Síndrome de Down
Somos madres de hijos con síndrome de Down, profundamente afectadas por el debate de la ley del aborto. cada una recibió la noticia de tener un hijo con síndrome de Down de una manera diferente, con sensaciones de miedo ante lo desconocido, con primeros tiempos de abultadas consultas médicas y un tsunami de emociones variadas. Pero hoy coincidimos plenamente en que nuestros hijos han dado un giro de 180 grados muy positivo a cada una de nuestras familias. Son dulces, cariñosos, alegres, sonrientes. Siempre abiertos a dar y recibir cariño, muestran qué es lo más importante y sacan lo mejor de los que los rodeamos y de los que no los rodean también, pues está comprobado que quienes tratan con niños con síndrome de Down aprenden a tolerar más las diferencias, a saber esperar y, en definitiva, a ser más humanos. Ellos, a su vez, pueden tener una existencia plena e integrada en la sociedad, como cualquiera de nosotros. con su sola presencia hacen de este mundo un lugar mejor. nuestras vidas son más felices y completas desde que ellos están con nosotros y no las concebimos sin ellos. El aborto anularía la posibilidad de que muchos de ellos existieran. En países donde existe la ley del aborto estos niños son abortados en un 95% aproximadamente, lo cual corrobora el índice de discriminación que padecen estos chicos. al permitir abortar hasta la semana 14 sin expresión de causa se da vía libre al aborto eugenésico, pues la mayoría de las enfermedades o síndromes como el Down ya se detectan en la semana 12.
Por otro lado, al introducir el derecho a abortar hasta los nueve meses por el mero “riesgo” a la “salud bio-psico-social”, se abre lugar a que la madre invoque angustia (salud psíquica) o dificultades en la vida de relación (salud social) al conocer que el hijo o hija tendrá una malformación o padecerá de una discapacidad, como el síndrome de Down. Se habilita entonces el superderecho a obtener su eliminación dentro de los cinco días corridos, aun cuando el bebé cursara ya el noveno mes de embarazo. Es decir, la discriminación de la persona con capacidades diferentes sigue ahí, aunque ahora encubierta. no queremos dejar de insistir a quienes tienen en sus manos el poder de elaborar nuestras leyes, que toda vida vale.
María Fossati
Dni 18.272.159
Luz M. Molina Pico, María Silvina Sánchez y siguen 60 firmas