Las leonas quieren soñar, pero no encuentran la manera
El empate con Sudáfrica 1-1 y el pase a los octavos de final marcan un primer objetivo cumplido, pero el juego está lejos de conformar
LONDRES.– El objetivo se cumplió. Las formas, no tanto. Las Leonas igualaron con Sudáfrica
1 a 1, con un gol de Majo Granatto, y se clasificaron a los octavos de final del Mundial de hockey sobre césped de Londres al concluir segundas en el Grupo C, detrás de Alemania. De todas formas, el equipo no quedó conforme con su actuación y sabe que tiene que mejorar para seguir en carrera. Volverán a jugar este lunes (a las
16.15) ante Nueva Zelanda, tercero del Grupo D. Y en caso de avanzar, las espera Australia en cuartos.
El resultado no era el esperado. Más allá de la clasificación a octavos, la Argentina no creía que Sudáfrica pudiera hacerle partido. Y ante el empate con el número 14° del ranking internacional, se encendió la señal de alerta para enfrentar a Nueva Zelanda.
Así cómo sucedió en el Mundial Rusia 2018 de fútbol, también relacionado con la selección argentina, en el partido con Islandia por ejemplo, las Leonas no pudieron vencer a un oponente de bajos recursos pero con gran oficio defensivo. El paralelismo es concreto: las Leonas son superiores tanto en las individualidades (Granatto y Delfina Merino fueron elegidas las mejores jugadoras de 2017) como en lo colectivo.
Sin embargo, al igual que en los partidos anteriores ante España y Alemania, comenzaron abajo en el marcador. Esa situación empezó siendo justificada desde el plantel y cuerpo técnico por “los nervios de debut”, debido a la inexperiencia de las 10 jugadoras que están en una Copa del Mundo por primera vez, y hasta con un simple “se trató de una desatención en la defensa”, como si fuese una cuestión aislada y de no mucha importancia que iban a superar. Lo cierto es que no lo lograron.
Las Leonas cayeron en la cuenta de que los mismos errores se dieron tres veces y que están a solo 60 minutos de poder quedar afuera del Mundial en los octavos de final si no se ajustan detalles significativos. La falta de efectividad en la definición, la imprecisión en los pases, los pocos intentos de generar verticalidad con peligro y sorpresa para el rival y la cantidad de córner cortos conseguidos sin poder traducirlos en gol, son las características que más presentes estuvieron en cada actuación del equipo argentino. La única vez que se pudo ver filosas a las delanteras, fue en el 6 a 2 a España, pero el resto de los factores faltó de todos modos.
Las Leonas siguen sin encontrar su juego, su identidad. Aún no fue posible ver la mejor versión de este plantel. Según Merino, el próximo partido será el más importante del año y entiende que el depender todavía de ellas mismas es algo positivo. “Tenemos que mantenernos sólidas. No estamos jugando en el nivel que yo sé que podemos jugar, pero aún así, jugando de la peor forma, nos clasificamos a octavos. Tengo fe en nosotras, debemos focalizarnos desde el minuto cero”, explicó la capitana.
Las números del partido ante Sudáfrica son contundentes. La Argentina tuvo la bocha más del
60 por ciento del tiempo, de las 40 penetraciones en el área, logró 26 tiros al arco –contra dos del rival– y la estadística que parece más grave ante la falta de efectividad es la de los córner cortos: tuvo 13 y no transformó ninguno en gol. Es el único país que ha llegado a tantos en un partido, seguido por Inglaterra, que alcanzó los nueve en su primer partido ante India, pero con la diferencia que logró hacer al menos un gol de corto.
El promedio de conversión de esta jugada fija hasta ahora para el equipo nacional es de 0,09 (2 de 22, en tres partidos). Nueva Zelanda, el siguiente rival y ya en los playoffs, tiene un promedio de 0,6 (convirtió 2 de 13 en tres cotejos).
Las oceánicas vienen de ganarle a Bélgica 4 a 2 en el debut y de perder sorpresivamente ante las japonesas 2 a 1. Actualmente están en el
4° lugar del ranking mundial. A medida que pasan las instancias, los rivales son más difíciles porque presentan más herramientas. Es cierto que también pueden tener un mal día. Pero independientemente de lo que hagan las adversarias, las Leonas necesitan retomar la esencia de su juego, reducir el margen de error, encontrar la contundencia que todavía les falta. A partir de ahora, no hay margen para los errores y las carencias.