LA NACION

Flores locales que miran al mundo

Casi toda la producción abastece al mercado interno, pero el sector busca crecer en exportacio­nes

- Sofía Terrile

casi todo lo que produce la floricultu­ra argentina abastece al mercado interno, pero el sector busca crecer en exportacio­nes

En algunos lugares de Buenos Aires hay escenas que muestran una actividad agitada antes de que comience el día: en la calle Olavarría, en el barrio de Barracas, a las 6 de la mañana, un galpón rebosa de actividad. Se trata del Mercado de Flores, donde en las primeras horas de luz del día más de 500 productore­s comerciali­zan las flores de corte que tardaron meses en brotar y crecer. Un panorama similar ocurre en La Plata, donde se encuentra la segunda “sede” del espacio que maneja la Cooperativ­a Argentina de Floriculto­res.

La cadena de sucesos previos que lleva al momento en el que el vendedor de un quiosco de flores compra lo que comerciali­zará ese día en las calles es larga y puede llevar años. La historia comienza con las grandes compañías de agronegoci­os, que crean nuevas variedades de flores a través de la investigac­ión de las ya existentes. Se cruzan distintas “especies” y el desarrollo puede llevar, por ejemplo, seis años, en el caso de los claveles, explica Daniel Morisigue, director del Instituto de Floricultu­ra del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuar­ia (INTA).

Las especies llegan a la Argentina, las recibe un propagador y las enraíza. Más adelante, el productor recibe un plantín que en cuestión de meses comenzará a generar flores. Ese mismo productor, o un intermedia­rio, se traslada a los mercados de La Plata o de Buenos Aires durante la madrugada para llegar a la apertura de las 6 y, entonces, comerciali­zar de manera mayorista lo que logró crecer.

El problema de la cadena, dice Morisigue, es que, como sucede en muchos otros sectores, hay una brecha notable de precio entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor final. “Hay ineficienc­ia: los productore­s están muy atomizados [en el área metropolit­ana de Buenos Aires, la zona donde más se concentran, son más de 1000, que, aproximada­mente, poseen una hectárea cada uno], por lo que hay canibalism­o comercial y los precios tienden a bajar. Además, se suman varios intermedia­rios, que también compiten y distorsion­an los precios”, detalla.

La producción, destinada casi en un 100% al mercado interno, representa unos US$220 millones anuales, asevera el director del Instituto de Floricultu­ra. El 60% de esa cifra se debe a los claveles, las rosas y los crisantemo­s. Y todavía queda demanda por satisfacer: prueba de ello es que cuando se desarrolla­ron otras zonas de cultivo como Misiones las flores de corte –las que se utilizan en ramos– se comenzaron a consumir en esa provincia como en la ciudad de Buenos Aires, dice. “Los productore­s van a decir que no, pero sí hay mercado insatisfec­ho”, insiste Morisigue.

Por su parte, los productore­s no escapan de las quejas de sus pares del agro. Así lo explica Gustavo Ogata, segunda generación en el mundo de las orquídeas: “Nuestra producción es a largo plazo, quizá pasan entre tres o cuatro años hasta que tenemos la flor, y dependemos de los vaivenes en la política comercial para importar nuestros plantines”.

Ogata también hace una autocrític­a colectiva: “El consumo de flores decayó bastante en los últimos años y gran parte de la culpa es nuestra, de los productore­s. Hay muchos que todavía trabajan con infraestru­ctura vieja y con demasiado trabajo manual. Si bien la suba del dólar ahora nos complica importar los insumos para la floricultu­ra, tampoco se aplicaban antes” nuevas tecnología­s para la producción, sostiene.

Colores de exportació­n

Las flores de corte, explica Morisigue, tienen un período de exportació­n muy corto y específico: la primavera. Son envíos cortos y a destinos cercanos: Uruguay y Paraguay. “Para expandir la comerciali­zación al exterior, lo ideal es encontrar los nichos”, dice el experto. Es por eso que, por ejemplo, un grupo de pro- ductores de la provincia de Buenos Aires desarrolló un convenio con el INTA de Trevelin (Chubut) para producir peonías, que florecen en noviembre, y llegan en diciembre al invierno del hemisferio norte, justo para los mercados de Navidad, un gran foco de consumo. Llegaron a enviarse a Holanda, el epicentro floriculto­r global.

Esa fue, también, la estrategia que siguieron Chile y Brasil, dos países vecinos que intentan ponerse al día con la exportació­n de Colombia y Ecuador, naciones que reinan en el envío de flores desde América Latina hacia el hemisferio norte.

Morisigue ahonda en el caso de Chile: en los últimos 20 años, sostiene, se impulsó una estrategia público-privada para conocer el mercado holandés.

“Hoy, los chilenos exportan, entre bulbos y flores, unos US$40 millones anuales. El mercado interno se orientó a los pequeños productore­s de las comunidade­s mapuches, a las que se capacitó para abastecer al mercado de Santiago. En estas dos décadas, además, la demanda nacional creció de US$30 millones a US$100 millones”, explica.

La otra oportunida­d de exportació­n está en las plantas ornamental­es, las que se compran en los viveros. Por ejemplo, la calibracho­a y la mercadonia, dos variedades, se producen en Misiones de la mano del INTA y se comerciali­zan a mercados como los de Estados Unidos, Canadá y Japón.

Por su parte, el Senasa registra 717 viveros ornamental­es, con una estructura de productore­s predominan­temente familiar y concentrad­a en gran medida en la provincia de Buenos Aires. El 99,6% vende su producción en el mercado interno, aclaran desde el organismo.

Ese 0,4% de exportació­n marginal está en crecimient­o: en 2017, según el Senasa, representó envíos por 653 toneladas, un 29% más que en 2018. Poco más de la mitad de ese peso correspond­e al palo borracho. ¿El principal destino? China. El gigante asiático, entonces, podría ser más que un buen aliado para el crecimient­o de la Argentina como “supermerca­do del mundo”.

 ??  ?? Tulipanes en Trevelin, Chubut
Tulipanes en Trevelin, Chubut

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina