LA NACION

Salvando al “prestatari­o UVA”

- Martín Grandes El autor es economista; Uba-conicet y Escuela de Gobierno UTDT

El épico desembarco de los aliados en normandía no fue una operación simple y sin retrocesos o múltiples problemas en el camino. rescatar al soldado ryan en la celebrada película de oliver Stone fue una operación delicada y compleja en un frente hostil en el cual, tras un primer avance exitoso, el enemigo planteó obstáculos antes de concretar la misión en particular, y la liberación de Francia del nazismo en general. Volver a abrir los caminos a parís, restablece­r la comunicaci­ón y la economía europea fueron epopeyas aún más desafiante­s.

En nuestro país, cambiemos desembarcó en el Gobierno en un terreno metafórica­mente parecido a normandía, minado de alta inflación, déficit de las cuentas públicas, déficit externo, un Banco central con bajo poder de fuego y escaso o nulo crédito a las familias, en particular para comprar, refacciona­r o ampliar su casa. El déficit habitacion­al era y es uno de los principale­s problemas estructura­les; afecta a uno de cada cuatro hogares y es prioridad para bajar la pobreza, léase en la recuperaci­ón de un norte europeo devastado por la Segunda Guerra Mundial, que en la argentina fue por años la ausencia de crédito para comprar, construir o refacciona­r vivienda

El sistema de créditos indexados por la Unidad de Valor adquisitiv­o (UVA), que evoluciona según la inflación, fue creado e implementa­do exitosamen­te en abril de 2016, y permitió por más de un año que se otorgaran más de 120.000 créditos de vivienda por un total de $197.000 millones. con la perspectiv­a de cumplimien­to de las metas descendent­es de inflación y las elecciones octubre de 2017, los aliados imaginaban tener el frente despejado para la continuida­d del avance de los créditos en un marco de recuperaci­ón económica y paulatina estabiliza­ción de precios

pero el avance de los aliados de cambiemos se vio bruscament­e interrumpi­do por la crisis cambiaria desatada en abril. El fuego externo y la tormenta interna provocaron la virtual paralizaci­ón del crédito hipotecari­o en todas sus versiones. propiedade­s un 60% más caras en pesos, ingresos ajustándos­e muy lentamente y muy por debajo de la inflación (estimada en 30 a 35% para 2018), la recesión en curso y las tasas de interés en alza tornaron para la familia endeudada y para la que pretendía endeudarse, el camino hacia la vivienda en un objetivo (el derrotero a paris).

¿cómo salvar al “prestatari­o UVA” vigente y resucitar al caído? En primer lugar, es imperativo que se estabilice el tipo de cambio y que comience a bajar la inflación. Dudosament­e los vendedores acepten denominar sus propiedade­s en UVA. En chile tomó más de una década estabiliza­r la inflación, crear un sistema de créditos indexado y lograr ahora superen el 20% del pbi. Solo con tasas de inflación por debajo del 7 u 8% el sistema de crédito hipotecari­o despegó.

Segundo, es necesario implementa­r un seguro para cubrir el descalce entre la inflación y la evolución de salarios. Este año se espera una pérdida del salario real y un mayor peso de las cuotas indexadas en los ingresos de las familias endeudadas, así como del saldo del capital adeudado. En septiembre de 2017 el diputado Marco lavagna presentó un proyecto de ley en el congreso que remediaría este problema y crearía un fondo anticíclic­o fiscal, tan necesario en la argentina. la adopción de un seguro contra esos descalces está en la agenda de las autoridade­s y debería ser prioridad.

Tercero, es imprescind­ible incluir, tal como algunos bancos intentaron, una cobertura contra el riesgo de cambio mientras haya volatilida­d en el mercado cambiario. Si bien los contratos futuros no cubren la totalidad del riesgo, lo mitigan y evitan o incluso habrían evitado la caída de muchas operacione­s en medio de la devaluació­n. así como los chalecos antibalas y cascos no protegiero­n totalmente a las tropas de los aliados.

Es urgente tratar el problema de los deudores UVA mientras la inflación persista elevada y volátil, para evitar problemas de insolvenci­a de las familias y de liquidez del sistema. la nueva “tropa” de deudores que desertó en el camino a la casa propia, solo podrá regresar cuando la ecuación dólar-precio propiedade­s (o costo de la construcci­ón) vuelva a ser congruente y permita acceder al crédito. En última instancia, no puede haber un círculo virtuoso de desarrollo financiero y suba del crédito hipotecari­o, mayor crecimient­o y menos pobreza en una economía con la inestabili­dad y volatilida­d de la argentina.

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