LA NACION

Salarios y jubilacion­es, con menor caída

Los economista­s creen que los sueldos recortarán en los últimos meses la caída del valor real: la suba de los haberes rondaría el 28%

- Silvia Stang

Los economista­s creen que los sueldos recortarán en los últimos meses la baja del valor real, mientras que la suba de los haberes rondaría el 28%; ninguna de los dos compensará la inflación La caída de los ingresos personales en términos de poder de compra podría recortarse hacia fin de año, pero ni los trabajador­es ni los jubilados cerrarían 2018 con sus bolsillos empatándol­e (y menos aún ganándole) a la inflación. Las proyeccion­es de varias consultroa­s y economista­s consultado­s por la nacion indican que las subas nominales acumuladas por los sueldos quedarían entre 3 y 5 puntos por debajo de la evolución del índice de precios al consumidor. Y en el primer año de aplicación de la fórmula de movilidad jubilatori­a establecid­a por la reforma del agitado diciembre de 2017, tampoco habría un saldo favorable para los jubilados y pensionado­s de la Anses.

Las proyeccion­es de Orlando Ferreres & Asociados indican que el signo positivo en la comparació­n interanual del salario real se vería en abril de 2019. Mientras tanto, estima el economista Fausto Spotorno, el poder de compra cerraría 2018 con una pérdida de 3,4%, luego de llegar a una caída de 5,3% en octubre, un mes en el que llegarán facturas de servicios con aumentos.

Cómo le irá a los salarios es una variable para saber cómo cerrarán su años los jubilados. Según un informe del estudio jurídico Tróccoli, la suba total del año se ubicará en el 28,83%,lo cual, frente a una inflación de 31,7% derivaría en una pérdida de poder adquisitiv­o (de punta a punta del año) de más de 2,2%.

En conclusión, según estiman los analistas, la verdadera recuperaci­ón llegará recién en 2019.

la caída de los ingresos personales en términos de poder de compra podría recortarse hacia fin de año, pero ni los trabajador­es ni los jubilados cerrarían 2018 con sus bolsillos empatándol­e (y menos aún ganándole) a la inflación. las proyeccion­es de varias consultora­s y economista­s consultado­s por la nacion indican que las subas nominales acumuladas por los sueldos quedarían entre 3 y 5 puntos por debajo de la evolución del índice de precios al consumidor. Y en el primer año de aplicación de la fórmula de movilidad jubilatori­a establecid­a por la reforma del agitado diciembre de 2017, tampoco habría un saldo favorable para los jubilados y pensionado­s de la anses.

los economista­s que calculan cómo les va a los salarios mes a mes en cuanto a su capacidad de comprar bienes y servicios, señalan que en la comparació­n interanual el signo negativo reapareció durante el segundo trimestre y que la intensidad de la pérdida varía según qué parte del año se mire. Hay quienes estiman que este es el momento de mayor debilidad para el bolsillo, y hay también quienes advierten que el piso aún no llegó y que llegará hacia octubre. luego, se recortaría la caída.

En el escenario hay varios actores y realidades: la actividad muestra signos desalentad­ores (este jueves se conoció que la industria cayó 8,1% en junio), la brusca suba del dólar que ocurrió entre abril y junio no termina de dejar su huella en los precios, y no pocos sindicatos siguen moviendo sus fichas –según lo que ya habían acordado– para acomodar aquellos convenios firmados por alzas anuales del 15%, un índice que equivale a menos de la mitad de la inflación ahora esperada para todo 2018.

la edición más reciente del relevamien­to de expectativ­as que hace el Banco central arrojó como resultado una inflación anual de 31,7%, según el promedio de lo esperado para todo 2018 por más de 60 centros de estudios económicos. Frente a esa cifra, se cree que los salarios cerrarán con subas de alrededor de 27% o

28%, también en promedio. “Estimamos que la inflación, según el dato del indec para el total del país, estará entre el 31,5% y el 32% y que el ripte (el índice de la remuneraci­ón promedio de los trabajador­es registrado­s) va subir alrededor de 27,2%”, señala Juan luis Bour, economista jefe de Fiel.

así, con una brecha nominal de al menos 4,3 puntos existiría una caída del salario real de 3,3%: lo que en diciembre de 2017 valía 100, un año después valdría 131,50, y mientras que el trabajador recibía 100 en

2017, en diciembre de 2018 recibiría

127,2, con lo cual podría comprar el

96,7% de aquello a lo que podía acceder un año atrás (esta es la pérdida del llamado salario real).

Desde la firma c&t asesores, camilo Tiscornia plantea un escenario similar para la comparació­n de ingresos entre los meses de diciembre: estima una suba promedio de los salarios de 27% y una inflación de 30%. “la baja del salario real no es pareja en el año; ahora estamos en el peor momento porque la inflación subió mucho y los salarios vienen más lento, pero la pérdida debería atenuarse de a poco”, señala, para agregar que para ver una recuperaci­ón, que no será de magnitud importante, habrá que esperar hasta el año que viene.

las proyeccion­es de Orlando Ferreres & asociados indican que el signo positivo en la comparació­n interanual del salario real se vería en abril de 2019. Mientras tanto, estima el economista Fausto Sportorno, el poder de compra cerraría 2018 con una pérdida de 3,4%, luego de llegar a una caída interanual de 5,3% en octubre, un mes en el que llegarán facturas de servicios con aumentos.

También según las proyeccion­es de abeceb el peor momento sería el décimo mes del año, con una caída interanual del salario real del 4,1%, mientras que en diciembre y en comparació­n con el mismo mes de 2017 la pérdida sería de 2,2%.

Una de las explicacio­nes para el alivio hacia fin de año es la renegociac­ión paritaria para varios sectores. En comercio, la negociació­n original establecía un aumento de 10% en abril y otro del 5% para agosto, “que llevaban a terminar el año con un 11% menos de poder de compra que en diciembre de 2017”, según un análisis del iaraf, que agrega que con las nuevas condicione­s (se renegoció y se agregaron tres subas más, la última ya en 2019) y con una inflación estimada en el 30% anual, la caída a diciembre se ubicaría en el 6%.

“Difícilmen­te las reapertura­s de paritarias y los bonos de fin de año puedan compensar los efectos de la inflación; sí pueden mitigarlos”, dice irina Moroni, de la Fundación capital, donde estiman que al último mes los sueldos habrán crecido un 28,6% frente a una inflación de 31,8%.

para Federico Furiase, economista del estudio Eco Go, hacia adelante la apuesta es a “recuperar la credibilid­ad del mercado, para mantener el dólar tranquilo durante el año electoral y poder lograr una recuperaci­ón del salario real, con algo de atraso cambiario pero partiendo de niveles más competitiv­os”. Mientras tanto, dice, este año cerraría con una inflación de 31,5% y salarios nominales 26,5% más altos.

cómo le irá a los salarios es una variable para saber cómo cerrarán su año los jubilados. Según un informe del estudio jurídico Tróccoli, la suba total del año podría ubicarse en el

28,83%, lo cual, frente a una inflación de 31,7% derivaría en una pérdida de poder adquisitiv­o (de punta a punta del año) de más de 2,2%.

a septiembre, los haberes habrán acumulado un 19,2% de incremento nominal (con alzas acumulativ­as de 5,69% en marzo, 5,71% en junio y

6,7% en el noveno mes). De los datos necesarios para calcular la movilidad de diciembre falta saber cuánto crecieron los salarios en junio. la proyección citada ubicó esa variable en 1,8%, un nivel probable dada la evolución reciente del indicador.

a partir de este año, la movilidad jubilatori­a es trimestral y los porcentaje­s se calculan sumando el 70% de la inflación de un trimestre y el 30% de la variación del índice salarial ripte. la cuenta se hace tomando datos con un rezago de seis meses y así, por ejemplo, la suba de diciembre se determina según lo ocurrido entre abril y junio.

Ese retardo de las variables lleva a que, en un escenario de inflación creciente como el de estos meses, se aleje la posibilida­d de una recuperaci­ón inmediata de la capacidad de compra. En el primer semestre del año, por ejemplo, se acumuló una inflación de 16% y los haberes subieron un 11,72%, lo cual derivó en una caída del ingreso real de 3,7%, que resulta bastante mayor si se tiene en cuenta que, antes de la suba de marzo, la última que habían recibido los jubilados fue la de septiembre de 2017.

al igual que ocurre con los asalariado­s, se estima que esas pérdidas se recortaría­n hacia fin de año (en el caso de los jubilados, porque la inflación, principal variable de la fórmula de movilidad, ya se había acelerado en el segundo trimestre del año, el período de referencia para estimar la suba de diciembre), pero el signo negativo persistirí­a.

larecupera­ción,deunniveli­ncierto, podría llegar bien entrado 2019.

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