesos; insisten en que el escenario de volatilidad requiere “valores más reales”
CORDOBA.– Los inmobiliarios locales comenzaron a moverse y a contactar legisladores nacionales para reformar la ley que obliga a que los precios de inmuebles en venta se expresen sólo en pesos”. Apuntan a que las Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) sean la referencia para la tasación de propiedades.
El Centro de Corredores Inmobiliarios (Cecincba) entiende que la UVA es la mejor variable para que tanto en los períodos de depreciación del peso como en los de atraso cambiario los precios queden “homogeneizados” y el mercado “gane estabilidad”. El año pasado la Legislatura porteña aprobó una iniciativa en igual sentido –sólo para viviendas; excluye los locales comerciales– a manera de experiencia piloto, pero la aplicación es casi nula.
Sebastián Metayer, presidente de Cecincba, explicó a LA NACION que no tiene lógica plantear operaciones en “dólar ladrillo” cuando ya existe una unidad cuya cotización está “a mitad de camino” entre el dólar de $28 y el de hace dos meses. “La UVA cotiza a $24,55; no tiene sentido que se aplique sólo a créditos hipotecarios cuando lo ideal es seguir el camino de Chile con su Unidades de Fomento”, explica.
La preocupación de los inmobiliarios surgió porque después de la abrupta devaluación el mercado “perdió atractivo”. Señalan que hay intranquilidad por la volatilidad y que se requiere de “valores más reales” que no impliquen aplicar una inflación en dólares y, además, la suba de la divisa. “En unos seis meses los valores deberían reacomodarse y bajar entre 10 y 15 por ciento en dólares y subir en la misma proporción en pesos; en definitiva quedarían como hoy en UVA”.
Donato Latella Frías, de la inmobiliaria del mismo nombre, indicó que la suba del 40 por ciento del dólar en los últimos meses “no puede trasladarse a los valores inmobiliarios” y advirtió que uno los mayores problemas del sector es que la tasación en pesos, cuando existe inflación, queda atrasada. “En el último semestre del 2017 el dólar se mantuvo estable, con niveles de aumento inferiores a la inflación, y en los primeros seis meses de este año hubo una abrupta suba, muy superior a los índices inflacionarios”.
En las reuniones con legisladores les insistieron en que la UVA es el mejor sistema por el que se puede optar ya que al actualizarse por el Índice de Precios al Consumidor del Indec es la medida “más justa”. Los operadores enfatizan que daría estabilidad al mercado inmobiliario y seguridad a los clientes. “Ni siquiera hay que hacer una ley nueva; alcanza con reformar la existente –describió Metayer–. Es una manera, también, de difundir la UVA y popularizarla; hay mucha gente que no sabe de qué se trata. La iniciativa tuvo buena recepción”.
Desde el sector inmobiliario señalan que las consultas continúan pero que las operaciones cayeron fuertemente. Admiten que la devaluación abrupta cambió las reglas de juego, con un impacto directo en la toma de créditos hipotecarios pero también en las operaciones al contado. La percepción es que todos esperan un reacomodamiento y que se desacelere la suba de precios.
Para Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (Cedu), la propuesta “no cambiaría nada; es una gota en el océano”. A su entender los problemas del sector son más profundos: “La inflación y la devaluación generaron un contexto recesivo; las decisiones están paradas. La tasación en UVA no resuelve nada de eso que es lo primordial”.
Gastón Utrera, economista que realiza los estudios para la cámara de desarrollistas de Córdoba, entiende que está bien avanzar en que los precios empiecen progresivamente a tasarse en UVA y llegar a un esquema como el chileno. “Daría estabilidad y transparencia al sistema; pero es ingenuo pensar que resolvería los problemas que hay en el mercado; para inmuebles de segunda mano será más complicado que avanzar con los desarrollistas. El propietario quiere dólares”, dice el analista.
Los inmobiliarios ratifican que usar un valor aceptado por todas las partes evitaría los retasados de inmuebles. Con devaluaciones como la última todas las partes –dicen– quedan desacomodadas y, a modo de ejemplo, apuntan que quien ahora quiere comprar con un crédito no lo puede hacer si la oferta no se adapta a las nuevas condiciones.
Inspirado en Chile
El sistema chileno creado en 1967 utiliza a la unidad de fomento (UF) –que ajusta con la inflación– para adquirir toda clase de bienes durables con crédito a largo plazo. Es decir, no solo las propiedades sino también los autos, las heladeras y los televisores. Cuando se crearon las UF, Chile tenía una inflación del 30 por ciento con un crecimiento de la economía que rondaba el 4 por ciento. Fue el presidente de turno, Eduardo Frei Montalva, quien estableció esta unidad de cuenta indexada para revalorizar los recursos invertidos y ganarle a la inflación. Es que para mantener el circuito financiero es fundamental que quien presta pueda recuperar el capital sin que la inflación devore parte del dinero invertido. Si esto sucede se dilapida el sistema de crédito. Otra condición para cualquier país que quiera tener una unidad de valor confiable es tener tasas bajas de inflación. De todas formas, Chile también tuvo sus tiempos de alta inflación como por ejemplo la crisis del cobre que la elevó al 27 por ciento anual pero rápidamente instauró mecanismos de estabilización anticíclicos como la creación de un fondo de estabilización fiscal, además de ahorrar en tiempos de coyunturas favorables.
Gastón Utrera
Economista
“Establecer los precios en UVA daría estabilidad y transparencia al sistema”