Dormir en la calle. Hasta 4000 personas viven a la intemperie en pleno invierno
Así lo indican cifras extraoficiales, mientras que un censo de la Ciudad habla de 1000; este año, ya hubo 12 muertes en las principales ciudades del país por las bajas temperaturas
La calle nunca es un buen lugar para vivir. Menos durante el invierno, y mucho menos si, como ocurre este año, las temperaturas son particularmente bajas, con olas de frío polar y lluvias, como en estos días. Según el último censo del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño realizado en abril pasado, hay 1091 personas en la ciudad de Buenos Aires que duermen en la calle. Este relevamiento no incluye a las personas que lo hacen en los paradores, que disponen de unas 2000 camas.
Diferentes organizaciones que trabajan la problemática, sin embargo, denuncian que el número podría ser mucho mayor: al menos 4394, según el Primer Censo Popular de Personas en Situación de Calle del año pasado.
“Una sola persona en la calle ya es una catástrofe”, sentencia Juan Carr, referente de Red Solidaria. Y preocupado, advierte: “La temperatura por debajo de cinco grados en una gran ciudad ya es diagnóstico de que alguien puede morir, si está en la calle, sin abrigo. Este año, entre las 20 ciudades más grandes del país, ya murieron 12 personas de frío, seis en los últimos días”.
Jorge Vega preside la Fundación Lumen Cor, una organización con equipos de trabajo multidisciplinarios desplegados por los diferentes barrios para ayudar a personas que están en la vía pública o en situaciones de alta vulnerabilidad. “La problemática es mucho más compleja que solo la pobreza. En la calle hay personas con problemas de adicciones o de salud mental y también algunas familias que están pidiendo plata, pero tal vez a la noche sí tienen donde ir a dormir”, explica Vega. Y cuenta que abundan los casos de gente que llegó del interior para probar suerte pero no la encontró.
“Muchas veces son problemáticas crónicas: hay gente que está en la calle desde hace 20 años –dice Vega–. Para salir del lado asistencialista e ir hacia la promoción, hay que generar una estructura para que cada persona pueda integrarse de nuevo. Y eso lleva al menos un año de trabajo”.