Abel Tasman, un parque para caminar varios días
En el norte de la Isla Sur, senderos de exigencia moderada entre selva y playas vírgenes
El Parque Nacional Abel Tasman está ubicado en el extremo norte de la Isla Sur de Nueva Zelanda y es una de las reservas naturales más populares del país. Si bien hay quienes lo visitan por el día, para conocerlo realmente a fondo se precisan más bien unos cinco. Sin embargo, el nivel de exigencia de las caminatas por sus senderos es de básico a intermedio.
Algunos caminos un poco empinados puedan llevar a replantearse por qué largarse a semejante aventura sin pensarlo dos veces... pero ¡sí, se puede! Solo se necesitan ganas, perseverancia, tips oportunos y unas buenas zapatillas.
En este caso, optamos por un programa de cinco días en febrero, mes recomendable para aprovechar más el fresco mar neozelandés. Partimos en bus desde Motueka, ciudad cercana al parque, en la desembocadura del río del mismo nombre, en la orilla occidental de la bahía de Tasmania. En total, serían unos 54 kilómetros de marcha sin guía, por selva, rocas, arena y atravesando una serie de playas vírgenes sin nada que envidiarle a ninguna isla de Oceanía (bueno, tal vez un detalle: ¡la temperatura del agua!).
Lo que se ve en el trayecto vale la pena: aguas cristalinas, arena blanca, cuevas, ríos, peces, rayas, aves, cascadas, mucha fauna. Además, una sensación de respeto por el sitio que asombra, contagia y anima.
Para encarar la caminata hay que tener en cuenta algunas cosas. En primer lugar, que el parque no cuenta con puestos para comprar comida ni bebida así que si se planean varios días de caminata, se debe prever cargar todo lo necesario. Hasta el último punto no se puede comprar absolutamente nada. No olvidar tampoco empacar los utensilios necesarios.
Lo que sí hay en el camino son canillas para cargar agua fresca, aunque en determinados puntos está indicado que no es apta para el consumo.
En marcha, bien temprano
En este viaje, para el primer día preparamos sándwiches y para el resto, latas de remolacha, choclo, atún y arvejas, entre otros víveres para los que no precisamos anafe. En el trayecto, hay algunos campings con bachas para lavar y también lugares donde se dispone de duchas para bañarse. Pero no hay cocinas.
Tampoco se encuentran tachos de basura por lo que es necesario llevarse los residuos. Y mantenerlos a buen resguardo porque los patos del parque demuestran ser particularmente hábiles en el arte de abrir bolsas y causar problemas.
Importante: el promedio de caminata diaria entre punto y punto es de cuatro horas. En general se debe salir entre las 6 y las 7.30 de la mañana, no solo para llegar a destino con buena luz y sin tanto calor, sino porque existen ciertos horarios de cruce debido a la marea, que sube abruptamente y no permite avanzar.
En general, no se dispone de servicio de transporte de carga para que nos lleven el equipaje. Salvo en el trayecto de Marahau a Observation Beach. En nuestro caso, hicimos ese tramo en kayak mientras las mochilas viajaban en lancha. La experiencia fue tan alucinante como arriesgada: algo más de tres horas a mar abierto sin guía ni experiencia real previa y ante algunas olas que comenzaban a ser preocupantes. Pero lo cierto es que la remada puede ser más corta y menos intensa si se evita pasar por detrás de Adele Island, con su colonia de focas tomando sol de cara a la gran bahía de Tasman. Consejo de viajera: ante experiencias extremas o de varios días, donde probablemente no haya señal de telefonía, siempre avisen antes a alguien, de manera de contar con un apoyo externo en caso de emergencia.
Las paradas del parque son Marahau, Anchorage & Torrent Bay, Bark Bay, Onetahuti & Tonga Island, Awaroa, Totaranui y Mutton Cove. El recorrido se puede cubrir en ese orden, a la inversa o solo en algún tramo. De hecho, muchos visitantes no llegan a Mutton Cove, aunque realmente vale la pena. En cualquiera de las paradas, es posible contratar un Aqua Taxi para volver al inicio. Aunque esa opción no es muy económica.
Para pasar la noche en Abel Tasman se debe reservar antes lugar el camping o refugio (hay cabañas), sobre todo en verano. En el centro de informes de Motueka no solo brindan todo el asesoramiento sino que ayudan a reservar, tanto para pernoctar como para contratar los kayaks. No es un tema menor: carecer de reserva previa puede implicar una multa o hasta la expusión del parque.
No olvidar: linterna, cargadores solares, protector solar, repelente, calzado adecuado (zapatillas y ojotas), ropa deportiva, abrigo ligero para la noche, traje de baño, bolsas para la basura. Carpa, bolsa de dormir, impermeables, en caso de pasar la noche. Alérgicos a las abejas, atención: hay muchas.