LA NACION

Todo sobre un nuevo deporte olímpico La tradición de

Alternativ­a. El esquí de montaña, cuyo ascenso y descenso se hacen sin propulsión mecánica, está en auge en todo el mundo y también en nuestro país

- Alejandro Rapetti PARA LA nacion

Síntesis del esquí y el alpinismo, el esquí de montaña consiste en el ascenso y descenso de los cerros con la única ayuda de los esquíes, sin ningún tipo de propulsión mecánica.

Es una disciplina en auge en todo el mundo, al punto que en 2020 tendrá su primera prueba olímpica en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Lausanne (Suiza), donde la Argentina podría llevar una representa­nte.

“Hoy, el esquí de montaña es el deporte de invierno con más crecimient­o en el mundo y en nuestro país. Tal es así que será la primera vez que se compite en un Juego Olímpico, en esta oportunida­d, para menores de 18 años, y esperamos poder enviar un representa­nte argentino”, señala Fernando Márquez, coordinado­r del esquí de montaña en la Federación Argentina de Ski y Andinismo.

Si bien aún no hay un programa definido, actualment­e son cuatro pruebas las que forman el calendario de la competenci­a: Vertical Race (un kilómetro de desnivel que se sube, no se baja esquiando); Relevos, que se corre con un compañero; Sprint, la más atractiva, en la que se debe demostrar todas las virtudes del corredor; y Larga distancia, la prueba emblema del deporte.

Primo hermano del esquí alpino, en nuestro país se practica desde hace poco más de 30 años y según los especialis­tas, cada día gana más adeptos.

“Se trata de uno de los deportes más completos que existen, pues para practicarl­o se precisa gran variedad de perfiles atléticos: la ascensión con los esquís puestos, habilidad para desplazars­e en el llano y el descenso en todo tipo de nieves y pendientes, además de ser buenos alpinistas. Es decir, se deben conocer las caracterís­ticas de la montaña invernal, sus peligros y dificultad­es”, explica Márquez las claves de esta disciplina, que en la Argentina encuentra en el tope del ranking a Peter Treichel, de San Martín de los Andes, y a Charly Galosi, de Bariloche.

foquear

Si bien en nuestro país su desarrollo es bastante reciente, es un deporte con larga tradición en los Alpes, con influencia de los países escandinav­os, donde se incorporar­on las pieles de foca a los esquíes –otra de sus particular­idades-, necesarias para evitar que se deslicen hacia atrás en las subidas.

“Las tablas y las botas son simila- res a las del esquí alpino, pero la diferencia sustancial está en las fijaciones con un pivot que te permite realizar una flexión del tobillo libre, y de esa manera podés tener mayor recorrido durante el ascenso. A eso se le suma una piel de foca (hoy sintética) en la base, que tracciona hacia atrás y desliza para avanzar hacia adelante. Luego, cuando se llega a la parte alta, se saca la piel de foca, se bloquea la fijación en el tobillo y se desciende igual que en el esquí alpino. De hecho, esta fue la primera forma de realizar esquí cuando aún no existían los medios de elevación”, explica el atleta barilochen­se Charly Galosi.

Corredor de elite, profesor de educación física, entrenador y guía de montaña, Galosi comenzó a esquiar de chico en la modalidad de esquí alpino, hasta que en 2000 conoció a Marcelo Deza, otro referente de la disciplina en el país, quien lo introdujo en el esquí de travesía, y desde entonces salen a “foquear” juntos cada vez que llega la nieve.

Hacia lo inaccesibl­e

“El auge de esta disciplina está directamen­te relacionad­o con la posibilida­d de disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión, acceder a lugares naturales y terrenos vírgenes para el esquí, con cumbres y pendientes nunca antes esquiadas. En nuestro país todavía no hay centros de esquí que incluyan el esquí de montaña. Si bien en la mayoría lo permiten, no está homologado formalment­e. El centro se usa en los comienzos de la actividad para descubrir los secretos y tomar clases”, explica Márquez.

Con un entrenamie­nto de alta carga aeróbica y un importante componente técnico, Galosi sostiene que lo que más disfruta del esquí de travesía es justamente esta posibilida­d de alcanzar lugares inaccesibl­es con los propios esquíes como único medio de transporte.

“El escenario del esquí de montaña es exclusivam­ente la naturaleza. El ascenso y descenso se producen “fuera de pista” en terrenos no preparados, donde no se ha producido ninguna intervenci­ón humana. Como deporte es muy completo ya que para cualquier ascenso se precisa una buena condición física. La libertad que permite el SKI-MO no te ata ningún un centro de esquí. Te diría que en cualquier lugar donde haya nieve puede haber esquí de travesía”, asegura Galosi.

Y concluye: “A las personas les gusta superarse, hacer cosas nuevas, descubrir nuevos horizontes y experienci­as. Y desde que se anunció que será deporte olímpico en Lousanne 2020, cada vez se acercan más personas, incluso muchos que son ajenos al esquí con ciertos intereses para que esto crezca”.

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Los equipos son similares a los del esquí alpino, pero incluyen una piel de foca (sintética) en la base

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