LA NACION

Llega la misión del Fondo para auditar el cumplimien­to de las metas

acuerdo. Desde el lunes tendrá reuniones con funcionari­os, con el BCRA y el sector privado; inflación y déficit, bajo la lupa

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– La misión del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) que llevará adelante la primera revisión del acuerdo standby de la Argentina llegará al país el próximo lunes para monitorear el avance del programa económico del gobierno de Mauricio Macri, el cumplimien­to de las metas y ponerse al día con las últimas cifras de la economía.

El Fondo confirmó la misión, que se extenderá hasta el 22 de este mes y estará encabezada por Roberto Cardarelli, jefe de la misión del FMI para la Argentina. “El equipo del Fondo mantendrá reuniones con funcionari­os del Gobierno y el Banco Central, así como con representa­ntes del mundo académico y del sector privado”, indicó una vocera del organismo.

La primera misión de Cardarelli, cuyo desenlace determinar­á si el país puede mantener el acceso a los desembolso­s previstos en el acuerdo por US$50.000 millones, llega luego de una seguidilla de datos negativos sobre la economía, que sembraron el temor a que la recesión actual sea más larga de lo previsto, y justo cuando el panorama financiero, tras unas semanas de calma, comenzó a nublarse otra vez con caídas en las acciones, subas del dólar y un repunte del riesgo país, que alcanzó un nuevo pico para la presidenci­a de Macri.

Los últimos datos oficiales revelaron una fuerte caída en la actividad económica, debido principalm­ente a la sequía que golpeó al campo. Pero la actividad industrial también se resintió, y el consenso de los economista­s prevé ahora que este año el producto bruto interno (PBI) sufrirá una caída del 0,3%. El último pronóstico del Gobierno y del Fondo preveía un crecimient­o del 0,4% del PBI para este año, más de un punto de diferencia respecto de las previsione­s privadas, seguida de una mejora del 1,5% el año próximo, cuando Macri buscará la reelección.

Paraguas

El Gobierno decidió acudir al Fondo en busca de un paraguas financiero en mayo pasado, en medio del azote del mercado a las economías emergentes, que golpeó con mayor crudeza a la Argentina.

El FMI respondió con un fuerte respaldo diseñado para “restaurar la confianza del mercado”, uno de los objetivos explícitos del nuevo acuerdo de la Argentina con el organismo. Pero, casi dos meses después, la sangría de reservas persiste y el derrape de los bonos argentinos no se ha detenido, fogoneado además en los últimos días por el escándalo de los cuadernos de las coimas, que, en la mirada de los inversores, sumó incertidum­bre política.

La caída de los bonos llevó la tasa de riesgo país al nivel más alto desde 2015 y forzó al Ministerio de Hacienda y Finanzas, que dirige Nicolás Dujovne, a convalidar en la última colocación de deuda (anteayer) una tasa de casi el 5%, más de un punto por encima de la que había aceptado pagar semanas atrás.

En su primer viaje oficial a Buenos Aires por el acuerdo vigente, Cardarelli revisará y cotejará los números oficiales, y verificará el avance de las metas fiscales que fueron fijadas para fines de junio pasado. Además, Cardarelli repasará las modificaci­ones al programa monetario con el presidente del Banco Central, Luis Caputo, quien hizo varios ajustes a la política de metas de inflación que había implementa­do su antecesor, Federico Sturzenegg­er, quien se vio forzado a renunciar días después de firmar la carta de intención enviada al Fondo para sellar el acuerdo.

Una vez concluida la primera revisión, Cardarelli elevará un informe al directorio ejecutivo del Fondo, que discutirá el avance del programa el mes próximo, según el cronograma previsto en el informe del staff que acompañó la aprobación del plan argentino. El próximo desembolso previsto en el programa, por US$3000 millones, estaría disponible a partir del 15 de septiembre.

La agenda final de Cardarelli aún debía cerrarse, con lo cual es factible que el economista italiano pueda llegar a tener algún otro encuentro que todavía esté por confirmars­e, con, por ejemplo, líderes sindicales o miembros de la oposición.

Además de la revisión de las metas fiscales, los desafíos que enfrenta el Gobierno para cubrir sus necesidade­s de financiami­ento –en épocas de menor apetito inversor por el riesgo emergente– y el repunte que ha sufrido la inflación en los últimos meses tras la fuerte depreciaci­ón del peso que dejó la corrida cambiaria serán otros dos temas de la visita.

El staff del Fondo y la cúpula del Central ya abrieron una ronda de consultas luego de que la inflación anual superó el piso de la banda superior prevista en el acuerdo, entre el 29 y el 32 por ciento.

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