A Racing lo domina River en el historial oficial, pero en cruces internacionales tiene saldo a favor
En el año de su centenario, el equipo de Villa de Mayo vive un momento inesperado y acumula 10 caídas en 11 partidos; el cierre de la primera etapa del Top 12, lo encuentra en zona de descenso
¿Qué le pasa a CUBA? Esa es quizás hoy la mayor incógnita del rugby nacional. El año de su centenario se transformó en un suplicio para los de Villa de Mayo, que el sábado volvieron a perder y sumaron su décima caída en once partidos. Al término de la primera etapa del Top 12 de la URBA se ubican en puestos de descenso, algo que para impropio para su rica historia.
Caras largas y mucha bronca se percibían en la ronda que formaron los jugadores después de la derrota con San Luis. Nuevamente, como el fin de semana anterior contra Alumni, el equipo fue de mayor a menor y terminó perdiéndolo en el epílogo. “No faltó nada. No aflojemos que arranca la segunda ronda”, arengó Tomás De la Vega. El capitán se mostró tranquilo y era el único que hablaba en un círculo en el que todo era silencio.
El debut con derrota por apenas un punto con el CASI no presagiade ba un presente tan negro. Sí lo hizo la caída en la segunda jornada ante el recién ascendido San Martín, el día que celebró sus 100 años y estaba todo dispuesto para que la jornada sea una fiesta. En la séptima fecha cayó contra un Newman que reservó a su primer equipo para la final del Nacional de Clubes. De esta manera fue acumulando un paso en falso tras otro. Si bien es verdad que levantó en los últimos dos encuentros, que sacó punto bonus defensivo por perder por menos de siete puntos en seis partidos, apenas le pudo ganar al colista Lomas y no logra salir de esta racha negativa.
“Arrancamos con algún objetivo un poco irreal para nuestra situación. Estamos atravesando un período de recambio bastante grande en el club, en todos los niveles, y nos costó anímica y psicológicamente darnos cuenta en qué punto estamos parados. Desde que lo aceptamos creo que dimos un paso hacia adelante”, explicó De la Vega.
Después de solo un año bajo la conducción de Esteban Lasala, el entrenador que lo sacó campeón de la URBA en 2013 y del Nacional Clubes en 2014, asumió ese rol Joaquín Uriarte, histórico segunda línea de la década del ‘80. El Flaco, que también jugó en los Pumas, comparte esa tarea con Martín Domínguez. La pareja intenta imprimirle al equipo esa asfixiante presión en defensa que siempre caracterizó a CUBA, algo que se notó ante San Luis, sobre todo en el breakdown, pero que no lo logró mantener de manera consistente durante los 80 minutos.
Pero el recambio también se dio en el plantel. Algunas bajas fueron muy sensibles como la del capitán Joaquín Hardoy o la de otro referente como Rodrigo Ávalos, ambos por temas personales. También las lesiones, como las de Santiago Tsin y Benito Ortiz de Rozas, que regresó hace tres fechas y si bien jugó un gran partido se lo notó visiblemente cansado tras el encuentro.
Marcos Moroni, por ejemplo, es parte estable del seleccionado de Seven y recién se reincorporó después del Mundial de San Francisco. Estos imponderables se suelen dar con frecuencia a nivel amateur pero en el caso de CUBA sucedieron a la misma vez y los afectó más de lo normal.
Parte del recambio se dio fundamentalmente por lo que pasó el año pasado. A esta altura del año, los de Villa de Mayo marchaban punteros e invictos, con diez victorias y un empate. Pero a partir de ahí perdieron ocho de los siguientes once partidos y se terminaron quedando afuera de los playoffs en la última fecha. “Los sufrimos muchísimo y fue muy desgastante internamente. Eso dejó sus secuelas y por eso algunos jugadores eligieron largar pero creo que también aprendimos de eso para este año”, apunta De la Vega.
Quizás por saber que de una etapa a otra puede cambiar todo es que se mostró tan optimista y sereno después de la derrota. “No es hora de desesperarse. Todo lo que pasó falta que pase de nuevo. El año pasado veníamos primeros e invictos y después se dio todo lo contrario. Si tomamos eso lo vamos a poder revertir”, añade.
CUBA está en una situación difícil e inesperada. La historia reciente marca que fue uno de los pocos que le pudo robar un título a Hindú, el gran dominador de esta época. De los últimos diez campeonatos, entre URBA y Nacional de Clubes, el Elefante ganó siete, CUBA dos y el restante se lo llevó Belgrano. La actualidad obliga a este gigante dormido a replantearse los objetivos. Si mirase a Hindú, que está muy lejos a 24 puntos y es hoy el último en clasificarse, se estaría equivocando. Seguramente el desafío será superar a San Martín, que se ubica apenas a tres unidades y está en zona de repechaje. Para eso, como dice su capitán, tendrán que ser pacientes y saber que todavía falta mucho para que el año de los festejos no termine siendo una pesadilla.