LA NACION

Es la lógica del juego: Holanda, otra vez campeón

El 6-0 en la final contra irlanda rubricó una campaña aplastante, con 35 tantos a favor y apenas 3 en contra; premio para Von de Heyde

- Sheila Shab

LONDRES.– Con 35 goles en seis partidos, incluyendo seis en la final contra Irlanda, y solo tres en contra, Holanda mostró todo su poderío aquí para quedarse con el Mundial de hockey, su tercer título en las últimas cuatro ediciones (solo postergada por las Leonas en Rosario 2010) y el octavo halago en la historia de los mundiales.

El deporte no se trata de merecimien­tos y muchas veces el resultado termina siendo injusto para los protagonis­tas. No siempre gana el que despliega un juego superior, sino el que convierte más goles. Por suerte para los espectador­es que vinieron a este certamen, que pudieron verlo más partidos, prevaleció el mejor equipo.

Holanda tenía que ser el campeón, más allá de las sorpresas que tuvo el certamen, por juego, agresivida­d, capacidad de triangular en cualquier sitio de la cancha, desde el fondo hasta en el área de ataque. Fue el equipo más vistoso y dinámico, y el único con cierta regularida­d a lo largo de la competenci­a. En el último partido no defraudó, aunque el rival no era un gran oponente. Las de naranja vencieron a Irlanda, que estaba en esta instancia por primera vez en la historia, y se coronaron con la medalla de oro, igual que en La Haya 2014 y en Madrid 2006.

La manera de jugar de Holanda es la forma más descriptiv­a de cómo debe practicars­e el hockey moderno. Las rotaciones del mediocampo hacia arriba son constantes, lo que les permite avanzar metros conformand­o siempre triángulos entre las jugadoras, teniendo dos opciones como mínimo, una lateral y otra en profundida­d. La agilidad es individual, pero se contagia a lo colectivo; así es como le resulta más fácil contar con superiorid­ad numérica en los ataques. Además, tienen un gran manejo y acierto en los pases, y defienden en bloque, una cuestión clave y fundamenta­l.

En la semifinal ante Australia, uno de los equipos que podía hacerle un poco más de oposición (y que había eliminado a las Leonas en cuartos de final), le costó definir el partido. Estuvo imprecisa en los tiros al arco y transformó a Lynch, la arquera rival, en la figura. Sin embargo, salió a defender su desempeño en los shoot-outs y se clasificó así a la final. Antes, en el Grupo A, había superado a Corea por 7 a 0, a China por 7 a 1, y a Italia por 12 a 1 (la mayor goleada de la historia de los Mundiales); luego, a Inglaterra, el local, 2 a 0 en cuartos.

Con el camino invicto, las chicas de los Países Bajos sumaron un trofeo más en su vitrina. Y se espera que sigan cosechando triunfo con el buen juego como herramient­a.

A Alyson Annan, entrenador­a de Holanda desde fines de 2014, le preguntaro­n antes del comienzo de la competenci­a si su equipo estaba para defender el título obtenido en La Haya. La respuesta fue que no se trataba de defenderlo, porque se trataba de otras jugadoras, otro cuerpo técnico y también porque el juego había cambiado, pero que sí estaban en Londres para ganar. Del otro lado, el director técnico de Irlanda, Graham Shaw, declaró que ha estado intentando jugar con Holanda durante los últimos tres años y que nunca habían aceptado el desafío.

En definitiva, fueron las dos caras de la moneda las que se toparon en la final: el que ganó más de una vez cada uno de los torneos internacio­nales, y el que simplement­e esperaba estar a la altura de las circunstan­cias.

España, que superó a Australia por 3 a 1, hizo historia al ocupar el tercer puesto, su mejor actuación desde el cuarto puesto alcanzado en Madrid 2006, en otra de las sorpresas que se vieron en Londres.

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AFP las campeonas holandesas rubricaron su gran actuación en londres con una goleada

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