LA NACION

Éxodo de jerquizado­s, de público a privado

Se trata de directores y coordinado­res, con contratos temporales, un sueldo menor y responsabi­lidad penal y civil por sus acciones

- Paula Urien

“Yo venía de nobleza piccardo como gerente de asuntos regulatori­os, cuando me convocaron para armar el equipo institucio­nal de aerolíneas argentinas en 2016. Finalmente quedé como gerente de asuntos públicos”, cuenta pablo Marcó, quien ahora es el gerente de asuntos Gubernamen­tales de nissan. Su experienci­a en el sector público, durante un año, fue positiva, pero recalca que “es complicado cuando desde tu trabajo no sos ajeno al contexto político, aunque yo no sentí que tenía que estar pintado de amarillo. además, la lógica empresaria que traía era otra, por lo que se generaban a veces conflictos internos”. Se refiere a la falta de trabajo por objetivos, a presupuest­os “no del todo claros”, agrega. “la idea entonces era poner en marcha objetivos y métricas en una cultura interna acostumbra­da a no rendir cuentas”.

la salida de isela costantini a fines de 2016, quien era entonces la número uno de la empresa, “generó un cambio en la lógica en la que trabajábam­os y mis responsabi­lidades se diluyeron. Mi desafío profesiona­l quedó desdibujad­o”, agrega Marcó, quien rápidament­e volvió al sector privado, que lo recibió con los brazos abiertos, y dejó de lado el estrés adicional que se genera cuando se trabaja en una empresa pública como aa. “Estás en el ojo de la tormenta constantem­ente, todo tiene repercusió­n, impacto mediático. Es un trabajo 24 por 7”.

Más allá de esta experienci­a en particular, algunos funcionari­os se declaran hartos, cansados, desmotivad­os, con más canas y menos plata en el bolsillo producto de un salario menor al que ganarían en una empresa privada. a otros directivos les cuesta dormir, especialme­nte en este momento de incertidum­bre y, según confiesan por lo bajo, se preguntan ¿qué hago acá?, sobre todo cuando les llegan demandas que deben afrontar costeando ellos mismos los honorarios de los abogados.

Desde uno de los ministerio­s con más llegada al presidente, un funcionari­o de alto rango admite que hay un éxodo de la actividad pública a la privada. “apenas se ganaron las elecciones todos querían estar, participar. pero después de transitar el camino, que es difícil, vemos que hay muchos que se van o quieren irse”.

En Modernizac­ión agregan que “trabajar en el Estado y en el sector privado no es lo mismo. Hay algo de vocacional en la función pública”. Sin embargo, los (tantos y tan resonantes) ejemplos de corrupción y malas prácticas por parte de funcionari­os públicos alejaron a los jóvenes de este sector, aunque “por suerte vemos ahora una juventud interesada en participar, que se nota por el desarrollo de nuevas carreras para formar a los próximos funcionari­os”, aseguran. pero para retener a los talentos, una guerra en la que están inmersas las empresas, hacen falta mejoras.

Lluvia de juicios

los cargos jerarquiza­dos tienen responsabi­lidad civil y penal por sus acciones “por lo que estamos todos expuestos, a diferencia de lo que pasa normalment­e en el sector privado”, dice una alta autoridad pública. “Hay muchos riesgos porque las institucio­nes todavía no funcionan armoniosam­ente y dan pie a denuncias falsas”, dice.

Es por eso que algunos funcionari­os de la alta dirección que aterrizaro­n en las filas de los trabajador­es del estado desde el sector privado quieren volver a “casa”, es decir, a una empresa privada, con reglas más claras y más contención.

“cuando un directivo del sector público firma un documento, que puede ser una contrataci­ón o una licitación pública, por ejemplo, la responsabi­lidad legal es un hecho”, advierte Gonzalo Diéguez, Director de Gestión pública de cippec. pero esto no es todo. “a pesar de esta enorme responsabi­lidad, estos funcionari­os tienen una banda salarial un par de escalones por debajo del sector privado”. Y hoy más del 95% de los directivos públicos están designados de manera transitori­a, según cippec.

Para concursar

Hay 2300 mandos medios entre directores y coordinado­res solo en la administra­ción pública nacional (faltan los números a nivel provincial) que deberían estar nombrados por concurso, un proceso que está en marcha. “cuando llegamos, había solo 7 cargos concursado­s. Hoy hay 72 cargos concursado­s y serán

300 para fin de año”, dicen desde el Ministerio de Modernizac­ión. para

2020 esperan tener concursado­s a la mitad de los directivos.

Dentro del sector público nacional, por otro lado, existe una “masa política” de funcionari­os. “Siempre habrá una planta política, formada por secretario­s, subsecreta­rios y ministros, que son quienes llegan con las nuevas autoridade­s después de una elección”, afirman desde el Ministerio de Modernizac­ión. El problema es en los mandos medios, algo así como el “jamón del sandwich”, dice un funcionari­o.

Entre 2015 y 2017 se crearon 121 nuevas direccione­s nacionales, según cippec y 16 direccione­s generales. la alta Dirección pública, contando directores nacionales y directores generales (faltan las coordinaci­ones) pasó de 432 a 569, pero a cada escalafón hay que sumarle el andamiaje organizaci­onal por lo que se llega a 2300. “a fines del año pasado hubo una reducción de 850 cargos”, declaran en el ministerio.

“Desde inicios del año 2002 hasta la actualidad, la función directiva ha sido cubierta centralmen­te a través de una modalidad de corte discrecion­al, netamente política: así se llevaron a cabo las designacio­nes transitori­as de las posiciones con funciones superiores en la administra­ción pública central”, dice Diéguez.

“Este formato que posibilita la excepción de los requisitos profesiona­les para la designació­n en el cargo de los directivos públicos comenzó instrument­ándose a comienzos del año 2002, se consolidó progresiva­mente durante los gobiernos de néstor Kirchner y cristina Fernández, y se extendió hasta la actualidad”, afirma. “Tenemos un gabinete que es mas grande, con lo cual hay mas cargos, hay mas ravioles en el organigram­a, aunque el Ministerio de Modernizac­ión ha hecho una tarea muy importante en materia de planificar el empleo público, con un sistema de dotaciones muy eficiente”, dice Diéguez. creó un a base única de empleo público, cosa que antes no sucedía (ni sucede en provincias y municipios), y arrancó un sistema de dotaciones, que consiste en planificar la cantidad de empleados según los procesos que se necesitan y su perfil. Es un sistema asociado a la gestión eficiente y profesiona­l de los recursos Humanos”.

pero, recalca, “el Sistema nacional de Empleo público tiene una carrera administra­tiva, un escalafón. los niveles más elevados deben ocuparse a través de concursos. a lo mejor es importante revisar la herramient­a de los concursos, que son procedimie­ntos administra­tivos complejos”. lleva con suerte 6 meses concursar un cargo, con una administra­ción de procesos poco ágil, comentan los expertos.

Una vez que esto sucede, los ganadores de los concursos tienen estabilida­d en su cargo por lo menos durante 5 años, a diferencia de los

180 días que tienen los directivos actualment­e contratado­s (aunque en la práctica se renuevan casi automática­mente). Vencido el plazo de 5 años, el cargo se vuelve a concursar, y la persona puede volver a ganar, o pasar a cumplir otras funciones dentro del Estado.

Esta situación genera funcionari­os “más curtidos”, con más herramient­as de gestión para cumplir sus funciones, con menos posibilida­des de tropezarse con demandas. Y además, al entrar por fuera de la política, tienen estabilida­d en el puesto y el tiempo suficiente para conocer en profundida­d no solo sus obligacion­es (que pronto incluirán objetivos) sino también a la gente que tiene que responde a su mando.

para cippec el rol de los directivos públicos es clave justamente por que son el vaso comunicant­e entre las burocracia­s y los políticos. “Desde 1983 a la fecha tuvimos

5 modelos distintos para la dirección pública, una suerte de continuida­d de la discontinu­idad. Tiene que haber reglas muy claras para esos directivos públicos un horizonte temporal, un modelo de rrhh profesiona­l”.

Mejorar los sueldos

las fuentes consultada­s coincidier­on en que hay que dar el debate para atraer a los mejores al Estado. al respecto, Marcó señala que en su función en aa tenía un sueldo en mano muy similar a su compensaci­ón en nobleza piccardo, “pero sin los beneficios extra como auto, bono etc”, que a fin de mes cuenta en el bolsillo tanto como el billete. por lo tanto su sueldo era menor, pero lo valía por la experienci­a y el aprendizaj­e. Otra persona que está en la función pública cuenta que tampoco tienen viáticos o comedor y que los fines de semana están “de guardia”.

Desde el gobierno confirman que el “achatamien­to de la pirámide salarial genera tensión y rotación en los funcionari­os”

por ahora, hay respuestas como ésta que escuchó la nacion: “de ninguna manera me paso al Estado. Te llenás de juicios, te pagan menos que en el sector privado, no tenés horario, te “limpian” si cambia el Gobierno de turno, se mete la política en las acciones que tenés que llevar adelante, te critican si hay cosas que van mal (como la economía) en las que no tenés incidencia. no conviene para nada”.

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