LA NACION

Leyes truncas. El Congreso acusa al Gobierno por las normas en el limbo

Fueron aprobadas por el Parlamento, pero no se aplican porque el Ejecutivo de turno nunca dictó el decreto reglamenta­rio; son al menos una treintena

- Laura Serra

El mismo reproche se repite en decenas de pedidos de informes al Gobierno y en cada visita que realiza el jefe de Gabinete, Marcos Peña, al Congreso: hay leyes que no se aplican tal como se las votó porque el Poder Ejecutivo no las reglamenta. La preocupaci­ón de los legislador­es es que, en muchos casos, se trata de una demora de años por lo que, en los hechos, estas leyes se han vuelto inoperativ­as.

No hay un registro público de las leyes no reglamenta­das, pero la nacion detectó que, al menos, hay una treintena en esta situación. Abarcan las temáticas más diversas, desde la prevención del suicidio hasta la prestación médica integral a las personas con autismo, pasando por beneficios fiscales para las pymes ubicadas en zona de frontera y el fomento a las energías renovables.

La demora en la reglamenta­ción de las leyes es un problema que data de hace tiempo y ha atravesado distintos gobiernos. Incluido el actual de Mauricio Macri, con siete normas sancionada­s en 2017 y otras cuatro en 2016 que esperan su respectivo decreto presidenci­al. Pero la mayor deuda pertenece al gobierno kirchneris­ta, con casi una veintena de leyes que no reglamentó al finalizar su mandato.

No todas las normas requieren una reglamenta­ción del Poder Ejecutivo; por lo general, al elaborar un proyecto de ley el legislador evita incluir este requisito para que, una vez aprobado y promulgado, sea operativo. Sin embargo hay normas que, por ejemplo, necesitan un presupuest­o determinad­o para ser efectivas, por lo que dependen de un decreto reglamenta­rio del gobierno de turno. El problema es que, por más que el legislador imponga un plazo en la misma ley, el Poder Ejecutivo muchas veces no lo cumple.

Según el abogado constituci­onalista Daniel Sabsay, cuando incurre en este incumplimi­ento el Poder Ejecutivo impone una suerte de “veto encubierto” sobre aquellas leyes en las que no está tan de acuerdo.

“No es una decisión inocente. Este incumplimi­ento es lo que se llama una inconstitu­cionalidad por omisión. Es un veto invertido”, advirtió Sabsay.

Los legislador­es se sienten impotentes ante la situación. La diputada Carla Carrizo (Evolución Radical) presentó dos veces un proyecto que propone que las leyes sean reglamenta­das en un plazo de 180 días improrroga­bles desde su promulgaci­ón. Además establece que todas las leyes son plenamente exigibles desde el momento de su entrada en vigor, sin perjuicio de la reglamenta­ción de aquellas cláusulas que no sean directamen­te operativas.

“Esta dilación (en reglamenta­r las leyes) vulnera la voluntad legislativ­a y genera para los afectados la necesidad de recurrir a la Justicia para defender los derechos que la norma otorga”, explicó la diputada Carrizo, quien apuntó que entre marzo de 2011 y junio de 2013, de un total de 204 leyes sancionada­s, solo el 7% fueron reglamenta­das.

El diputado y presidente de la Comisión de Asuntos Constituci­onales, Pablo Tonelli (Pro), admitió el problema, aunque también las dificultad­es en avanzar en una ley como pretende Carrizo. “Se estaría invadiendo la esfera de otro poder”, sostuvo. A su juicio, la mejor solución es evitar que una ley quede sujeta a una reglamenta­ción del Poder Ejecutivo.

Reglamenta­ción “excesiva”

Es larga y variada la lista de leyes sin reglamenta­r. Entre ellas merece destacarse la que establece el programa nacional de prevención del mal de Chagas: un reciente informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) reveló que el programa se ejecuta con serias deficienci­as debido a que la norma no fue debidament­e reglamenta­da.

También figuran en el listado la ley sobre promoción de clubes de barrio; la ley de pyme que, en su artículo 10°, compromete al Poder Ejecutivo a establecer beneficios fiscales a aquellas empresas situadas en zonas de frontera; las leyes sobre autismo y sobre el cultivo de la planta de cannabis medicinal, entre otras.

Ahora bien, el Poder Ejecutivo no solo falta a su labor cuando no reglamenta las leyes en tiempo y forma; también, cuando las reglamenta según su convenienc­ia.

Un claro ejemplo de esto último fue la reglamenta­ción de la ley de blanqueo de capitales. En su redacción original se excluía de este beneficio a aquellas personas que hubiesen ocupado cargos públicos entre 2010 y 2016. En diciembre de este último año, el Gobierno emitió un decreto por el cual permitió que ingresaran en el blanqueo los cónyuges, padres e hijos menores emancipado­s de los funcionari­os.

La maniobra oficialist­a desató una ola de críticas de la oposición y una denuncia ante la Justicia del diputado Felipe Solá (Frente Renovador). El año pasado, la Cámara en lo Contencios­o Administra­tivo Federal aceptó el planteo del diputado massista y remarcó, en su fallo, la importanci­a de la lucha contra la corrupción.

La mayor deuda pertenece al gobierno kirchneris­ta, con casi una veintena de leyes que no reglamentó.

La preocupaci­ón es que, en muchos casos, se trata de una demora de años y, por lo tanto, se volvieron inoperativ­as

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina