Sin lujos y esta vez sin scrum, Belgrano se desquitó en un clásico
Se debía una revancha de la fecha inaugural, en la que el SIC había remontado hasta sacarle la victoria en la última jugada; ayer falló en una de sus especialidades, pero resistió la presión del local en Boulogne y salió a flote con lo justo
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Aunque habían pasado casi cuatro meses, todavía estaba fresca en la memoria de Belgrano la primera fecha. Aquella tarde, en Virrey del Pino, el SIC le había dado vuelta un partido que tenía prácticamente ganado no solo por el resultado (22-3 al término del primer tiempo), sino también por el nivel de juego. Por entonces, el conjunto de San Isidro borró a su rival en la segunda etapa, no lo dejó marcar siquiera un punto y terminó llevándose la victoria en la última jugada por 25-22.
Esta vez la situación se invirtió ya que el SIC comenzó mejor y se puso rápidamente en ventaja. Pero Belgrano fue paciente, revirtió el desarrollo la mitad final y resistió cuando el local arremetió en el cierre. Así, venció por 24-22, sumó su quinto triunfo sucesivo y sin hacer mucho ruido marcha segundo en el Top 12 de la URBA, a un punto de Alumni. “Belgrano nunca es llamativo, ni cuando salimos campeones. Nos gusta ser así”, explicó el octavo Francisco Gorrisen.
El refrán dice que al juego que tiene revancha no hay que tenerle miedo, y así encaró el conjunto porteño su clásico por la 12ª jornada. Tenía un adversario de características similares, que proyecta su juego a partir de la defensa. La cuestión era entonces cuál de los dos se impondría en los breakdowns y en las formaciones fijas. Belgrano tuvo en el primer tiempo la barranca en favor pero el juego en contra, ya que durante esa etapa fue penalizado una y otra veces en los scrums, paradójicamente hoy su mejor arma, gracias al trabajo del fallecido Alejandro Conti.
“Entramos desconcentrados. El SIC nos sorprendió en todas las facetas pero particularmente en el scrum: sentíamos que apenas formábamos ya era penal. Y eso nos complicó”, expresó Gorrisen. Más allá de tener un pack más liviano (809 kilos contra 838), el local aprovechó la situación para que el rival no pudiera desplegar su juego.
Pero Belgrano, que estaba lejos en el juego, no lo estaba en el marcador. Así como en la jornada inaugural Belgrano había demolido a su oponente en la primera parte, esta vez el SIC no tomó distancias suficientes en los 40 minutos iniciales. Cuando el tiempo escaseaba, Belgrano aprovechó su única jugada riesgosa y llegó al try gracias a Matías Masera. “En el entretiempo dijimos que habíamos hecho un ataque a fondo y había terminado en try, y era cuestión de estar convencidos del plan de juego”, contó Gorrisen.
Como si fuera un espejo de aquel primer partido, en Boulogne el anfitrión ganó cómodo el primer tiempo y se quedó en el segundo, pero esta vez no hubo espacio para milagros ni hazañas. Belgrano fue paciente, vio que el triunfo no llegaría por los forwards y esta vez el empuje vino por parte de sus tres cuartos. Mientras que en el primer tiempo fue Masera quien le dio vida, en el segundo fue Rafael Migale el que se hizo cargo. Primero mediante dos penales, después con una asistencia de lujo con el pie para que Tobías Bernabé llegara al in-goal y finalmente de nuevo con su derecha, esta vez de drop, para estirar la ventaja.
Cosas que tiene el rugby amateur. El apertura, de 25 años, que se erigió en una de las figuras y juega desde hace varias temporadas en la primera, se afianzó recién este año, ya que Tomás Rosati acaba de reincorporarse luego de un largo viaje personal al exterior.
El SIC hizo un último intento, pero, a diferencia de lo que sucedió aquella vez, no alcanzó la remontada. Belgrano mantuvo con lo justo la diferencia y triunfó por 59ª ocasión en los 96 choques del clásico (30 traspiés). “Uno trata de no pensar en lo que pasó, pero parecía que el tiempo no pasaba”, se sinceró Francisco Ferronato.
Belgrano se desquitó, mostró que si las formaciones fijas no funcionan tiene alternativas y, sin lucirse pero siendo efectivo, se perfila como uno de los favoritos del torneo.