LA NACION

Bala Na Cara, la banda detrás del asalto a la cárcel de Oberá

Vinculada con el peligroso PCC brasileño, se especializ­a en violentos asaltos en los que usa armamento pesado

- Germán de los Santos

ROSARIO.– Bala Na Cara: ese es el nombre del grupo narcocrimi­nal que opera en el sur de Brasil, aliado del Primer Comando Capital (PCC) en Paraguay, y que el martes pasado, a la noche, intentó copar la cárcel misionera de Oberá para rescatar a Vanderlei “Vando” Lopes y a su hermano Rudinei, detenidos el 29 de diciembre pasado en el paraje El Soberbio, fronterizo con Brasil, con un arsenal de fusiles FAL, municiones de alto calibre y explosivos plásticos.

Carlos Eduardo Reinicke es, según confirmaro­n fuentes de la policía de Misiones a la nacion, uno de los integrante­s del grupo que intentó rescatar a los hermanos Lopes. Este brasileño, de 36 años, nacido en Vera Cruz, estado de Rio Grande do Sul, fue detenido el miércoles al mediodía durante un operativo cerrojo del que participar­on más de 500 efectivos misioneros.

Sus tres cómplices en el fallido asalto a la cárcel permanecen prófugos, y se sospecha que pudieron haber cruzado hacia Paraguay o Brasil por un paso ilegal. La policía detuvo a un misionero que podría haber sido el contacto local de la banda.

Reinicke estaba exhausto cuando fue aprehendid­o. El dueño de un almacén, al que fue a pedir agua y comida, llamó a la policía al sospechar que era uno de los prófugos que el martes, poco después de las 20, se tirotearon con un sereno del penal de Oberá cuando intentaron ingresar por un sector que está en obras para rescatar a los hermanos Lopes.

Al salir del negocio, según relataron fuentes de la investigac­ión, el hombre, que era buscado desde la noche anterior, preguntó cómo podía llegar a Panambí, un pequeño pueblo ubicado sobre el río Uruguay, en la frontera con Brasil.

Reinicke está prófugo de la Justicia brasileña tras haberse fugado el 2 de abril pasado de un penal donde estaba preso por una decena de asaltos en los que se usó armamento pesado. El jefe de la policía de Misiones, Manuel Céspedes, recibió de Brasil informació­n clasificad­a en la que se ratificó que Reinicke integra Bala Na Cara, banda que, según investigad­ores de ese país, mantiene una alianza con el PCC para la provisión de estupefaci­entes y armas. El PCC y el Comando Vermelho son las organizaci­ones criminales más poderosas de Brasil y tienen una fuerte presencia en Paraguay.

En el Ministerio de Seguridad señalaron a la nacion que “detrás del intento de rescate de los hermanos Lopes estuvo una banda que se dedica a asaltos complejos”. Consideran que en este hecho “no existió una participac­ión directa del PCC”.

Zona roja

Como publicó la nacion el 29 de enero pasado, el gobierno nacional mira con atención los movimiento­s de organizaci­ones criminales como el PCC y el Comando Vermelho en el nordeste del país, tanto en la frontera con Brasil como con Paraguay.

En febrero pasado, la ministra Patricia Bullrich, en su visita a Washington, anunció que se instalará en Posadas una task force para poner el foco en esa región. “Vamos a poder contar con una representa­ción de otras agencias, además de la DEA, que nos permita tener una mirada más profunda de lo que está ocurriendo ahí”, dijo en ese momento a la agencia Télam el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman.

Bala Na Cara está asentado en Paraguay desde hace al menos cinco años. El 5 de mayo pasado, la policía guaraní detuvo en Encarnació­n –frente a Posadas– a Luis Fernando da Silva Soares Junior, de 38 años. Conocido como Perneta, este hombre corpulento, con el cuerpo lleno de tatuajes con las iniciales BNC (Bala Na Cara), fue detenido en la costanera de esa localidad, donde vivía desde hacía tres años. Tenía documentos falsos a nombre de Cristiano da Silva Pinhero. Pero lo más llamativo fue que entre sus papeles tenía dos carnets del Registro de Armas de Fuego y la habilitaci­ón de la Armada paraguaya como “patrón de embarcacio­nes deportivas”.

Días después, Perneta fue expulsado de Paraguay. Ahora está preso en Brasil, donde tenía pedido de captura por 30 delitos, entre ellos, homicidios, tráfico de armas y drogas.

Otro de los líderes de la banda también fue detenido en Paraguay, en la zona de Pedro Juan Caballero, donde las bandas brasileñas coparon ese centro de producción de marihuana, uno de los más grandes del sur. Se trata de Jackson Rodrigues Peixoto, alias Negro Jackson, también expulsado hacia Brasil, donde se lo buscaba por 11 crímenes.

En Asunción, Negro Jackson estuvo sospechado de asesinar a dos compatriot­as: Paulo Jacques y su pareja, Millena Soares, el 2 de enero de 2017. Como fue expulsado, nunca se terminó de investigar en Paraguay este doble crimen, relacionad­o con el manejo de la droga en Pedro Juan Caballero. Jacques habría sido uno de los lugartenie­ntes del narco brasileño Jarvis Chimenes Pavão, quien fue extraditad­o a su país a fines de diciembre pasado.

Bala Na Cara irradió su poder de fuego con asaltos a bancos y tráfico de estupefaci­entes en el sur de Brasil, donde en algunas ciudades cercanas a la frontera argentina se produjeron enfrentami­entos violentos y crecieron los homicidios, como en São Borja, frente a la correntina Santo Tomé, una localidad que muchos argentinos usan de parada intermedia en el verano para llegar a las playas de Florianópo­lis.

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Policía de misiones Parte de los efectivos que atraparon a uno de los integrante­s del grupo comando que quiso copar el penal

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