Dinosaurios y sueños en La Pampa
En el norte de la provincia, el Parque Temático de la Prehistoria es un predio sorprendente con más de veinte esculturas en escala real, creaciones de Jorge Fortunsky, artista local con una historia aún más asombrosa
En las afueras del pueblo Eduardo Castex, sobre la ruta 35, el panorama es el de cualquier otro mediodía en el interior profundo de La Pampa: una YPF solitaria, un peón rural que cruza en ciclomotor el paso a nivel sin trenes, más allá un caldén y un tiranosaurio rex a punto de cazar su almuerzo.
Bueno, quizás no todo en Castex sea tan típico de la provincia o incluso del resto del país, del continente y del planeta. En la intersección de la ruta nacional 35 y la provincial 102, en el norte de La Pampa, el Parque Temático de la Prehistoria es toda una rareza. Orgullo de este pueblo agrícola de 10 mil habitantes, Capital Provincial del Trigo, el predio de ocho hectáreas podría ser sede de remates ganaderos, pero en cambio presenta 23 sorprendentes esculturas de dinosaurios a escala real, construidas con hierro y cemento. Una curiosidad para los camioneros que van y vienen por la 35 hacia Santa Rosa o General Pico.
Un apatosaurus, el tiranosaurio rex hambriento, un anquilosaurio, un iguanodonte atacado por dos velociraptores y un brachiosaurus colosal, 17 metros de alto, 45 de largo, se divisan desde el camino, entre unos pocos eucaliptos de esta zona más bien árida y despojada.
Quienes paran para investigar de qué se trata se encuentran con el arco que anuncia Parque Temático de la Prehistoria Livio M. Curto y da ingreso al sitio con las esculturas, senderos, algunas mesas para picnic y baños públicos.
Curto fue el intendente de Castex que en 1995 determinó la creación del parque. Según la leyenda, tuvo la idea a partir de un viaje de su mujer por motivos de salud a Cuba, donde visitó el Valle de la Prehistoria, otro proyecto recreativo y didáctico de espíritu similar, en Santiago. “Tenemos que hacer algo así en el pueblo”, soñó el intendente cuando vio las fotos de la excursión.
Entonces entró en escena otro personaje fundamental de esta historia: Jorge “Cacho” Fortunsky, el artista de Castex responsable de todos los dinosaurios y también del diseño del predio. Curto recurrió a él para concretar su visión.
“nunca había hecho nada parecido y no sabía por dónde empezar. Solo sabía una cosa: que podía hacerlo”, dice Fortunsky, casi 25 años después de su primera charla con Curto. Está fumando a la sombra del apatosaurus, uno de los bichos más grandes del parque, con 9 metros de alto y 40 de largo.
Una película
Fortunsky no era solo el artista del pueblo. En los diarios de La Pampa, había sido noticia unos años antes por otros asuntos: después de reiterados problemas con la ley, la policía lo había capturado en circunstancias casi cinematográficas en un campo a las afueras de Castex donde estaba oculto. Tan de película fue todo que la historia terminó contada en El señor de los dinosaurios, documental dirigido por Luciano Zito. El film se estrenó el pasado en Castex, estuvo en la cartelera porteña hasta pocos días atrás y a partir del jueves 9 de agosto se podrá ver por Cine.ar, la plataforma digital con contenido on demand del instituto nacional de Cine y artes Visuales (incaa).
El señor de los dinosaurios relata, con una cámara intimista y el ritmo pausado de un pueblito pampeano, la historia de vida y superación de Cacho, el ladrón del pago que cumplió condena por sus crímenes, se redimió y terminó construyendo con sus propias manos y herramientas una obra de esas que suelen adjetivarse como monumentales y que hoy distingue a Castex.
Fortunsky sigue a cargo del parque municipal. ahora mismo trabaja en los detalles finales de un pterodáctilo con alas desplegadas, que pronto traerá del taller e instalará sobre una loma. Se ocupa también de un pequeño jardín de cactus cerca del braquiosauro y de plantar más árboles para el verano. acaba de restaurar y pintar la mayoría de sus creaciones, a tiempo para recibir de la mejor manera al público de siempre y al nuevo que llega atraído por el estreno del documental.
“Soy autodidacta. Tengo una imagen en la cabeza y de alguna manera la dibujo y después la sostengo con hierro y cemento”, explica Cacho, siempre con un cigarrillo en la mano, siempre con sonrisa leve y mirada melancólica, rodeado por sus criaturas de cemento y hierro.