Los cambios en el patrimonio de Cristina, otra vez bajo la lupa
La expresidenta, que había donado el año pasado casi todos sus bienes a sus hijos, ahora informó que no tiene activos
Es investigada como la jefa de una asociación ilícita que movió por lo menos US$160 millones en bolsos vinculados a la obra pública y a los negocios energéticos, pero su patrimonio está lejos de esas cifras, según consta en las declaraciones juradas de la Oficina Anticorrupción (OA).
Néstor Kirchner supo construir una fortuna familiar que superó oficialmente los $100 millones. Más de 60 inmuebles, millonarios depósitos bancarios y sociedades hoteleras fueron los bienes que heredó Cristina Kirchner tras la muerte de su marido en octubre de 2010.
Siete años después, la expresidenta declaró un patrimonio de
$3,5 millones. La última foto de sus bienes, incluso, es de cero pesos, según se desprende de una nueva presentación realizada ante la OA cuando asumió como senadora en enero.
Su situación política y judicial es muy distinta de la que supo gozar cuando ocupaba la Casa Rosada. Después de un embargo a sus cuentas y la intervención de la firma Hotesur, la senadora transfirió todos los bienes a nombre de sus hijos, Máximo y Florencia.
El cambio más abrupto había ocurrido durante 2016, cuando la expresidenta concretó la donación por $74 millones y dejó en su poder
$3,5 millones.
Cristina Kirchner había declarado al comienzo del período 2017 un crédito impositivo a su favor por
$2,5 millones, más dinero en efectivo por medio millón de pesos y una caja de ahorro por $250.000. Pero ninguno de esos bienes aparece al cierre del ejercicio. La declaración jurada aparece directamente en blanco (como ocurre con otros senadores que asumieron en ese mismo año). El documento no tiene observaciones que justifiquen la desaparición de esos bienes.
Máximo Kirchner pasó a ser dueño de la mitad del emporio que conformaron sus padres. Tal como reveló la nacion, tres días después de su primer procesamiento, en mayo de 2016, Cristina Kirchner cedió a sus hijos en partes iguales los inmuebles que formaban parte de su patrimonio. Fue una de las primeras maniobras observadas por la Justicia como un intento de proteger los bienes familiares de las medidas judiciales.
Así, el 50% de los activos que tenía Cristina, fruto de la sucesión tras la muerte de Néstor Kirchner, fueron cedidos por la expresidenta en partes iguales a Máximo y a Florencia. Por eso, el diputado de La Cámpora en 2015 tenía el 25% de los inmuebles y en 2016 ostentó el 50%.
Entre los bienes que aparecen donados a sus hijos figura el departamento en Recoleta donde actualmente vive la expresidenta, un lugar que todavía atrae a distintos dirigentes del peronismo que solían consultarla cuando ella dejó la Casa Rosada.
Pero ese mismo inmueble de Recoleta es el que aparece en los cuadernos de las coimas. El chofer Oscar Centeno escribió que en ese domicilio terminaban los recorridos que ordenaba el exfuncionario detenido Roberto Baratta.
El 15 de abril de 2010, por ejemplo, Centeno anotó en su cuaderno que las visitas a distintos empresarios culminaron con una visita a “Uruguay 1306”, donde se levanta el departamento de la expresidenta para encontrarse con Daniel Muñoz, entonces secretario privado de Néstor Kirchner.
Cristina Kirchner deberá declarar mañana en esa causa judicial conocida como “los cuadernos de las coimas”. El juez Claudio Bonadio la investiga por ser la jefa de una supuesta asociación ilícita que cobraba sobornos de parte de los principales empresarios del país, los mismos que ganaban gran parte de los contratos de obra pública o negocios energéticos.
Medidas judiciales
El patrimonio de Cristina Kirchner se redujo a medida que la Justicia avanzó en distintas causas sobre sus bienes. La expresidenta recibió un embargo de $10.000 millones en la causa que investiga las obras públicas adjudicadas a Austral Construcciones, la empresa de Lázaro Báez. En esa causa, además, la senadora está procesada, también acusada de integrar una asociación ilícita que benefició al empresario santacruceño.
En la misma línea, el juez federal Julián Ercolini ordenó la intervención de Idea SA, la firma de Osvaldo Sanfelice –hombre de extrema confianza de la familia Kirchner–, quien administra distintos hoteles de la expresidenta y sus hijos en la Patagonia. De este modo, Cristina Kirchner ya no tiene el control administrativo de ninguna de sus empresas.
La cesión de inmuebles no fue el único movimiento que hizo Cristina Kirchner en favor de sus hijos. También le transfirió el dinero de sus plazos fijos a Florencia Kirchner. Son los US$5,6 millones que fueron encontrados en una caja de seguridad y en una caja de ahorro en el Banco Galicia y que quedaron embargados por el juez Ercolini en la causa Hotesur.
La declaración jurada de los Kirchner solía hacerla Víctor Manzanares, el histórico contador de la familia, ahora detenido por el juez Claudio Bonadio por entender que entorpecía la investigación en la causa Los Sauces. El contador desvió los pagos de los alquileres de los inmuebles de la exfamilia presidencial y burló así las medidas impuestas por el juez.