Retrato del último anarquista
Asus 91 años, el escritor, historiador y periodista Osvaldo Bayer merecía una biografía exhaustiva como Osvaldo Bayer, el rebelde esperanzado que, al retratarlo, pinta también el mundo político e intelectual argentino desde los años 50.
Hay aquí pocos intelectuales de peso tan coherentes, y menos aún tan generosos. “Soñador de los principios libertarios”, lo llamaron, y también “el último anarquista a ultranza”, aunque su anarquismo estuvo siempre en contra de la violencia y de la lucha armada. Bayer se inició en el periodismo en Noticias Gráficas y pronto se convirtió en un activo referente del Sindicato de Prensa. Dirigió un diario patagónico y escribió en Clarín, pero su destino de historiador comenzó a perfilarse con fuerza cuando Félix Luna le pidió una nota para su flamante revista Todo es Historia. Bayer aportó lo que sería la semilla de su magistral investigación de los fusilamientos de peones anarquistas en Santa Cruz a manos del Ejército durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen, que luego volcaría en los cuatro tomos de Los vengadores de la Patagonia trágica. Su adaptación al cine, La Patagonia rebelde, le valió amenazas de muerte de la Triple A y ocho años de exilio en Alemania hasta el final de la dictadura.
Ferrari sigue a Bayer hasta el presente con citas de sus textos, sus polémicas y sus críticas al alfonsinismo, al peronismo, al kirchnerismo –al que también le reconoció virtudes– y, por supuesto, al macrismo. Estas páginas permiten comprender que su inconformismo no obedece a una cuestión temperamental sino a la lucidez que le permite advertir las verdades turbias que esconde la hipocresía.