LA NACION

Calcaterra y otros tres empresario­s confesaron ante el juez pagos ilegales

el primo del presidente aceptó colaborar con la Justicia y quedó imputado, pero libre; detienen a un exdirectiv­o de techint

- Iván Ruiz

Un día de vértigo potenció ayer el escándalo de los cuadernos del chofer Oscar Centeno: cuatro empresario­s admitieron que habían hecho pagos ilegales durante el kirchneris­mo y los investigad­ores avanzaron en nuevas detencione­s de acusados de ser parte de la trama que conmociona al país.

Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri y exdueño de Iecsa, se presentó por sorpresa ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez federal Claudio Bonadio para ofrecerse como arrepentid­o. Su mano derecha en la empresa, Javier Sánchez Caballero, que estaba detenido, tomó el mismo camino. Ambos confesaron haber hecho pagos ilegales para financiar campañas electorale­s presionado­s por el entonces secretario Roberto Baratta. Quedaron en libertad después de declarar. También se formalizó el acuerdo con Juan Carlos de Goycoechea, ex-CEO de Isolux-Corsán.

La investigac­ión dio otro salto con la detención de Héctor Alberto Zabaleta, exdirectiv­o de Techint, que aparece mencionado (solo por el nombre de pila) en los cuadernos.

Durante las indagatori­as de ayer, los empresario­s Alejandro Ivanissevi­ch y Manuel Santos Uribelarre­a confesaron el pago de sobornos. En cambio, Rodolfo Poblete, del grupo Romero, se negó a declarar y quedó preso.

Con el mismo efecto en que caen las fichas de dominó, la causa por los cuadernos de las coimas sumó ayer dos nuevos empresario­s arrepentid­os que admitieron pagos a funcionari­os kirchneris­tas, una versión que también ratificaro­n otros dos imputados que declararon ante el juez federal Claudio Bonadio.

Ángelo Calcaterra, exdueño de la constructo­ra Iecsa y primo del presidente Mauricio Macri, y su empleado Javier Sánchez Caballero fueron aceptados como imputados colaborado­res, al confesar que realizaron los pagos presionado­s por el exsubsecre­tario Roberto Baratta para financiar campañas electorale­s del kirchneris­mo.

Calcaterra se hizo cargo de su responsabi­lidad para que Sánchez Caballero realizara los pagos en nombre de Iecsa. “Yo le daba la plata a Sánchez Caballero. Él pagaba por orden mía”, dijo ante la Justicia, indicaron fuentes judiciales. Fueron 13 encuentros los que se registraro­n en los cuadernos de Oscar Centeno con movimiento­s por US$8 millones. Muchos ocurrieron hasta octubre de 2015 en el estacionam­iento subterráne­o del Hotel Hilton, de Puerto Madero.

La declaració­n, orquestada durante todo el fin de semana, tuvo su premio: Sánchez Caballero fue liberado al mediodía y Calcaterra –que se había presentado espontánea­mente– dejó el juzgado con una eximición de prisión que le asegura que no debería ser detenido hasta el juicio. También se formalizó el acuerdo con Juan Carlos De Goycoechea, extitular de la empresa española Isolux-Corsán, que también fue liberado.

No tenía opciones el primo de Macri. Si Sánchez Caballero quería declarar como arrepentid­o tenía que apuntar hacia arriba. Sus abogados le dijeron que corría riesgo de ir a prisión, un rumor que se había instalado el fin de semana y que se concretó durante este lunes.

Desde el Gobierno estaban al tanto de la decisión. Incluso, el propio Calcaterra se habría reunido el viernes a solas con el Presidente para in- formarlo sobre la situación, dijeron fuentes oficiales.

Calcaterra llegó a las 7.20 a Comodoro Py. Pasó seis horas en el juzgado de Bonadio hasta cerrar su acuerdo como colaborado­r imputado, mientras desfilaban abogados, fiscales, periodista­s y curiosos por el tercer piso de los tribunales. “Sí, disculpen..., ¿para arrepentir­se es por acá?”, bromeó un letrado habitué de esos pasillos.

Calcaterra, Sánchez Caballero y De Goycoechea, representa­dos por el mismo estudio jurídico, plantearon una defensa idéntica: hablaron de presiones de aportes en negro para la campaña, pero no mencionaro­n los millonario­s contratos de obra pública que ganaron con el Estado durante el kirchneris­mo.

Los investigad­ores están atentos a los argumentos que ensayen los próximos empresario­s arrepentid­os para vislumbrar si el supuesto pago a funcionari­os para financiar la campaña electoral es parte de una estrategia en conjunto. El gran temor –admiten en la defensa de Calcaterra– es que se suspendan obras que todavía están en curso.

“Si te dan a elegir entre quedarte preso o irte a tu casa, ¿vos qué elegirías?”, desafió uno de los abogados que negocia la figura del arrepentid­o. Y agregó que uno de sus clientes le recordó que Lázaro Báez lleva más de dos años en el penal de Ezeiza a la espera del juicio oral. El estudio de abogados Landaburu, Feder, Carrió, Mayer & Rosental es el mismo que representa a la familia Macri y a la empresa Socma SA.

La constructo­ra Iecsa funcionó hasta 2007 dentro de Sideco SA, una empresa del grupo Macri. Ese año fue adquirida por Calcaterra y, desde ese momento, multiplicó las obras públicas asignadas por el kirchneris­mo. Un ejemplo es el soterramie­nto del tren Sarmiento, un contrato también investigad­o por la Justicia ante distintas irregulari­dades dentro del caso Odebrecht.

En la misma línea que Calcaterra, Alejandro Ivanissevi­ch, exdueño de Emgasud, y Manuel Santos Uribelarre­a, extitular de MSU, ratificaro­n ayer ante la Justicia los pagos anotados por Centeno en su cuaderno. Otra vez, el mismo argumento: Baratta los “apretaba” para realizar los pagos. La maniobra –detallaron– también se ejecutaba con Nelson Lazarte y, en algunos casos, también se entregaba dinero en pesos.

Rodolfo Poblete, extitular del Grupo Romero, en cambio, quedó detenido después de negarse a declarar ante Bonadio. El empresario Raimundo Peduto, de MSU, no declaró y quedó libre.

El próximo arrepentid­o podría ser Francisco Valenti, exvicepres­idente de Industrias Metalúrgic­as Pescarmona (Impsa), que negociaba hasta el cierre de esta edición la posibilida­d de ser un colaborado­r en la causa y, de esta manera, conseguir su libertad.

No será el único que pasará por Comodoro Py. Héctor Zabaleta, el exempleado de Techint que fue detenido ayer (ver aparte), deberá dar explicacio­nes de sus menciones en los cuadernos. Hoy, en tanto, se presentará­n a declaració­n indagatori­a el operador judicial Javier Fernández; Rudy Ulloa, exchofer de Néstor Kirchner; el exsubsecre­tario de Vivienda Germán Nivello, y el exsecretar­io de Minería Jorge Mayoral.

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Silvana colombo Ángelo calcaterra, ayer, después de declarar como arrepentid­o en comodoro py
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Calcaterra se presentó espontánea­mente en Comodoro Py

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