Una pausa con la selección y la incógnita abierta acerca de qué hará en la Copa América 2019
Hoy vence el plazo para presentar las candidaturas; el partido del expresidente se moviliza a Brasilia para inscribirlo, pese a que está inhabilitado; apuestan a capitalizar su imagen
RÍO DE JANEIRO.– El desafío del Partido de los Trabajadores (PT) a la Justicia Electoral viene acompañado de una provocación. En una muestra de presión, miles de militantes desembarcaron en las últimas horas en Brasilia para acudir al registro de la candidatura del encarcelado Luiz Inacio Lula da Silva para los comicios del 7 de octubre, aunque la legislación prohíbe que una persona condenada en segunda instancia compita por un cargo electivo.
Las columnas petistas y de movimientos sociales de izquierda llegaron desde todas las regiones del país y acamparon en las inmediaciones del estadio Mané Garrincha, en el centro de la capital. Desde allí marcharán en caravana hasta el Tribunal Superior Electoral (TSE) hoy, plazo final para el registro de las fórmulas presidenciales.
De los 13 candidatos que anunciaron sus intenciones de disputar la contienda este año, hasta ayer siete habían completado el trámite ante el TSE, entre ellos el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL); el exgobernador de Ceará Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT); el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), mientras que se esperaba que la ecologista Marina Silva, de la Red Sustentabilidad (Red), haga lo propio hoy temprano.
Aunque las encuestas apuntan que Lula sería el aspirante que más votos obtendría –alrededor del 30%, muy por encima del segundo mejor colocado, Bolsonaro, con 19%–, la llamada ley de ficha limpia, promulgada por el propio Lula en 2010, establece que un ciudadano con una sentencia penal de segundo grado de un órgano colegiado es inelegible para cualquier cargo.
Lula fue condenado por una corte de apelaciones a 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero en una causa derivada de la operación Lava Jato; fue hallado culpable de haber recibido de la constructora OAS un departamento tríplex en el balneario de Guarujá a cambio de garantizarle a la empresa contratos con la petrolera Petrobras durante su gobierno (2003-2010).
El PT, sin embargo, ha insistido en que todas las acusaciones contra Lula –está procesado en otras seis causas más– son parte de una persecución política de la derecha, el establishment económico y los grandes medios para evitar que el exmandatario vuelva a ocupar el Planalto. Ayer, en columnas de opinión en The New York Times y Folha de S. Paulo, el propio Lula, desde su celda en la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, y la presidenta del PT, la senadora Gleisi Hoffmann, buscaron nuevamente convencer a la opinión pública internacional y local.
“Mi encarcelamiento es la fase más reciente de un golpe de Estado en cámara lenta diseñado para marginar de forma permanente las fuerzas progresistas de Brasil”, escribió Lula.
“Muchos dudaban de que llegaríamos con el candidato del pueblo a esta fecha del calendario electoral. Pues llegamos e iremos más allá: hasta el 7 de octubre, con el nombre de Lula en la urna electrónica”, afirmó, por su parte, Hoffmann.
Más que una convicción pragmática, se trata de una puesta en escena destinada a mantener viva la imagen popular de Lula hasta el último momento posible para asegurarse de que una vez que el nombre del exmandatario sea impugnado, su caudal electoral se transfiera de forma más directa a su sucesor, el exalcalde de la ciudad de San Pablo Fernando Haddad, hoy candidato a vice. La joven comunista Manuela D’Avila sería la compañera de fórmula de Haddad, según un acuerdo alcanzado la semana pasada.
Fechas
El TSE tendrá ahora hasta el 17 de septiembre para rechazar cualquier candidatura, pero declaraciones recientes de varios jueces del tribunal en defensa de la ley de ficha limpia llevan a pensar que la impugnación ocurriría mucho antes para evitar perturbar más el ya incierto panorama electoral. La fecha clave será el 31 de agosto, cuando se inicia el horario de propaganda gratuito en radio y televisión.
El equipo comunicacional del PT ansía que la decisión del TSE se extienda al menos un par de días des- pués del 31 de agosto, para tener así la oportunidad de desplegar todos los avisos grabados por Lula antes de ir a prisión, el 7 de abril. La defensa legal del expresidente, en tanto, avanzará con medidas retardatorias ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y ante el Supremo Tribunal Federal (STF) para conseguir una medida cautelar que mantenga unos días más la candidatura de Lula. Pero hay algunos líderes petistas que creen que el partido debería ya mismo empezar a apuntalar a Haddad, una figura poco conocida en el interior del país.
“No vamos a tener la vida entera para exponer a Haddad”, advirtió el exgobernador de Bahía Jaques Wagner, en algún momento considerado como sustituto de Lula en vez de Haddad.
Entre las filas petistas circula también la propuesta de que, cuando finalmente llegue el momento de registrar a Haddad como candidato del PT, se lo inscriba con el nombre de Fernando Lula Haddad, ya que las normas permiten que un candidato sea anotado con sus sobrenombres; poco parece importar al PT que no sea un apodo verdadero.
“las encuestas muestran que, si las elecciones se llevaran a cabo hoy, sería el ganador. millones de brasileños comprenden que estoy donde estoy solo por razones políticas” luiz inacio lula da silva expresidente brasileño