La droga de la elite
EN los últimos años han aparecido distintas drogas que han tenido éxito entre los consumidores y, gracias a los dealers, su difusión ocurre rápidamente. Tal el caso de la droga llamada Tucibi (en inglés 2CB) que se ha puesto de moda por sus efectos alucinógenos. Se trata de una sustancia psicodélica que, según afirman quienes la han probado, altera todos los sentidos. Su efecto comienza a los 15 o 20 minutos y puede permanecer en el organismo entre cuatro y ocho horas. La persona experimenta alucinaciones y el poder de la imaginación se magnifica, pudiendo llegar a causar un estado de pánico. Como muchas feniletilaminas, quien las consume nota un efecto muy placentero, una sensación de fuerza exagerada y nerviosismo y excitación intensos.
El Tucibi es una droga de diseño que se obtiene mediante procesos químicos. La dosis varía y se consume habitualmente en polvo, presentada con unas bolsitas en las que aparecen figuras impresas, dibujos de colores, la S de Superman o calaveras, entre otros. Debido a su alto precio se la ha denominado “la droga de la elite” o “de los ricos”.
Su consumo puede provocar problemas tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, ataques de pánico o crisis de ansiedad. A largo plazo, su uso continuado se asocia a problemas graves de ansiedad, desorientación y cansancio extremo. Los consumidores habituales suelen acabar sufriendo un proceso depresivo y, en casos graves, trastornos psicóticos, paranoides y despersonalización.
Un escenario cada vez más globalizado ha facilitado la aparición de nuevos centros de producción clandestina de drogas sintéticas, afectando prácticamente a todas las regiones del mundo y llevando a su vez a un aumento generalizado del consumo. Si bien la curiosidad, el deseo por experimentar nuevas sensaciones y la presión de grupo continúan siendo los principales motivos que impulsan a consumir este tipo de drogas, especialmente entre los jóvenes, en el caso de nuestro país el consumo de 2CB no se ha generalizado aún por su alto precio.
Las drogas sintéticas son difíciles de detectar y fáciles de fabricar y traficar, y si se las lleva en un frasco son similares a cualquier pastilla legal. Por otro lado, este tipo de estupefacientes también permite que una sola organización de traficantes controle todo el proceso, desde la producción hasta la venta en la calle, y deja grandes márgenes de ganancias. Se pueden fabricar en cualquier lugar a partir de sustancias químicas comerciales.
La aparición de nuevas drogas sintéticas y la forma en que se comercializan y consumen hacen necesaria la permanente búsqueda e implementación de herramientas y recursos para enfrentarlas con eficacia. Por ello, recoger la experiencia de los países que padecen con mayor severidad los efectos de las drogas sintéticas será un valioso aporte para que las autoridades con competencia en la materia adopten aquellas que mejor se acomoden a nuestra realidad.