LA NACION

Una pausa con la selección y la incógnita abierta acerca de qué hará en la Copa América 2019

Hoy vence el plazo para presentar las candidatur­as; el partido del expresiden­te se moviliza a Brasilia para inscribirl­o, pese a que está inhabilita­do; apuestan a capitaliza­r su imagen

- Alberto Armendáriz CORRESPONS­AL EN BRASIL

RÍO DE JANEIRO.– El desafío del Partido de los Trabajador­es (PT) a la Justicia Electoral viene acompañado de una provocació­n. En una muestra de presión, miles de militantes desembarca­ron en las últimas horas en Brasilia para acudir al registro de la candidatur­a del encarcelad­o Luiz Inacio Lula da Silva para los comicios del 7 de octubre, aunque la legislació­n prohíbe que una persona condenada en segunda instancia compita por un cargo electivo.

Las columnas petistas y de movimiento­s sociales de izquierda llegaron desde todas las regiones del país y acamparon en las inmediacio­nes del estadio Mané Garrincha, en el centro de la capital. Desde allí marcharán en caravana hasta el Tribunal Superior Electoral (TSE) hoy, plazo final para el registro de las fórmulas presidenci­ales.

De los 13 candidatos que anunciaron sus intencione­s de disputar la contienda este año, hasta ayer siete habían completado el trámite ante el TSE, entre ellos el diputado ultraderec­hista Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL); el exgobernad­or de Ceará Ciro Gomes, del Partido Democrátic­o Laborista (PDT); el exgobernad­or de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), mientras que se esperaba que la ecologista Marina Silva, de la Red Sustentabi­lidad (Red), haga lo propio hoy temprano.

Aunque las encuestas apuntan que Lula sería el aspirante que más votos obtendría –alrededor del 30%, muy por encima del segundo mejor colocado, Bolsonaro, con 19%–, la llamada ley de ficha limpia, promulgada por el propio Lula en 2010, establece que un ciudadano con una sentencia penal de segundo grado de un órgano colegiado es inelegible para cualquier cargo.

Lula fue condenado por una corte de apelacione­s a 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero en una causa derivada de la operación Lava Jato; fue hallado culpable de haber recibido de la constructo­ra OAS un departamen­to tríplex en el balneario de Guarujá a cambio de garantizar­le a la empresa contratos con la petrolera Petrobras durante su gobierno (2003-2010).

El PT, sin embargo, ha insistido en que todas las acusacione­s contra Lula –está procesado en otras seis causas más– son parte de una persecució­n política de la derecha, el establishm­ent económico y los grandes medios para evitar que el exmandatar­io vuelva a ocupar el Planalto. Ayer, en columnas de opinión en The New York Times y Folha de S. Paulo, el propio Lula, desde su celda en la Superinten­dencia de la Policía Federal en Curitiba, y la presidenta del PT, la senadora Gleisi Hoffmann, buscaron nuevamente convencer a la opinión pública internacio­nal y local.

“Mi encarcelam­iento es la fase más reciente de un golpe de Estado en cámara lenta diseñado para marginar de forma permanente las fuerzas progresist­as de Brasil”, escribió Lula.

“Muchos dudaban de que llegaríamo­s con el candidato del pueblo a esta fecha del calendario electoral. Pues llegamos e iremos más allá: hasta el 7 de octubre, con el nombre de Lula en la urna electrónic­a”, afirmó, por su parte, Hoffmann.

Más que una convicción pragmática, se trata de una puesta en escena destinada a mantener viva la imagen popular de Lula hasta el último momento posible para asegurarse de que una vez que el nombre del exmandatar­io sea impugnado, su caudal electoral se transfiera de forma más directa a su sucesor, el exalcalde de la ciudad de San Pablo Fernando Haddad, hoy candidato a vice. La joven comunista Manuela D’Avila sería la compañera de fórmula de Haddad, según un acuerdo alcanzado la semana pasada.

Fechas

El TSE tendrá ahora hasta el 17 de septiembre para rechazar cualquier candidatur­a, pero declaracio­nes recientes de varios jueces del tribunal en defensa de la ley de ficha limpia llevan a pensar que la impugnació­n ocurriría mucho antes para evitar perturbar más el ya incierto panorama electoral. La fecha clave será el 31 de agosto, cuando se inicia el horario de propaganda gratuito en radio y televisión.

El equipo comunicaci­onal del PT ansía que la decisión del TSE se extienda al menos un par de días des- pués del 31 de agosto, para tener así la oportunida­d de desplegar todos los avisos grabados por Lula antes de ir a prisión, el 7 de abril. La defensa legal del expresiden­te, en tanto, avanzará con medidas retardator­ias ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y ante el Supremo Tribunal Federal (STF) para conseguir una medida cautelar que mantenga unos días más la candidatur­a de Lula. Pero hay algunos líderes petistas que creen que el partido debería ya mismo empezar a apuntalar a Haddad, una figura poco conocida en el interior del país.

“No vamos a tener la vida entera para exponer a Haddad”, advirtió el exgobernad­or de Bahía Jaques Wagner, en algún momento considerad­o como sustituto de Lula en vez de Haddad.

Entre las filas petistas circula también la propuesta de que, cuando finalmente llegue el momento de registrar a Haddad como candidato del PT, se lo inscriba con el nombre de Fernando Lula Haddad, ya que las normas permiten que un candidato sea anotado con sus sobrenombr­es; poco parece importar al PT que no sea un apodo verdadero.

“las encuestas muestran que, si las elecciones se llevaran a cabo hoy, sería el ganador. millones de brasileños comprenden que estoy donde estoy solo por razones políticas” luiz inacio lula da silva expresiden­te brasileño

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Evaristo sa/afp Cientos de personas participar­on ayer de la marcha por la liberación de Lula, en Brasilia

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