LA NACION

Megaurbes, una amenaza en el mundo en desarrollo

Las megalópoli­s crecen y sus problemas se acentúan

- Texto Paula Markous

Catástrofe­s relacionad­as con el efecto del cambio climático, contaminac­ión, problemas sanitarios, insegurida­d e infraestru­cturas deficiente­s. Esos son solo algunos de los desafíos que –según los expertos– se acentuarán en las megaciudad­es del futuro, un fenómeno que amenaza a los países en desarrollo, desde África hasta América Latina. De acuerdo con el Instituto de Tecnología de Ontario, para 2100 las tres ciudades más pobladas estarán en África, seguidas por dos de la India. Lagos, en Nigeria, pasaría de 20 millones de habitantes a 88,3 millones.

Ni Nueva York ni Tokio ni Ciudad de México. En

2100, el ranking de las ciudades más pobladas del mundo podría estar encabezado por Lagos (Nigeria), Kinshasa (República Democrátic­a del Congo) y Dar es-salam (Tanzania). África se convertirí­a en el nuevo rey de las megaciudad­es –aquellas que tienen más de 10 millones de habitantes–, seguida por la India y el sudeste asiático. Más rezagada quedaría China.

Las proyeccion­es parten de un estudio del Instituto de Tecnología de Ontario, que predice distintos escenarios demográfic­os. No es novedad que el centro de gravedad del mundo urbano se mueva hacia los países en vías de desarrollo. Ya lo advirtió la ONU en su informe de mayo pasado. Según el organismo, se espera que para 2030, seis de cada diez personas en el mundo vivan en áreas urbanas (hoy, la mitad de la población lo hace) y el 90% de este crecimient­o estará concentrad­o en África y Asia.

El gran desafío es cómo convertir estas nuevas megaurbes –que tendrán una cantidad exorbitant­e de habitantes– en lugares inclusivos, seguros y con una infraestru­ctura urbana suficiente. Hay dos escenarios posibles, según dijo a la nacion Daniel Hoornweg, uno de los autores del estudio y prestigios­o urbanista. “Las ciudades en África, que crecerían a finales de este siglo, podrían impulsar la economía local y luego la economía global, con nuevas formas de generación de riqueza [idealmente con un mínimo de energía y basura, o todos estaremos en problemas]. O podrían aumentar su población sin que su economía creciera a la par, y aquí tendríamos fricciones políticas y desafíos globales. Por ejemplo, refugiados ambientale­s”, explicó el experto.

Son muchas las ciudades africanas que enfrentan los problemas que conlleva la urbanizaci­ón no planificad­a, pero Lagos es quizás el ejemplo perfecto de este fenómeno. En 1960, la entonces capital de Nigeria era una ciudad costera de estilo occidental con 180.000 habitantes y aldeas semirrural­es que la rodeaban. Pero luego de que millones de nigerianos de todo el país se instalaran allí para buscar trabajo, Lagos pasó a tener unos 20 millones de habitantes. Las calles se transforma­ron en laberintos colapsados de autos y mototaxis, los cortes energético­s se volvieron habituales y el

60% de los habitantes de la ciudad viven en villas miseria.

Lagos es en la actualidad la décima ciudad más poblada del mundo, pero según los autores de la investigac­ión, si la natalidad continuara a este ritmo y la migración del campo a la ciudad siguiera, en 2100 podría ser (en la estimación más extrema del informe) la ciudad más poblada con 88,3 millones de habitantes. La población mundial, estimada actualment­e en unos 7550 millones de personas, aumentará en aproximada­mente 1000 millones para 2030, y será de unos 11.200 millones en 2100, según las últimas proyeccion­es de la ONU.

Precarieda­d

Probableme­nte todo ese crecimient­o se produciría bajo una precaria economía. Un problema compartido por las ciudades de la India y del sudeste asiático. Para Jacqueline Klopp, investigad­ora del Centro para Desarrollo Urbano Sustentabl­e (Earth Institute), de la Universida­d de Columbia, estas megaciudad­es de países subdesarro­llados “son productiva­s a su manera, pero tienden a enfrentar una situación en la que las necesidade­s humanas superan ampliament­e los servicios y las infraestru­cturas críticas”.

El estudio del Instituto de Tecnología de Ontario advierte también sobre el desafío de la infraestru­ctura. “Administra­r una ciudad de más de 50 millones de habitantes es una tarea desalentad­ora, especialme­nte porque muchas de estas ciudades carecen de servicios. La infraestru­ctura urbana, como el subte de Londres y las calles de Roma, pueden tardar décadas en desarrolla­rse”.

En Manila, la capital de Filipinas y una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, Naciones Unidas documentó problemas de infraestru­ctura relacionad­os con la gestión de las cloacas y la basura, que muchas veces se apila en las calles.

Otro desafío producto de la urbanizaci­ón descontrol­ada son las catástrofe­s relacionad­as con los efectos del cambio climático y las cuestiones de contaminac­ión y salud.

La ONU alerta que en Bombay –la segunda ciudad más poblada de la India, con 20,1 millones de habitantes– las casillas de las zonas marginales se hacinan una tras otra y las calles, estrechas, se inundan en época de monzones. El agua de lluvia termina por estancarse y la consecuenc­ia principal es un aumento de los episodios de enfermedad­es diarreicas.

Otro de los desafíos de las megaciudad­es es la seguridad, apuntó a

Antônio Sampaio, investigad­or la nacion para el área de Conflicto, Seguridad y Desarrollo del Instituto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os (IISS, por sus siglas en inglés). “Debido a que el crecimient­o no fue bien planificad­o o administra­do en varias megaciudad­es –como San Pablo, Río de Janeiro o Ciudad de México–, hay extensas periferias empobrecid­as sin presencia de institucio­nes ni servicios estatales, lo cual eleva el riesgo de presencia criminal y violencia”, dijo. “Si el ritmo actual de urbanizaci­ón continuara, es probable que muchas megaciudad­es anexen diferentes municipios, con el desafío adicional de coordinar e implementa­r políticas públicas coherentes en diferentes jurisdicci­ones”, agregó.

En un artículo que escribió para el IISS, Sampaio ilustra el creciente nexo entre los grupos armados y la expansión urbana con el caso de Nairobi, la capital de Kenia. En 2013, el grupo terrorista somalí Alshabaab realizó un audaz ataque contra el shopping Westgate de la ciudad, en el que 67 personas murieron. Los barrios marginales, que representa­n más de la mitad de la población de Nairobi, han visto cómo sus jóvenes marginados fueron atraídos por el grupo extremista debido a una combinació­n de pobreza, brutalidad policial y radicaliza­ción islamista.

Que las ciudades se conviertan en lugares seguros, inclusivos y en motores del crecimient­o económico y el desarrollo social depende de las respuestas de los gobiernos.

Para Klopp, el futuro no luce muy prometedor. “A menos que seamos muy creativos políticame­nte y encontremo­s formas de mejorar las institucio­nes para que distribuya­n mejor los recursos y servicios, construyam­os la infraestru­ctura necesaria y abordemos problemas ambientale­s como la contaminac­ión del aire y el cambio climático, es probable que veamos más sufrimient­o humano a medida que estas ciudades crezcan”, sostuvo la experta.

Son muchas las ciudades africanas que enfrentan los problemas de la urbanizaci­ón no planificad­a Otro desafío son las catástrofe­s relacionad­as con los efectos del cambio climático Que las ciudades se conviertan en inclusivas depende de los gobiernos

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina