Se abrió la caja de los temas tabú
Aun a riesgo de que no den bien los números, el Gobierno volvió a medir la pobreza y la inflación, no obstaculiza el avance de las causas de corrupción que involucran también a empresarios e incluso a familiares de Macri, y puso sobre la mesa discusiones sensibles como la utilidad de las Fuerzas Armadas y el postergado debate sobre la legalización del aborto. Mientras intenta honrar su nombre y ser realmente “Cambiemos”, va siendo “hablemos”. La economía no marcha, pero marcha la conversación pública de temas que eran tabú. Cambiemos no privatiza, desregula. Por ahora, sobre todo la palabra. ¿Pero cuánto valorará el electorado de Macri esta “desregulación”? Aún no se sabe.
En un país donde la economía es una enferma crónica, el presidente que logra estabilizarla, aun transitoriamente, impone ideas y valores. Veamos el caso del aborto: si la economía mejora, se hablará de un gobierno valiente, que habilitó el debate sin temor a enemistarse temporalmente con un sector de su base electoral, que no hizo lo que le conviene sino lo que corresponde. Y que soportó la gigantesca presión de las disidencias internas sin quebrarse. Si la economía falla, en cambio, no se dirá que “desreguló” la conversación, sino que la desvió para tapar la crisis. Que promovió un debate y luego sus máximos exponentes se manifestaron en contra. Que otra vez prendieron la calefacción y el aire acondicionado al mismo tiempo porque no pueden regular ni la temperatura social. Puja textil: los pañuelos (verdes o celestes) importan. Pero más importa el bolsillo. A partir de las primarias de agosto del año próximo la economía hará, impiadosa, su relectura de todo lo que hoy se discute.
El debate del aborto evidenció dos cosas preocupantes: en 2018 un adolescente argentino tiene grandes posibilidades de saber qué es H2O pero no qué es HPV, el virus del papiloma humano. Creció el contagio de sífilis y de otras enfermedades de transmisión sexual porque se usa menos el profiláctico. Pero lo más preocupante es que muchos senadores tuvieron que ser acorralados con el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo para aceptar la necesidad de poner en vigencia plena la ley de educación sexual integral. Atención al dato: en las próximas elecciones, la mitad del padrón tendrá hasta 35 años, segmento etario identificado en gran parte con la ola verde. Macri abrió las compuertas de una demanda social creciente. ¿Qué tiene para ofertarle a esa demanda que hoy se siente frustrada? ¿Le alcanzará con debatir la despenalización en la reforma del Código Penal?
Gran expectativa causó el discurso de Cristina. Se sabía que iba a girar, la pregunta era cómo haría la pirueta. Con cuánta elegancia. Nada dijo de por qué obturó el debate 12 años. Ilusos los que creían que se acogería a la figura de la arrepentida. Sencillamente declaró que desde ahora su espacio debía ser “nacional, popular, democrático y feminista” y condenó la opresión de la mujer por parte del hombre. Patriarcado, el nuevo Magnetto. Pasará a cobrar en ventanilla en 2019.
Ayer, exitosa abogada. Hoy, exitosa feminista.