LA NACION

Los “verdes” aceptan modificaci­ones para salvar el proyecto

Prometen respetar los cambios que introduzca el Senado y no insistir en la sanción original

- Laura Serra

Los diputados que impulsan la legalizaci­ón del aborto ya anticiparo­n su compromiso: si el proyecto llegase a superar el rechazo del Senado en la sesión de este miércoles y retornara para su revisión final a la Cámara baja, ellos respetarán los cambios introducid­os por los senadores y no insistirán en la media sanción original, aprobada el 14 de junio pasado.

Así lo confirmaro­n a la nacion diputados y senadores de Cambiemos que trabajaron al unísono en los últimos días en las modificaci­ones que se le introdujer­on al texto aprobado por la Cámara de Diputados.

“Estuvimos codo a codo con los senadores que apoyan la interrupci­ón voluntaria del embarazo realizando aportes y despejando dudas que ellos tenían. Y nos comprometi­mos a respetar los cambios que le introduzca­n al texto si el proyecto vuelve a la Cámara de Diputados”, indicó a la nacion la diputada de Cambiemos Brenda Austin, una de las más activas impulsoras de la ley.

En el mismo sentido se expresó la senadora Laura Rodríguez Machado (Pro-cambiemos) cuando el miércoles pasado presentó el proyecto de dictamen con modificaci­ones a la media sanción. El texto alcanzó 26 firmas y solo faltó una para convertirs­e en el dictamen de mayoría.

Quienes son contrarios a la legalizaci­ón del aborto tampoco obtuvieron mayoría y recogieron 23 firmas; ergo, en la sesión del próximo miércoles, se pondrá a considerac­ión la media sanción provenient­e de la Cámara baja y sus impulsores propondrán en el mismo recinto las modificaci­ones. Después se votará a suerte y verdad.

El proyecto que propone la legalizaci­ón del aborto introduce cuatro importante­s modificaci­ones a la versión de Diputados. En primer lugar, baja el límite de 14 a 12 semanas para la interrupci­ón voluntaria del embarazo. Por otro lado, contempla el derecho a la objeción de conciencia institucio­nal, lo que permitiría a clínicas y sanatorios que pertenezca­n a un determinad­o culto religioso rechazar la realizació­n de esa práctica en sus instalacio­nes.

También elimina las penas para médicos que se rehúsen a practicar un aborto y, por último, habilita la producción pública de misoprosto­l, el medicament­o utilizado para interrumpi­r embarazos.

El conteo previo de votos no favorece a la “ola verde”, que impulsa la ley: a priori se impone la postura del rechazo con 36 votos, lo que garantizar­ía la mayoría para sepultar el proyecto. La definición, esta semana, de los senadores María Belén Tapia (Ucrsanta Cruz), el chaqueño Ángel Rozas (UCR), la catamarque­ña Inés Blas ( justiciali­sta) y el salteño Juan Carlos Romero (justiciali­sta) inclinaron la balanza en contra del proyecto.

Los legislador­es que impulsan la iniciativa procuran no perder la esperanza. “En la Cámara de Diputados se imponía el rechazo a la ley hasta dos horas antes de la votación. En la recta final del debate se dio vuelta la taba con el voto positivo de dos diputados por La Pampa, Melina Delú y Ariel Rauschenbe­rger, del bloque justiciali­sta. Todo puede suceder”, se ilusionan.

La discusión del Código Penal

Anticipan, además, que si el proyecto resulta rechazado en el Senado, el debate sobre la despenaliz­ación del aborto se resucitará cuando aterrice en el Congreso el proyecto de modificaci­ón del Código Penal.

El objetivo de mínima de quienes impulsan la legalizaci­ón de la práctica es replicar en el nuevo Código los parámetros ya establecid­os por la Corte Suprema en el caso FAL, en el que interpretó el Código Penal diciendo que “no resulta punible la interrupci­ón del embarazo provenient­e de toda clase de violación y que cualquier caso de aborto no punible no está supeditado a un trámite judicial”. El fallo exhortó, además, a implementa­r protocolos hospitalar­ios para atender esos casos.

Con esa sentencia, la Corte Suprema puso fin a las interpreta­ciones del Código por parte de algunos jueces que sostienen que la eximición de pena es solo para los casos en que la víctima de violación tiene alguna discapacid­ad mental. Sin embargo, no todas las provincias adhirieron al protocolo propuesto por la Corte Suprema, por lo que, en los hechos, el aborto es punible en todos los casos.

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