Trump restablece las sanciones a Irán y se aleja más de Europa
La Casa Blanca volvió a aplicar las medidas que habían sido levantadas tras la firma del acuerdo nuclear; “negociar con condiciones no tiene sentido”, respondió Rohani
WASHINGTON.– En un giro que avivó uno de los principales puntos de tensión en Medio Oriente y amplió la grieta entre Washington y Europa, Estados Unidos reimpuso sanciones a Irán e inauguró una nueva campaña de “máxima presión económica” para asfixiar al régimen de los ayatollahs, una movida que sigue la línea de la decisión del presidente Donald Trump de abandonar el acuerdo nuclear firmado por su antecesor Barack Obama.
El gobierno de Trump anunció que a partir de hoy volverá a implementar una parte de las sanciones económicas sobre Irán que habían sido levantadas a principios de 2016, luego de que Estados Unidos, las principales potencias europeas, Rusia y China sellaron un acuerdo con Irán, que aceptó frenar su programa nuclear a cambio de un alivio económico.
Las nuevas sanciones atenazarán las exportaciones iraníes de oro, metales preciosos, acero, aluminio, automóviles y carbón, entre otros productos, y restringirán el acceso del país a dólares norteamericanos, al alcanzar también la compra de la deuda soberana del país. Las sanciones al petróleo, el principal producto de exportación iraní, volverán a aplicarse a partir de noviembre, según el esquema diseñado por Trump.
El presidente insistió en que quiere un nuevo acuerdo “más amplio” con Teherán y dijo que Irán tiene una opción: cambiar su “comportamiento amenazante y desestabilizador” y reintegrarse a la economía global o continuar por un camino de “aislamiento económico”.
“A medida que continuamos aplicando la máxima presión económica sobre el régimen iraní, estoy abierto a alcanzar un acuerdo más amplio que aborde toda la gama de actividades malignas del régimen, incluidos su programa de misiles balísticos y su apoyo al terrorismo”, dijo Trump.
El presidente iraní, Hassan Rohani, dijo en una entrevista que su país estaba abierto a negociar, pero remarcó: “Negociaciones con sanciones no tienen sentido”.
“Si sos un enemigo y apuñalás a la otra persona con un cuchillo y después decís que querés negociaciones, lo primero que tenés que hacer es sacar el cuchillo”, graficó.
Al anticipar las nuevas medidas, funcionarios de la Casa Blanca reiteraron duras críticas al régimen iraní en una conferencia telefónica con periodistas, y lo acusaron de financiar el terrorismo, oprimir a su gente y dañar la economía. La Casa Blanca defendió la estrategia de Trump y prometió construir una “coalición global” para garantizar el éxito de las sanciones.
“El punto de nuestra presión con sanciones, esta campaña de presión económica, es negarle al régimen los recursos financieros que necesita para financiar el terrorismo y sus programas de misiles nucleares y otras actividades peligrosas en Medio Oriente”, dijo uno de los altos funcionarios.
Pero la efectividad de la política despierta serias dudas: a diferencia de años atrás, Estados Unidos no cuenta con el respaldo de las otras potencias que firmaron el pacto nuclear, que han mostrado intenciones de preservarlo. La Unión Europea, China y la India, compradores de petróleo iraní, han indicado que no van a aplicar las sanciones de Washington.
“Trabajaremos estrechamente con las naciones que realizan negocios con Irán para garantizar el cumplimiento total. Las personas o entidades que no cancelen sus actividades con Irán corren el riesgo de sufrir graves consecuencias”, advirtió Trump.
Los funcionarios del gobierno de Trump indicaron que aspiran a generar un “cambio de comportamiento” y no un cambio de régimen en Irán, y reiteraron que el presidente está dispuesto a reunirse en cualquier momento con Rohani.
La Unión Europea, junto a Francia, el Reino Unido y Alemania, las tres potencias europeas que participaron de las negociaciones y de la firma del acuerdo nuclear con Irán, lamentaron “profundamente” la decisión de Trump. Los respectivos mandatarios de esos tres países –Emmanuel Macron, Theresa May y Angela Merkel– intentaron infructuosamente este año convencer a Trump de que no dejara el acuerdo.